lunes, 17 de junio de 1991

Seguros de Salud: Buen negocio para el sector privado pero malo para el gobierno

Infortunadamente, la alta rentabilidad de las entidades privadas que ofrecen el seguro de salud no se obtiene también en las instituciones del gobierno. Por el contrario, el Seguro Social tiene que cubrir la atención médica con los aportes de los otros riesgos.

Al sufrido usuario que recorre las calles llenas de huecos de Bogotá, le sorprende ver el surgimiento de entidades que ofrecen  seguros médicos voluntarios. Este boom del seguro médico voluntario parece estar mostrando que esta actividad debe ser atractiva para que las entidades financieras, que por lo general son muy cautas en entrar en nuevos campos decidan hacer inversiones en un nuevo negocio.

Infortunadamente, la alta rentabilidad de las entidades privadas que ofrecen el seguro de salud no se obtiene también en las instituciones del gobierno. Por el contrario, el Seguro Social tiene que cubrir la atención médica con los aportes de los otros riesgos.

Es tan grande el problema del Seguro Social que el Gobierno nos está anunciando un aumento del 100 por ciento en los riesgos de Invalidez Vejez y Muerte. La contribución va a pasar del 6.5 del salario al módico 13% Nuevamente nos consuelan a los trabajadores con el anuncio que únicamente nos va costar la tercera parte porque el patrono generosamente va a aportar las dos terceras partes.

Como nos enseñan en el primer curso de economía y como adecuadamente se registra en las cuentas nacionales, las contribuciones salariales son parte integrante de la remuneración de los asalariados. El aumento, por lo tanto va a recaer en los sufridos trabajadores que verán disminuidos sus menguados ingresos.
El aumento en la contribución al seguro social no tendrá como contraprestación ningún aumento en los beneficios pensionales. Simplemente, vienen a tapar unos huecos creados por un régimen pensional que fue aumentado generosamente en la administración Barco y a cubrir el mal manejo que se le ha dado a los administradores de los bonos de valor constante.

Los créditos baratos, las malas inversiones y las políticas generosas han ido acabando con los recursos del ISS. Más aún, el gobierno no ha hecho los aportes presupuestales para cubrir los huecos dejados por los errores en el manejo de estos fondos.

Al pensar que este aumento pueda seguir el mismo camino que el que han tomado las contribuciones anteriores, no puede uno menos que lamentar que el Congreso no hubiera aprobado la privatización del manejo de las pensiones. Muy distinto sería la actitud de los trabajadores hoy en día, si los recursos adicionales pudieran colocarse en la institución financiera de sus preferencias con la seguridad de que todo lo que se ahorra va a contribuir una vejez digna.


El camino fácil, tomado por el gobierno al aumentar las cotizaciones del Seguro Social antes que hacer los cambios y la privatización que el público esta demandando, nos ha desilusionado. Confiábamos en que tanto la directora del Seguro como el gobierno, tomarán las medidas difíciles de alta cirugía que requiere esta institución de Seguridad Social.

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