lunes, 5 de marzo de 1990

Liberación y políticas macroeconómicas

El cambio realizado en la política comercial colombiana ha sido la noticia económica más comentada de la última semana. Estos cambios han sido ampliamente debatidos por los comentaristas y los gremios enfatizando cada uno su tema favorito. Los partidarios de la alta protección a la industria ven con gran temor los cambios realizados por el gobierno mientras que los partidarios de la apertura encuentran reparos al alcance de las medidas.

No es posible todavía llegar a un veredicto final sobre el efecto de los cambios propuestos. Es evidente que no ha habido el tiempo suficiente para analizar en detalle los efectos de las medidas. Mientras los estudiosos ponen a funcionar sus computadores y determinan por medio de sus modelos el efecto de las medidas nos quedará la duda si los cambios en las políticas van a causar la ruina de la industria colombiana o si por el contrario no van a afectar sensiblemente el nivel de protección de la economía.

Indudablemente el efecto de los cambios en el Comercio Exterior dependerá del estado de la economía mundial. Si la economía mundial crece a ritmos normales  es posible prever que los esfuerzos de apertura van a tener un resultado positivo. Por el contrario si la economía entra en la pronosticada recesión del noventa puede ocurrir que la apertura económica colombiana no tenga mucho éxito. Como muy bien lo ha apuntado Carlos Caballero el efecto de las medidas también depende de las condiciones competitivas de la economía colombiana. Teniendo en cuenta que actualmente la economía colombiana se encuentra en un punto en que su estructura de costos se ha acercado considerablemente a niveles internacionales se podría pensar que la apertura tendrá efectos positivos en la producción. Los antecedentes de la apertura realizada a comienzos de los ochentas no pueden aplicarse al caso actual pues en esa época Colombia tenía una posición competitiva muy débil originada en buena parte por el desfase cambiario.

Los posibles ajustes que se deben realizar en el campo macroeconómico para complementar los cambios en el sector real inducidos por la apertura de la economía no han sido objeto de análisis. La apertura debe venir acompañada por cambios en las políticas de devaluación. Es muy probable que el gobierno deba aumentar la tasa de devaluación para compensar la disminución de los aranceles y los subsidios de exportación. Esto hará que la producción nacional pueda competir más favorablemente con las importaciones y que los exportadores compensen la disminución de los subsidios al crédito de PROEXPO. La aceleración de la devaluación tendrá efectos negativos para los sectores que no están orientados hacia el comercio exterior. Las empresas de servicio públicos y en especial las de alto endeudamiento verán incrementado su servicio de la deuda. En la medida en que no exista una compensación por parte del Gobierno nacional deberán aumentar sus tarifas.

Otro aspecto importante que deben tener en cuenta las autoridades económicas tiene que ver con la política fiscal. Para compensar la disminución de los ingresos fiscales causada por los cambios será necesario pensar en algunas reformas en los tributos. El candidato más obvio para lograr un aumento en los recaudos es el impuesto hecho famoso por el grupo español La Trinca. El aumento en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) permitiría compensar la disminución en los recaudos por concepto de aranceles. De no hacerse un aumento en los recaudos el déficit fiscal podría influir negativamente en la estabilidad monetaria.

La política salarial debería sufrir cambios. Para lograr un ajuste en la economía se requiere un cambio en la estructura salarial. Los trabajadores de los sectores protegidos verán disminuidos sus ingresos en términos relativos. Los trabajadores en los nuevos sectores de punta lograrán mejorar su posición relativa. El gobierno deberá dar ejemplo en las negociaciones laborales y este ejemplo en gran parte implicará una disminución del salario real de los trabajadores estatales.

La política de crédito indudablemente deberá ajustarse a la nueva situación. Las empresas deberán aumentar su productividad mediante cuantiosas inversiones. Las empresas que han venido gozando de protección deberán contar con recursos de crédito que les permita soportar un período de bajas utilidades. El sistema financiero requerirá de mayores recursos que deben obtenerse tanto internamente como externamente. Para lograr incrementar el ahorro interno es probable que se deban aceptar incrementos en las tasas de interés. Es necesario evitar la fuga de capitales y lograr la repatriación de los que están por fuera de Colombia.

Estos cambios en las políticas macroeconómicas deben ser motivo de amplio estudio por el equipo económico de este y el futuro gobierno. De la formulación de un marco coherente puede depender en gran parte el éxito de la política de apertura de la economía colombiana. Los asesores de los candidatos y el público interesado pueden encontrar muy útiles las investigaciones de economistas como Michael Mussa[1] que han dedicado esfuerzos al estudio de este apasionante tema.



    [1]Macroeconomic Policy and Trade Liberalization: Some Guidelines. The World Bank Research Observer. Enero de 1987 pp 61-77

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