jueves, 20 de septiembre de 1984

Informe sobre el desarrollo mundial 1984

Las trigésimas novenas Reuniones Anuales de las Juntas de Gobernadores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional tendrán lugar del 24 al 27 de septiembre en la ciudad de Washington. Las reuniones serán presididas por Noburu Takeshita, Ministro de Hacienda de Japón y Gobernador del Fondo y el Banco Mundial. Tanto el Fondo como el Banco tienen la costumbre de publicar para esta fecha sus informes anuales en los que dan cuenta del resultado de su gestión en el último año. Adicionalmente, las dos instituciones han venido publicando en años recientes informes sobre la economía mundial. El séptimo informe especial del Banco Mundial o Informe sobre el Desarrollo Mundial 1984 ha sido publicado recientemente y trata temas de interés para los estudiosos de los problemas del desarrollo. Siguiendo la tradición de estos informes, el de 1984 además de revisar los acontecimientos recientes de la economía mundial, trata un tema relacionado con el desarrollo en profundidad. En 1984 se ha escogido el tema del cambio demográfico y desarrollo para un tratamiento detallado.

Como el tratar de presentar en una sola nota el Informe sobre el Desarrollo Mundial no haría justicia a la importancia de los temas tratados, vamos a principiar por revisar lo que dice el Informe sobre los acontecimientos recientes de la economía mundial, dejando para notas posteriores el tema del cambio demográfico y el desarrollo.

La Crisis Reciente

Un aspecto interesante del Informe es el diagnóstico que presenta sobre los eventos recientes de la economía mundial. En el documento del Banco Mundial se llega a la conclusión de que la recesión de 1980‑83 no fue un acontecimiento aislado, sino que sus raíces se encuentran en las rigideces que se fueron introduciendo en las economías a partir de mediados de los sesenta. Los mecanismos de fijación de precios y salarios al volverse cada vez más inflexibles condujeron a tendencias alcistas del desempleo y la inflación. La mala administración de las finanzas públicas contribuyó a perpetuar las tendencias inflacionarias.

Si bien la responsabilidad de la crisis es compartida, según el Informe, por los países industriales con las naciones en desarrollo, el efecto de un error en las políticas de los países industriales parece ser mayor. Como bien lo anota el informe, "Debido a la preponderancia de los países industriales en la economía mundial, las consecuencias de sus fracasos económicos han repercutido con gran fuerza en los países en desarrollo". Para ilustrar este punto bastaría comparar el efecto de dos políticas similares: las utilizadas por el Ministro Martínez de Hoz en la Argentina y las de la administración Reagan en los Estados Unidos. Ambas se inspiran en las enseñanzas del Profesor Mundell de la escuela de Chicago y buscaron mantener equilibrio en la balanza de pagos mediante un flujo de capitales atraído por altas tasas de interés. El efecto negativo de la política en el Cono Sur se manifestó primordialmente en esa región, mientras que los problemas generados por las políticas del gobierno de los Estados Unidos alcanzó a la mayoría  de los países en desarrollo y agravó  el problema de un alto endeudamiento externo.

Perspectivas de Crecimiento Sostenido

Después de haber estudiado los acontecimientos recientes de la economía mundial el Informe presenta un capítulo sobre las perspectivas de crecimiento sostenido en el decenio 1985‑995. Se describen dos situaciones hipotéticas una baja y una alta. La hipótesis baja indica lo que podría suceder si los países industriales no hicieran nada por mejorar su actuación de los últimos diez años mientras que la hipótesis alta ofrece a los países industriales una trayectoria de crecimiento sostenido y continuo, con una tasa de aumento del PIB de 4,3% al año. En el caso de la hipótesis baja el crecimiento lento en los países industriales limitaría el aumento del PIB per cápita al 2,7% anual equivalente a una tasa de crecimiento del PIB del 4,7% anual. En el caso de la hipótesis alta se lograría un resultado mejor para los países en desarrollo. El PIB aumentaría a una tasa del 5,5% al año, equivalente al promedio de la década del sesenta, lo que redundaría en un crecimiento per cápita del 3,5% al año.

Para lograr los resultados de la hipótesis alta es necesario adoptar una serie de políticas en los países industriales. En primer lugar se debe lograr un aumento en el ahorro en los países industriales, lo cual requiere un control de la inflación y una disminución de los déficit presupuestales de los países industriales. También se necesita aumentar la flexibilidad con que los países industriales aceptan y promueven el cambio económico. El Informe trae unas cifras interesantes sobre el costo en que incurren los países industriales al proteger su industria. El costo de la protección permanente por empleo salvado es alrededor de 80.000 dólares, mientras el beneficio privado para cada trabajador es de 5.600 dólares. 

En el Informe se analizan los beneficios de una mejora del las políticas en los países en desarrollo. Par lograr estas mejoras los países en desarrollo deben evitar tipos de cambios sobrevalorados, ofrecer incentivos atrayentes a la exportación y fomentar una sustitución eficaz de importaciones. El aumento más rápido de las exportaciones generaría un flujo mayor de capital externo lo que complementaría el ahorro interno. Para mantener el ahorro interno alto los países en desarrollo deberían evitar políticas de fijación de tasas de interés por debajo de los niveles  de inflación. Al igual que los países industriales las naciones en desarrollo deben controlar sus finanzas públicas. De acuerdo a los estimativos del Informe una mejora en las políticas de los países en desarrollo les representaría un aumento de 0.4 puntos porcentuales bajo la hipótesis baja.

Indudablemente, el Informe sobre el Desarrollo Mundial es una magnífica contribución a la discusión sobre los temas económicos y sirve para que los encargados de las decisiones tanto en los países industriales como en las naciones en desarrollo mediten, al menos una vez al año, sobre los grandes temas económicos como el proteccionismo, la crisis de la deuda, las necesidades básicas y la pobreza.