martes, 15 de octubre de 1991

El Idu de la Fantasía



No debemos olvidar que el IDU recaudó como ingresos de valorización en el período 1971- 1989 una cifra inferior a los ochenta y tres mil quinientos millones de pesos que el Alcalde de Verdad piensa cobrar en un año.
 
En estos días Emiliani, en donde aumenta la oferta de televisión, vienen a nuestra memoria algunos de los programas que en su época tuvieron éxito. La Isla de la Fantasía programa producido por la cadena ABC de los Estados Unidos tuvo mucho éxito a comienzos de los ochentas. En él Ricardo Montalbán y su asistente Tattoo brindaban a los visitantes de la isla la oportunidad de vivir sus fantasías.

El Alcalde de Bogotá pareciera que no ha tenido necesidad de hacer el vuelo hasta la Isla de la Fantasía pues el Director del IDU le ha prometido que en los últimos nueve meses de su mandato puede llevar a cabo todo lo que se ha imaginado. En efecto, le ha prometido que a pesar de tener que presidir dos elecciones puede recaudar en un año lo que anteriormente se recaudaba en un poco más de 19 años. No debemos olvidar que el IDU recaudó como ingresos de valorización en el período 1971- 1989 una cifra inferior a los ochenta y tres mil quinientos millones de pesos que el Alcalde de Verdad piensa cobrar en un año.

La magnitud del esfuerzo fiscal adicional con que sueña el burgomaestre bogotano puede apreciarse cuando se compara con los ingresos totales del Distrito en épocas anteriores. El Presupuesto consolidado de Bogotá en 1979, medido en pesos de hoy, fue inferior a un año de la contribución de valorización por beneficio general. Con lo que se piensa cobrar por beneficio general los bogotanos de 1979 no solo financiaron todos los servicios sociales, las obras de la administración central, sino que pudieron pagar las cuentas de sus servicios públicos como electricidad, acueducto, teléfonos y aseo.

Las obras que aparecen en su fantasía no se van a poder hacer en el poco tiempo que le queda al Alcalde Caicedo. Los 167 mil millones de pesos que piensa recaudar el IDU no van a poderse gastar en nueve meses. El presupuesto de la famosa avenida expresa, con todas sus obras, es de 26 mil millones de pesos. Por más que se quiera no se va a poder ejecutar en su totalidad, entre otras cosas porque los terrenos por donde pasa han sido invadidos. La Administración al final de su mandato podrá entregar algunos puentes de esta avenida con un costo de 800 millonesla unidad. Si entrega cinco puentes habrá gastado apenas 4.000 millones de pesos.

No parece lógico recaudar 85.000 millones para entregar obras por un valor de cuatro mil millones. Más aún, es inconcebible que haya que cobrar con anticipación unas obras que se encuentran financiadas. La Avenida Norte Quito Sur forma parte de un paquete que ha sido financiado por FINDETER. Si esta institución no lo hubiera aceptado, el Proyecto habría podido ser finaciado dentro del programa presentado a la consideración del Banco Mundial. Para que hubiera podido ser financiado dentro del Programa del Banco, el IDU debería presentarlo de acuerdo con las normas de Contratación aprobadas para dicho programa. El afán de terminar las obras lo más rápido posible ha llevado al IDU a contratar el diseño con la construcción y ha impedido que obras como la Avenida NQS y la troncal de la Caracas no puedan ser financiadas con los recursos del Banco Mundial.

En la fantasía del Alcalde nunca aparecía la protesta ciudadana. La felicidad era total. Los bogotanos cumplían el llamado del IDU vendiendo sus lotes y hacían colas para entregarle el ahorro de toda su vida al Alcalde, para que éste pudiera inaugurar todas las obras antes del primero de junio de 1992.

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