miércoles, 10 de octubre de 1984

¿Quien dirigirá la política económica en 1986?

Ha comenzado el proceso de las precandidaturas en el Partido Conservador y se empiezan a vislumbrar los principales aspirantes a la candidatura presidencial en el Partido Liberal. Muy pronto comenzarán los precandidatos a diseñar los temas económicos de sus campañas y a seleccionar sus asesores económicos. En el presente artículo vamos a realizar un primer intento de imaginar el tipo de políticas que seguirían los precandidatos en caso de salir elegidos y quienes serían los más probables integrantes del equipo
económico.

El Partido Conservador.
Las ideas económicas del precandidato conservador y actual embajador en Washington han sido expuestas con frecuencia. De llegar a la presidencia indudablemente su política buscaría un crecimiento con estabilidad. Se podría preveer una estrategia orientada hacia el exterior utilizando las exportaciones y la minería como motores de la economía y trataría de reducir el déficit fiscal por el lado de una reducción y control del gasto más que por un aumento en los impuestos. En el manejo cambiario podría intentar nuevas alternativas al manejo tradicional de un puesto que ni el doctor Gómez Hurtado ni sus asesores se encuentran entre los que piensan que el Decreto 444 contiene todas las soluciones a los problemas económicos.

El equipo económico del precandidato conservador estaría integrado en gran parte por economistas conservadores que pudiéramos decir han estado en la "banca", se encuentran algunos amigos cercano del precandidato como el doctor Gabriel Melo actual director de El Siglo y antiguo ministro de Desarrollo. El doctor Melo puede ser considerado como el más posible candidato a Ministro de Hacienda pues combina sus conocimientos técnicos con un hábil manejo político. Una magnífica alternativa al doctor Melo sería el destacado economista conservador Miguel Urrutia. El doctor Urrutia quien se encuentra vinculado a la Universidad de las Naciones Unidas ha tenido la oportunidad de apreciar el desarrollo de las economías orientales y podría ser quien diseñe una estrategia del desarrollo basada en las exportaciones. Como el doctor Urrutia fue anteriormente subgerente del Banco de la República surgiría también como un excelente candidato a Gerente del Emisor. Un posible candidato a Director de Planeación sería el economista Jorge García García quien ha sido ya subdirector de Planeación y asesor de la Junta Monetaria.

El Partido Liberal.
Dentro del Partido Liberal oficialista existen dos tendencias en la política económica. Una de ellas se caracteriza por una tendencia hacia el intervencionismo del Estado mientras que la otra acepta más la operación del mercado. Entre los precandidatos liberales podríamos calificar de intervencionistas a Augusto Espinosa y a Víctor Mosquera Chaux. El ex-embajador Virgilio Barco se puede considerar ubicado en el campo de los no-intervencionistas mientras que el exministro Otto Morales se sale del molde partidista y puede considerarse como el continuador de las políticas económicas de los dos primeros años del gobierno del presidente Betancur. Los posibles miembros del equipo económico de un futuro presidente liberal podrían ser los siguientes: Si gana el ex-embajador Barco el consejero sería indudablemente el profesor Currie quien ya ha trabajado con el doctor Barco en varias ocasiones. La influencia del profesor Currie haría que la política económica continuara impulsando la construcción y el desarrollo urbano. Un posible Ministro de Hacienda podría ser el exministro de Agricultura, Enrique Peñaloza quien ha compartido con el precandidato muchas experiencias pues ambos formaron parte del gobierno del presidente Llerras Restrepo y estuvieron en Washington vinculados a organismos de crédito multilaterales. Otra opción para encabezar el equipo económico sería un dirigente gremial, como Luis Eduardo Rosas destacado economista muy vinculado al profesor Currie, o Carlos Ossa, presidente de la SAC, muy conocedor de los asuntos del agro quien uniría con el doctor Barco su preocupación por el sector agropecuario pues debemos recordar que el precandidato es miembro del consejo directivo de entidades dedicadas a la investigación agrícola y frecuente asistente a conferencias internacionales sobre estos temas. Si el triunfador es Augusto Espinosa sus asesores saldrían del campo de los ideólogos del intervencionismo. Es muy probable que aquellos que se han identificado con políticas fiscalistas y reformas tributarias no sean tenidos en cuenta pues despertarían mucha resistencia en el sector privado. Entre los intervencionistas no fiscalistas podemos mencionar en primer lugar al doctor Eduardo Sarmiento, actual funcionario de la CEPAL y columnista de El Espectador. El doctor Sarmiento ha sido subdirector de Planeación y asesor de la Junta Monetaria en la administración del presidente López Michelsen, fue también el asesor económico de la última campaña del Partido Liberal. Sus ideas económicas expuestas en dos libros no dejan ninguna duda sobre sus inclinaciones al intervencionismo del estado en todos los campos. Otro posible candidato dentro de la línea intervencionista podría ser el exdirector del incomex, Antonio Urdinola.

La política económica del galanismo seguiría las orientaciones del doctor Lleras Restrepo. El equipo económico podría estar representado por el representante Gabriel Rosas, por la subdirectora de Planeación Nohora Rey de Marulanda o por el actual gerente del Acueducto, Luis Eduardo Robayo.

La Izquierda.

Las políticas económicas de los movimientos de izquierda son bastante conocidas y no cambian mucho en el tiempo. En la próxima campaña tendríamos una nueva edición pero con otros autores. entre los posibles candidatos se destacarían el actual director de FEDESARROLLO, José Antonio Ocampo y algunos de sus colaboradores, como el actual decano de Economía de la Universidad Nacional. Otros posibles candidatos son Jesús A. Bejarano, Salomón Kalmanovitz y otros profesores de la Universidad Nacional, algunos de ellos vinculados a la Contraloría General de la Nación.

jueves, 20 de septiembre de 1984

Informe sobre el desarrollo mundial 1984

Las trigésimas novenas Reuniones Anuales de las Juntas de Gobernadores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional tendrán lugar del 24 al 27 de septiembre en la ciudad de Washington. Las reuniones serán presididas por Noburu Takeshita, Ministro de Hacienda de Japón y Gobernador del Fondo y el Banco Mundial. Tanto el Fondo como el Banco tienen la costumbre de publicar para esta fecha sus informes anuales en los que dan cuenta del resultado de su gestión en el último año. Adicionalmente, las dos instituciones han venido publicando en años recientes informes sobre la economía mundial. El séptimo informe especial del Banco Mundial o Informe sobre el Desarrollo Mundial 1984 ha sido publicado recientemente y trata temas de interés para los estudiosos de los problemas del desarrollo. Siguiendo la tradición de estos informes, el de 1984 además de revisar los acontecimientos recientes de la economía mundial, trata un tema relacionado con el desarrollo en profundidad. En 1984 se ha escogido el tema del cambio demográfico y desarrollo para un tratamiento detallado.

Como el tratar de presentar en una sola nota el Informe sobre el Desarrollo Mundial no haría justicia a la importancia de los temas tratados, vamos a principiar por revisar lo que dice el Informe sobre los acontecimientos recientes de la economía mundial, dejando para notas posteriores el tema del cambio demográfico y el desarrollo.

La Crisis Reciente

Un aspecto interesante del Informe es el diagnóstico que presenta sobre los eventos recientes de la economía mundial. En el documento del Banco Mundial se llega a la conclusión de que la recesión de 1980‑83 no fue un acontecimiento aislado, sino que sus raíces se encuentran en las rigideces que se fueron introduciendo en las economías a partir de mediados de los sesenta. Los mecanismos de fijación de precios y salarios al volverse cada vez más inflexibles condujeron a tendencias alcistas del desempleo y la inflación. La mala administración de las finanzas públicas contribuyó a perpetuar las tendencias inflacionarias.

Si bien la responsabilidad de la crisis es compartida, según el Informe, por los países industriales con las naciones en desarrollo, el efecto de un error en las políticas de los países industriales parece ser mayor. Como bien lo anota el informe, "Debido a la preponderancia de los países industriales en la economía mundial, las consecuencias de sus fracasos económicos han repercutido con gran fuerza en los países en desarrollo". Para ilustrar este punto bastaría comparar el efecto de dos políticas similares: las utilizadas por el Ministro Martínez de Hoz en la Argentina y las de la administración Reagan en los Estados Unidos. Ambas se inspiran en las enseñanzas del Profesor Mundell de la escuela de Chicago y buscaron mantener equilibrio en la balanza de pagos mediante un flujo de capitales atraído por altas tasas de interés. El efecto negativo de la política en el Cono Sur se manifestó primordialmente en esa región, mientras que los problemas generados por las políticas del gobierno de los Estados Unidos alcanzó a la mayoría  de los países en desarrollo y agravó  el problema de un alto endeudamiento externo.

Perspectivas de Crecimiento Sostenido

Después de haber estudiado los acontecimientos recientes de la economía mundial el Informe presenta un capítulo sobre las perspectivas de crecimiento sostenido en el decenio 1985‑995. Se describen dos situaciones hipotéticas una baja y una alta. La hipótesis baja indica lo que podría suceder si los países industriales no hicieran nada por mejorar su actuación de los últimos diez años mientras que la hipótesis alta ofrece a los países industriales una trayectoria de crecimiento sostenido y continuo, con una tasa de aumento del PIB de 4,3% al año. En el caso de la hipótesis baja el crecimiento lento en los países industriales limitaría el aumento del PIB per cápita al 2,7% anual equivalente a una tasa de crecimiento del PIB del 4,7% anual. En el caso de la hipótesis alta se lograría un resultado mejor para los países en desarrollo. El PIB aumentaría a una tasa del 5,5% al año, equivalente al promedio de la década del sesenta, lo que redundaría en un crecimiento per cápita del 3,5% al año.

Para lograr los resultados de la hipótesis alta es necesario adoptar una serie de políticas en los países industriales. En primer lugar se debe lograr un aumento en el ahorro en los países industriales, lo cual requiere un control de la inflación y una disminución de los déficit presupuestales de los países industriales. También se necesita aumentar la flexibilidad con que los países industriales aceptan y promueven el cambio económico. El Informe trae unas cifras interesantes sobre el costo en que incurren los países industriales al proteger su industria. El costo de la protección permanente por empleo salvado es alrededor de 80.000 dólares, mientras el beneficio privado para cada trabajador es de 5.600 dólares. 

En el Informe se analizan los beneficios de una mejora del las políticas en los países en desarrollo. Par lograr estas mejoras los países en desarrollo deben evitar tipos de cambios sobrevalorados, ofrecer incentivos atrayentes a la exportación y fomentar una sustitución eficaz de importaciones. El aumento más rápido de las exportaciones generaría un flujo mayor de capital externo lo que complementaría el ahorro interno. Para mantener el ahorro interno alto los países en desarrollo deberían evitar políticas de fijación de tasas de interés por debajo de los niveles  de inflación. Al igual que los países industriales las naciones en desarrollo deben controlar sus finanzas públicas. De acuerdo a los estimativos del Informe una mejora en las políticas de los países en desarrollo les representaría un aumento de 0.4 puntos porcentuales bajo la hipótesis baja.

Indudablemente, el Informe sobre el Desarrollo Mundial es una magnífica contribución a la discusión sobre los temas económicos y sirve para que los encargados de las decisiones tanto en los países industriales como en las naciones en desarrollo mediten, al menos una vez al año, sobre los grandes temas económicos como el proteccionismo, la crisis de la deuda, las necesidades básicas y la pobreza.