lunes, 22 de abril de 1991

¿Interés en Cuentas Corrientes?

La decisión de pagar intereses sobre los saldos en cuenta corriente  tendrá que venir acompañada de una racionalización en los cobros por los servicios prestados por el banco.

En los cursos de macroeconomía se enseña que uno de las consecuencias de una disminución de la inflación es hacer más atractivo el dinero. En efecto, la inflación da una medida del costo de oportunidad de mantener dinero y por lo tanto entre mayor sea el crecimiento de los precios menor será la demanda de dinero. Teniendo en cuenta esto, sería muy lógico pensar que una vez el ministro Hommes logre bajar la inflación la demanda por dinero aumente. En consecuencia, las cuentas corrientes se tornarán un poco más atractivas una vez se tenga una menor inflación.

Sorprende entonces que en estos días aparezca en los periódicos la noticia que hay algunos bancos interesados en que les permitan pagar a sus cuenta habientes intereses sobre los saldos en las cuentas corrientes.

Si el pagar intereses no busca, primordialmente,  proteger al usuario de las cuentas corrientes de la inflación es claro que este cambio se debe originar en el deseo de algunos bancos de mejorar su posición competitiva. Es claro que cuando está operando la restricción del encaje marginal del ciento por ciento y por lo tanto el crédito está congelado el beneficio que obtenía el titular de una corriente por tener acceso al crédito, ha perdido un poco su atractivo y por lo tanto el deseo de mantener saldos altos en cuenta corriente para obtener como contraprestación un crédito habrá disminuido.

La pérdida de la competitividad no solo se es una consecuencia de la restricción monetaria sino que también se debe a que las cuentas de ahorro tradicional han mejorado su rentabilidad. Como consecuencia de la liberación de intereses en las cuentas de ahorro tradicional, algunos bancos reaccionaron agresivamente brindando intereses muy atractivos a sus ahorradores. Los altos intereses en cuenta de ahorros, liquidados sobre saldos diarios, pagados por algunos bancos que además permiten traslados entre la cuenta corriente y la de ahorros, a través de las redes de cajeros automáticos han dado una ventaja competitiva a los bancos que disponen de esta tecnología. Los bancos que no cuentan con esta tecnología, indudablemente se están quedando atrás en la carrera por los clientes que se ha desatado como consecuencia de las recientes reformas financieras. Estos bancos pueden encontrar una ayuda en la competencia en el pago de intereses sobre los saldos en cuentas corrientes.

La decisión de pagar intereses sobre los saldos en cuenta corriente  tendrá que venir acompañada de una racionalización en los cobros por los servicios prestados por el banco. Hoy en día como los bancos no pagan directamente por los fondos provenientes de las cuentas corrientes deben hacerlo a través de servicios subsidiados de procesamiento de cheques y producción de extractos.

Por otra parte si hacemos que las cuentas corrientes se asemejen a las cuentas de ahorro del sistema UPAC debemos permitir que las cuentas de ahorros de dicho sistema también se asemejen a las cuentas corrientes pues de otra manera el sistema de financiación de la vivienda perdería su competitividad lo que en últimas incidiría negativamente en la posibilidad de cumplir con el plan de vivienda del actual gobierno.


No pareciera muy difícil darle una chequera a los clientes del sistema de ahorro y vivienda y permitir que estos pudieran girar un número reducido de cheques cada mes. Esto sería más lógico que la práctica actual  en la que el ahorrador tiene que ir a la Corporación para que allí le hagan el cheque. Debemos suponer que buena parte de los usuarios del sistema de ahorro y vivienda saben girar cheques y que por lo tanto no necesitan ir al banco para que un cajero muy ocupado se los haga. 

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