lunes, 29 de enero de 1990

Televisión: Licitar de Verdad

El divertido Extra-Terrestre contribuye a mejorar la audiencia del hombre de las nieves amigo de Generoso el Guajiro.

La principal diversión de los colombianos es la televisión. De acuerdo con el estudio de ANIF sobre uso del tiempo en Bogotá, las mujeres mayores de 18 años dedican aproximadamente dos horas de su tiempo a ver televisión los días laborales. Aunque un poco menos apegado al televisor, el bogotano promedio ve 100 minutos de televisión entre semana, 137 minutos el sábado y 170 minutos el domingo. Este pasatiempo es de común ocurrencia pues tres cuartas partes de las bogotanas mayores de 18 años y un poco más de las dos terceras partes de los bogotanos ven televisión. Por cada bogotana que lee periódicos existen 15 que ven televisión.

La vida diaria de los economistas como el del resto de los mortales gira muchas veces en torno a la televisión. Los programas de televisión y el estado del tiempo son temas obligados de conversación en las reuniones. El último remedio para animar las conversaciones suele ser la última telenovela. Los dichos de los personajes de la televisión se vuelven populares entre los colombianos y forman parte de su lenguaje escrito y hablado.

Por el contrario, la televisión no aparece casi en la vida profesional del economista. Las columnas semanales que por lo general siempre tratan los mismos temas ignoran completamente todo lo relacionado con los medios de comunicación masiva en general y con la televisión en particular. La televisión por su parte les paga con la misma moneda pues ignora las noticias económicas. Como un intento de colonizar el campo de la televisión para la economía se harán algunas reflexiones sobre el tema favorito de muchos colombianos.

La licitación de televisión que hace cada gobierno al comenzar su período de gobierno es un evento importante que suele decidir el futuro de las programadoras. La adjudicación de la licitación de turno es objeto de controversias y al igual que en las ferias cada uno habla como le fue en ella. El esfuerzo considerable de INRAVISION para seleccionar la mejor programación se pierde al poco tiempo pues se introducen tal cantidad de variaciones que al final cualquier parecido con la programación original es pura coincidencia.

Aunque aún no es tiempo para hablar de la próxima licitación es conveniente ir haciendo algunas precisiones relacionadas con ella. La primera observación es la conveniencia de utilizar mecanismos de precios para asignar los espacios. Los cuadros de los grandes pintores no se adjudican al comprador potencial que presente la mejor propuesta del sitio donde lo va a exhibir sino a quien ofrece más por él. La manera actual de juzgar los méritos de algo que todavía no existe por parte de un jurado calificador es similar a elegir a las reinas de belleza a partir de las fotografías de sus madres. El adjudicar al mejor postor tendría beneficios para el Estado por que la puja por los espacios de mayor audiencia lograría indudablemente mayores ingresos. Las ganancias adicionales que hoy llegan a los afortunados que les han adjudicado un espacio de alta sintonía llegarían a las arcas del Estado.

Si bien la línea general debería ser el asignar un espacio a quien esté dispuesto a pagar más por él, debería ponerse alguna salvaguardia en el tipo de programa que se puede transmitir en determinados horarios. Obviamente, el Estado también debe tomar medidas que le protejan en caso en que el espacio no tenga el éxito previsto. Una protección se lograría exigiendo suscribir pólizas que garanticen el pago cumplido. Sería conveniente además fijar un rating mínimo para cada programa y sacar de la programación aquellos que tengan un rating inferior al fijado. Esto permitiría asegurar que los ingresos de las programadoras van a ser suficientes para cubrir los pagos a INRAVISION.

Por otra parte existen restricciones artificiales en cuanto se refiere a la programación que no tienen mucho respaldo económico. Existe prohibiciones que ignoran realidades económicas. Por ejemplo, el período de vacaciones de diciembre es una época de baja sintonía y como consecuencia de baja pauta. No se puede pretender que en esa época se pasen programas de alto costo. En esta época se debería permitir la posibilidad de pasar programas ya exhibidos anteriormente. Se debería establecer entonces temporadas de altas y bajas audiencias manejándolos de manera diferente. En Estados Unidos se reconoce que la televisión tiene diferentes audiencias durante el año. La temporada comienza en septiembre y se termina en abril y se permite repetir los programas durante los otros seis meses. Esto no solo reconoce un hecho sino que disminuye los costos de las programadoras por que obtienen dos programas por el precio de uno.

La licitación debería permitir cierta flexibilidad en cuanto a las franjas propuestas. La razón básica para permitir este tratamiento más flexible es el arrastre que tiene un programa sobre el siguiente. Una programadora estaría dispuesta a pagar más por una franja continua que por espacios separados. Como muestran las cifras de audiencia los rating de una telenovela se mejoran cuando el programa anterior es atractivo. El divertido Extra-Terrestre contribuye a mejorar la audiencia del hombre de las nieves amigo de Generoso el Guajiro. Cuando las programadoras tienen espacios contiguos y pueden aprovechar los efectos del arrastre, los televidentes también ganan pues las programadoras pueden ofrecer espacios más atractivos.


El enfrentamiento de programas debería reconsiderarse en la próxima licitación. Las cifras de los rating parecen mostrar que la audiencia total aumenta cuando existen dos programas fuertes enfrentados. La calidad de las películas del cine del Domingo mejoraron notablemente desde que se autorizó el enfrentamiento y la audiencia total aumentó. 

lunes, 22 de enero de 1990

Ayudas Académicas

Con el fin de ayudar a los posibles comentaristas el profesor George Stigler ha hecho una recopilación de algunos comentarios que se pueden utilizar en una de esas reuniones

En los últimos días de diciembre se reune la Asociación de Economistas Americanos. Este evento reune a los más destacados economistas de Norte América y allí se discuten temas de interés para la profesión. Las ponencias de los economistas se publican posteriormente en uno de los números de la Revista Económica Americana (American Economic Review). Este número de la revista se diferencia del contenido habitual pues es más accesible a los economistas profesionales. 

Es usual en estas conferencias comisionar a destacados economistas para hacer comentarios sobre los trabajos presentados. Al igual que en Colombia esta labor de comentarista puede tornarse muy dispendiosa pues se espera que el comentarista haga importantes contribuciones que permitan una discusión constructiva de las ponencias presentadas. 

Con el fin de ayudar a los posibles comentaristas el profesor George Stigler ha hecho una recopilación de algunos comentarios que se pueden utilizar en una de esas reuniones. Estos comentarios debidamente codificados aparecen en su libro "The Intellectuals and the Market Place" en un artículo titulado  El manual del Conferencista (The Conference Handbook). Con muy fino humor el Profesor Stigler propone que si estos comentarios son adoptados por todos, bastaría indicar los números de los comentarios para hacer más expeditas las conferencias.

Para ayudar a los conferencistas colombianos presentamos a continuación una traducción de los comentarios codificados por el Profesor Stigler.

Para la introducción:


A.El trabajo es una espléndida revisión de la literatura que, infortunadamente no abre derroteros nuevos.
B.El autor ha resuelto brillantemente el problema planteado, infortunadamente escogió el problema equivocado.
C.Es una lástima que la erudición y el ingenio del autor estén tan mal orientados.
D.Reconozco que soy solo un aficionado a estos temas y por lo tanto mis comentarios deben ser considerados como tentativos. Sin embargo, hasta un novicio encuentra material suficiente para sus críticas.
E.Debo mostrar mi simpatía por el autor pues hasta hace dos años yo pensaba lo mismo.
F.Es muy bueno que un neófito en el campo estudie el problema. Siempre existe la posibilidad de desarrollar un punto de vista novedoso, sin embargo y como de costumbre en este caso las ventajas de la división del trabajo se reafirman nuevamente.
G.El documento contiene muchas novedades y muchos puntos bien tratados.
H.Aunque el documento se debería entregar hace tres semanas lo recibí cuando estaba entrando a este recinto.

Algunos comentarios:


1Adam Smith ya lo había dicho.
2 Infortunadamente, hay un problema de identificación, que no ha sido suficientemente analizado en el documento.
3Obviamente, los residuos no son mormales y la especificación del modelo es incorrecta.
4El desarrollo de una teoría no es útil en este momento: se necesita realizar una serie de estudios de caso.
5Si bien los estudios de caso nos pueden ilustrar, es imposible avanzar hasta no desarrollar un modelo del proceso.
6Las consideraciones del segundo-mejor obviamente viciarían la argumentación.
7Este es un problema de números índices.
8)¿Ha intentado utilizar el método de los mínimos cuadrados en dos etapas?
9Las conclusiones cambian si se introducen condiciones de incertidumbre.
10)¿No utilizó el análisis probit?
11Yo ya había demostrado los principales resultados en un trabajo publicado hace varios años.
12El análisis se torna confuso por no haber distinguido entre los componentes permanentes y transitorios.
13El mercado, obviamente, no puede responder satisfactoriamente cuando se presenta esa externalidad.
14)¿Qué pasaría si los costos de transacción no son iguales a cero?
15Ello se deduce del teorema de Coase.
16Obviamente, si se permite la inversión en capital humano, el panorama cambia completamente.
17Obviamente, la función de demanda es bastante inelástica.
18Obviamente, la función de oferta es altamente inelástica.
19El autor utiliza un martinete para cascar una nuez.
20)¿Qué resultados empíricos estarían en contra de su teoría?
21El argumento central no solo es una tautología sino además es falso.
22)¿Qué pasa si se extiende el período de análisis hacia atrás (hacia adelante)?
23La motivación de los individuos es tan increiblemente egóista que no puede representar el comportamiento de personas de carne y hueso.
24El fofo actor económico en este modelo impresionístico debe ser reemplazado por un individuo que maximice su función de utilidad.
25)¿Tuvo algún problema invirtiendo la matriz singular?
26Es una lástima que se hubiera equivocado al elegir entre M1 y M2.
27Eso es correcto desde el punto de vista teórico pero no opera en la práctica (úsese ocasionalmente).
28El conferencista todavía cree en los refrigerios gratuitos.
29El problema no se puede tratar por métodos de equilibrio parcial: se requiere de una formulación de equilibrio general.
30El documento se encasilla en el paradigma neoclásico y por lo tanto no puede estudiar partes importantes de la realidad.
31La conclusión se basa en la hipótesis de gustos invariables, infortunadamente los gustos han cambiado.
32El problema básico de la situación actual es que no se han asignado los derechos de propiedad.

lunes, 15 de enero de 1990

El que es caballero paga dos veces

A diferencia del norteamericano que está consciente de que el sistema se sostiene por el pago de sus impuestos, el colombiano está convencido de que el Estado y los políticos le están haciendo un favor al prestarle los servicios. Nunca siente que tiene voz en las decisiones que le atañen a el y a su familia.

El colombiano tiene fama de impaciente. Sin embargo, en algunos casos su paciencia supera cualquier límite razonable. Aunque la Constitución consagra su derecho a obtener educación primaria gratuita, no tiene el menor inconveniente en sacrificar muchas comodidades para financiar el pago de pensiones de sus hijos. No se pone a pensar que está pagando dos veces por formar a sus hijos: directamente al colegio e indirectamente a través de sus impuestos.

Su paciencia es evidente también en sus relaciones con las burocracias que administran la educación. A diferencia del norteamericano que está consciente de que el sistema se sostiene por el pago de sus impuestos, el colombiano está convencido de que el Estado y los políticos le están haciendo un favor al prestarle los servicios. Nunca siente que tiene voz en las decisiones que le atañen a el y a su familia.

Como consecuencia de esta actitud, la calidad del servicio recibida es cada día peor. Los padres de familia no tienen ningún control sobre lo que les enseñan a los hijos. Aún más, dadas las escasas oportunidades de acceso a la educación oficial, ni siquiera puede hacer uso del derecho a protestar retirando a sus hijos de la escuela a la que fueron asignados.

El doble cobro no solo se da en la educación primaria sino también en los otros niveles. Los padres que desean una buena educación secundaria y superior para sus hijos deben seguir pagando a los particulares y al fisco. Las universidades públicas colombianas que por mucho tiempo fueron ejemplares dentro de Latino América y que fueron instrumento importante para el surgimiento de una clase profesional vigorosa, han perdido su atractivo. Hoy en día la clase política y empresarial se está formando en las universidades privadas. 

El deterioro relativo de la universidad pública ha ocurrido durante una época en que los costos reales han experimentado aumentos considerables. La participación de los ingresos por matrículas en las universidades públicas es muy bajo, como reflejo de los altos subsidios otorgados a los que entran a ellas. Mecanismos poco rigurosos de selección y mantenimiento de dichos subsidios, generan comportamientos de alto costo social pues incentiva la prolongación innecesaria de las carreras de muchos de los estudiantes. No es difícil encontrar en las universidades públicas "estudiantes de profesión" que permanecen por varios lustros concientizándose de los problemas del país.

Los trabajadores colombianos también pagan doble. Para capacitarse muchas veces deben aceptar salarios temporalmente bajos en las firmas que les brindan entrenamiento. Otras deben sacrificar tiempo y dinero para estudiar en institutos de formación media. Cual quiera que sea la opción escogida por el trabajador para su capacitación, sus patronos deben girar a su nombre las contribuciones al SENA.

La posibilidad de influir en las decisiones de esta Institución oficial encargada de la capacitación es absolutamente inexistente. Los trabajadores no tienen información sobre los cursos que se dictan. A diferencia de la amplia gama de opciones existente en el campo del Subsidio Familiar, no hay alternativas para la vinculación a las Instituciones de Capacitación. En la capacitación se repite el fenómeno observado en la educación. O se paga doble o se acepta lo que ofrece una institución distante en la que el ciudadano no tiene ni voz ni voto.

En la salud y la seguridad social en Colombia se repite de nuevo lo observado anteriormente. El que quiere algo de buena calidad debe pagar doble y el que no tiene medios debe aceptar lo que se le ofrece. Los afiliados a las instituciones de seguridad social que se aventuran a utilizar los servicio de salud, muy pronto comprueban que a pesar de la magnífica voluntad de algunos de los empleados del Seguro, la experiencia es traumática. La institución obedece a unos objetivos enteramente diferentes a los de los afiliados. La minimización del número de empleados del Instituto y la utilización intensiva de las instalaciones, van en contravía con objetivos más racionales en el que se considere el tiempo de los usuarios y el buen estado de salud de la población. 

La igualdad entre desiguales contribuye a la deserción de los que pueden pagar el servicio. El principio del que primero se arrodilla se confiesa, aunque plausible en algunos casos, se torna inconveniente cuando hay una gran diversidad en el valor asignado por cada trabajador a su tiempo. Al negar la posibilidad de pagar tarifas diferenciales por algunos de los servicios, se generan situaciones en las que la atención preferencial refleja la aplicación de criterios, como la amistad o el poder, que no tiene nada ver con los de equidad y eficiencia. 

El monopolio en la prestación de servicios y la ausencia de opciones tiene efectos negativos en la eficiencia del seguro social. Los costos de prestación de los servicios de salud tienden a crecer más rápido que el de los demás componentes de la canasta familiar. Adicionalmente, la política de no cobrar por los servicios prestados contribuye a aumentar su demanda.

La paciencia del colombiano, puede estar llegando a su límite. Los gobiernos de esta década tienen la obligación de plantear soluciones audaces a la situación del sector social. La mejora en la eficiencia y la ampliación de las opciones ofrecidas deben formar parte de las plataformas de nuestros partidos en los tres últimos gobiernos del siglo XX.

martes, 9 de enero de 1990

¿Qué Será, Será?

La posibilidad de utilizar computadores para hacer proyecciones de población ha permitido ampliar su alcance. Hoy en día es posible hacer predicciones del nivel poblacional y de  composición por edad y sexo a un costo mínimo.

La cercanía a un nuevo milenio produce un deseo incontenible de viajar en compañía de Marty y su amigo el profesor a observar lo que nos depara el futuro. Ante la imposibilidad de volver al futuro el analista  debe contentarse con apelar a sus técnicas de proyección para predecir lo que va a ocurrir en el próximo siglo. Sin pretender competir con Herman Kahn y sus muchachos del Instituto Hudson que hicieron un ambicioso ejercicio de prospección a mediados de los sesenta el presente artículo presenta algunas cifras sobre lo que le espera a Colombia al comienzo del Siglo XXI.

El proyectar el futuro es por regla general una labor con un gran riesgo pues tiene muchas incertidumbres asociadas. Las proyecciones de los ingresos de un país o de una empresa requieren conocer tres elementos claves: el precio del artículo, la demanda per-cápita y el número de personas. Una revisión del grado de acierto de las proyecciones de estos elementos muestra que el error de predicción de las variables demográficas (el número de cápitas) es menor que el de las otras variables. A los que mejor les ha ido en épocas recientes en estas labores ha sido a los demógrafos. Sin embargo, este éxito relativo es relativamente reciente.

Las proyecciones de población tuvieron una triste historia en Colombia. Por regla general, exageraron el crecimiento y dieron lugar a inversiones sobre dimensionadas que han representado altos costos de oportunidad para la sociedad. Mi primera publicación hace más de 20 años fue precisamente una crítica a la metodología seguida en ese entonces para realizar las proyecciones de población. Las hipótesis implícitas de dichas proyecciones eran evidentemente imposibles de sostener en el largo plazo. Las altas tasas de crecimiento utilizadas para proyectar la población de las grandes ciudades colombianas se vieron desvirtuadas como consecuencia de la llamada transición demográfica. Las bajas en las tasas de mortalidad dieron lugar con un retraso a bajas considerables de las tasas de fecundidad pasándose de un régimen de altas tasas de mortalidad y fecundidad a uno de bajas tasas. Como se mostraba en el mencionado artículo publicado en el Boletín mensual de estadística al cambiarse algunos de los supuestos de proyección se obtenían resultados más de acuerdo con la realidad. 

Si bien las proyecciones de población a nivel nacional tuvieron errores menores, no por ello dieron en el blanco. Por ejemplo las elaboradas por el CEDE en 1970 tenían un estimativo de 32'818.000 Habitantes para 1985. Según los resultados del Censo la población en 1985 era de 29'879.330 habitantes. El error de proyección para Colombia fue entonces menos del diez por ciento. Sin embargo, esta precisión es mucho mayor que la lograda en la proyección del precio del petróleo. Como se mencionó en una columna anterior, los analistas del Banco Mundial proyectaron en 1980 que el precio del barril iba a llegar a los ochenta dólares al final de la década. 


En estos veinte años debido a las mejoras en la tecnología de proyecciones, a la relativa abundancia de cifras demográficas producidas por el sistema de encuestas periódicas y a una estabilización de las tendencias demográficas las proyecciones de población han pasado de ser el elemento de mayor incertidumbre de los planes de desarrollo y se han convertido en sus más sólidas fundaciones.  

En el avance logrado en el campo de la demografía en Colombia han contribuido destacadas personalidades. Tal vez el pionero en este campo fue el Doctor Alvaro López Toro que no solo hizo contribuciones importantes a la teoría de las poblaciones estables y cuasi-estables sino que inició en Colombia el campo de la investigación demográfica aplicada. El Doctor López Toro y sus asociados del Centro  de Estudios de Desarrollo Económico CEDE de la Universidad de los Andes utilizaron los materiales de los Censos de 1951 y 1964 para realizar las primeras proyecciones de población utilizando técnicas modernas de análisis. 

El gran impulso dado a la investigación demográfico en los años setenta dió origen a Institutos de Investigación dedicados al investigación en el campo de la población que fueron modelo en la América Latina. La Corporación Centro Regional de Población con sus investigaciones sobre las relaciones entre población y desarrollo contribuyó positivamente al avance del campo. 

La posibilidad de utilizar computadores para hacer proyecciones de población ha permitido ampliar su alcance. Hoy en día es posible hacer predicciones del nivel poblacional y de  composición por edad y sexo a un costo mínimo. Los métodos de componentes pueden ser utilizados con relativa facilidad para calcular la evolución de algunos grupos de interés. No es extraño contar con proyecciones de fuerza de trabajo, de familias y de estudiantes.

El Departamento de Estadística recientemente ha presentado unas proyecciones de población que nos permiten inferir que para la fecha en que salga este artículo habrá en Colombia 32'715.697 habitantes de los cuales 16'241.074 corresponderían al sexo masculino y 16'474.023 al bello sexo. De acuerdo con las proyecciones del DANE la esperanza de vida al nacer de los varones en 1990 es de un poco menos de 66 años. Las mujeres según el DANE vivirán casi 6 años más que los hombres pues alcanzarán a sobrevivir hasta el año 2061. A los políticos les puede interesar que de acuerdo con los estimativos del DANE existen casi 19 millones de electores. De estos 18'870.032 electores potenciales 9'201.396 son hombres y 9'666.836 son mujeres.

De acuerdo con las proyecciones del DANE la población va a crecer en la década del 90 al 1.8 por ciento por año llegando a comienzos del siglo XXI a 39'100.000. Al comienzo del dos mil según el DANE habrá una mayoría de 357.600 mujeres.  El potencial electoral para el 2000 será de un poco más de 24 millones de electores de los cuales 11'765.000 serán hombres y 12'404.000 serán mujeres.

martes, 2 de enero de 1990

Los mejores economistas en los ochentas

Sería muy bueno que a los Ministros de Hacienda se les pudiera pagar por su contribución a la economía pues existiría entonces un incentivo para manejar con cuidado las finanzas públicas.
Al terminar un año es costumbre destacar a los personajes con el desempeño más brillante dentro de su respectivo campo de acción. Sin pretender a entrar a competir con los colegas del TIME, quienes nos han acostumbrado a su número de fin de año donde se destaca al personaje del año, parece bastante interesante dedicar la última columna de la década para hacer un balance de las realizaciones de los economistas colombianos. 

Los cursos básicos de economía nos enseñan que bajo determinadas circunstancias, la manera de valorar la contribución de un individuo es a través de su remuneración. Por lo tanto, una manera sencilla de medir la contribución de los economistas es por sus salarios. Sin embargo, en algunos casos los salarios no reflejan enteramente el valor de la contribución a la sociedad de una persona. Muchas veces se aceptan puestos con baja remuneración con el fin de añadir a Curriculum del beneficiraio el título de EX. Por ejemplo, el sueldo de un Director de Impuestos no necesita ser muy alto: los servicios de los Ex-Directores se cotizan a 14 millones el concepto.

La medición de los servicios de los economistas en algunos casos es realmente difícil. Los economistas que trabajan con el Estado se enfrentan muchas veces a remuneraciones que no tiene que ver con los resultados que producen. Sería muy bueno que a los Ministros de Hacienda se les pudiera pagar por su contribución a la economía pues existiría entonces un incentivo para manejar con cuidado las finanzas públicas. Esto también sería aplicable a todos los demás economistas que trabajan en empresas oficiales. Si se les remunerara de acuerdo con sus resultados, se estaría creando un mecanismo para incentivar una gestión mas eficiente.

De todas maneras, si se pudiera valorar a los economistas por su sueldo, indudablemente tendríamos que considerar a algunos fuera de categoría. Los funcionarios internacionales del FMI, Banco Mundial, BID, Naciones Unidas, Grupo Andino etc. quedarían en todas las listas de remuneraciones altas. En Colombia y utilizando el sueldo como medida, podrían ser considerados como los más destacados los funcionarios del Banco de la República, Presidentes de Instituciones Financieras y los Asesores de los Cafeteros para Asuntos del Gobierno.

Ante las fallas del mercado es necesario apelar a otros criterios. Uno de ellos podría ser la de pertenecer a la Academia del ramo. Para el caso colombiano, la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, hasta el momento y dada su reciente fundación, congrega una muestra sesgada del espectro de los economistas, lo cual impide utilizar la membrecía en esta institución como sinónimo de excelencia. Además, puede suceder que muchos economistas digan, parodiando a Groucho Marx: "No quiero ser socio de un club que me acepte".

Todo parece indicar que hay una ausencia de métodos relativamente objetivos de selección de candidatos. Es necesario entonces, apelar al uso de un bolígrafo con buen criterio, para hacer la lista de los más destacados economistas de la década.

Lauchlin Currie por su brillante trayectoria puede ser considerado como el Economista de los Ochentas. La importancia de sus planteamientos cobraron actualidad durante el Gobierno del Presidente Betancur. Su contribución a la definición de las políticas de vivienda y desarrollo en esos cuatro años fueron de indudable importancia. Durante los ochenta y una vez analizados las importantes realizaciones de los setenta, se ha logrado una aceptación de sus ideas a nivel nacional e internacional. Lo que en una época se consideró como una concepción controvertida, se ha logrado convertir en lo que Galbraith bautizó con el nombre de la sabiduría convencional. Como se recordaba en una columna anterior, a las reformas de este gobierno les ha faltado las luces de Currie. Si el Doctor Barco hubiera llamado a su antiguo asesor, indudablemente su política económica hubiera tomado un ritmo más favorable. La actividad del Profesor Currie ha sido febril y durante los ochentas las publicaciones han sido numerosas. Su deseo de investigar los temas del desarrollo ha continuado. 

Roberto Junguito, por su gestión como Ministro de Hacienda de la Administración Betancur, logró un reconocimiento importante tanto a nivel nacional como internacional. Las medidas de ajuste tomadas durante su paso por el Ministerio favorecieron el crecimiento de la economía. El buen estado de la economía fue, sin lugar a dudas, uno de los activos más importantes recibidos por el gobierno del Doctor Barco. Uno de los grandes aciertos que ha tenido el ExMinistro Junguito  ha sido la selección de sus colaboradores. Desde la época de FEDESARROLLO siempre ha buscado trabajar con los mejores. Parte del éxito se debe al equipo que ha llevado a la Misión de Finanzas Intergubernamentales, a la SAC y  a los Ministerios.

Si bien Miguel Urrutia estuvo ausente de Colombia durante gran parte de la década logró mantener un alto ritmo de publicaciones. El aporte del Doctor Urrutia a la economía durante estos años se orientó hacia una audiencia internacional y por ello no ha alcanzado una buena diseminación en Colombia. De lo conocido vale la pena destacar su columna semanal y la publicación de su trabajo sobre la evolución de la distribución de ingreso en Colombia. El paso por la Universidad de las Naciones Unidas y el Banco Interamericano de Desarrollo han contribuido a darle una perspectiva más amplia a los escritos del Director de FEDESARROLLO.

Otros destacados economistas en los ochentas dedicaron gran parte de la década a la investigación, tratando de desarrollar teorías apropiadas a las circunstancias colombianas. Jorge Ospina, por el lado neoliberal, y José Antonio Ocampo y Eduardo Sarmiento por el lado Cepalino, han producido una serie de escritos que sin lugar a dudas resumen el pensamiento económico colombiano durante la década. El trabajo de estos tres economistas tendrá influencia en los próximos diez años.

Finalmente, debe mencionarse a Jorge García como un pionero en la exportación de servicios. Sus trabajos sobre el desarrollo colombiano son conocidos más en el exterior que en Colombia. Jorge garcía, uno de los pocos economistas de la escuela de Chicago, ha producido trabajos con rigor científico dentro de líneas de investigación muy definidas en un medio donde se tiende a ser especialista en todo.