lunes, 25 de noviembre de 1991

Visión retrospectiva de cinco proyectos en Santa Marta

El Departamento Nacional de Planeación, a quien la nueva constitución le ha encomendado algunas de las labores de evaluación, ha presentado en Santa Marta las experiencias de cinco Proyectos de inversión.
 
Esta columna no apareció en las dos últimas semanas por motivo de viaje de su autor. Estuve en Uruguay participando en un proyecto de vivienda y posteriormente hice una presentación en Santa Marta en un interesante seminario organizado por el Departamento Nacional de Planeación. El Seminario de Santa Marta sirvió para refrescar en mi memoria algunas de mis experiencias de trabajo.

El tema del seminario era la evaluación posterior (ex-post) de los proyectos de inversión del sector público. Desde hace mucho tiempo el tema ha despertado mi interés profesional. Desde 1984 he tenido contactos, infructuosos, con algunos de los gobiernos Distritales para participar en la evaluación del programa de lotes con servicios del Proyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo en Ciudad Bolívar.Infortunadamente, después de siete años no ha sido posible iniciar el trabajo de evaluación.

Cuando estuve trabajando como Gerente de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá le dí mucha importancia al tema de la evaluación ex-post. Como un paso importante para comenzar un nuevo préstamo de distribución con el Banco Mundial, decidimos hacer una evaluación del llamado sexto programa de ensanches en su primera etapa. Este ejercicio fue muy útil pues permitió hacer ajustes en la nueva etapa.

La experiencia ganada en la evaluación de un programa ya terminado, la verdadera evaluación ex-post, nos llevó a emprender una más ambiciosa sobre el proyecto Guavio. Esta evaluación intermedia de un proyecto de tal magnitud permitió identificar los principales problemas que aquejaban al proyecto en ese momento. El documento de evaluación que en esa época se produjo, sirvió como elemento importante de discusión con los interesados en el proyecto. Este documento nos permitió una discusión más productiva con los organismos multilaterales de crédito y con las autoridades de orden nacional cuando tratamos de encontrar una solución al problema financiero del proyecto.

A los asistentes del Seminario, que escucharon una muy buena presentación sobre el proyecto Guavio, les puede sorprender que estas experiencias tan importantes realizadas por la propia Empresa, por encima de las exigencias mismas de los contratos de préstamo, no se hubiera mencionado. La respuesta se puede encontrar en algunas de las conclusiones del consultor encargado de la evaluación del Proyecto Guavio. Uno de los mayores problemas del proyecto ha sido el continuo cambio en la Empresa de Energía que ha llevado a que la memoria institucional de la Empresa desaparezca.

La importancia de mantener un equipo estable en la empresa fue una de mis prioridades. En efecto, a mi entrada a la Empresa confirmé a todos los Subgerentes, Jefes de División y de Departamento. Durante mi gestión, llevé a cabo una política de promoción interna. El único cambio a nivel de Subgerentes fue en el Proyecto Guavio pues el funcionario tuvo que renunciar como consecuencia de una investigación de la Procuraduría. Quien reemplazó dicho funcionario fue un Jefe de División con amplia experiencia en el campo de la construcción de obras civiles.

El año en que estuve en la Empresa de Energía de Bogotá ha sido sin lugar a dudas el período de mayor estabilidad laboral en una empresa del Distrito. Esta estabilidad es más notable si uno recuerda que durante este período el Distrito tuvo tres Alcaldes. El gobierno que comenzó en 1986 introdujo la nefasta costumbre de solicitar la renuncia de todos los subgerentes de las Empresas Distritales. La rotación en las subgerencias de la EEB es de tal magnitud que únicamente el Subgerente de Operaciones ha logrado sobrevivir a los cambios ocurridos a partir de 1986.

El Departamento Nacional de Planeación, a quien la nueva constitución le ha encomendado algunas de las labores de evaluación, ha presentado en Santa Marta las experiencias de cinco Proyectos. En opinión unánime de los asistentes a Santa Marta el ejercicio iniciado por el DNP debe continuar. La formulación y la posterior ejecución de los nuevos proyectos de gran inversión a nivel nacional puede ganar muchísimo de la Evaluación de Proyectos.

martes, 5 de noviembre de 1991

Más de lo mismo



                       

Las medidas de la Junta Directiva del Banco de la República son duras y van a tener efectos graves para el proceso de apertura de la economía. La temida recesión y el desmantelamiento de la industria parece que ahora si se van a dar.
                                          
El lunes 28 de octubre se acabó la luna de miel que gozaron los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República. Su decisión de revaluar emitiendo certificados de cambio a doce meses, ha levantado una gran polvareda. Los defensores de la política de apertura han criticado el duro golpe a los ingresos de los exportadores.

Las medidas de la Junta del Banco en buena parte siguen una línea similar a la utilizada por este gobierno. En lugar de hacer una revaluación explícita se apela al descuento de los certificado para reducir el ingreso de los exportadores. En lugar de incentivar el ahorro de los colombianos se apela a un ahorro de carácter forzoso. Las medidas no atacan el verdadero problema sino que sirven para ganar un tiempo para hacer el necesario ajuste fiscal. Si la medicina es muy similar a la que nos habían estado suministrando la dosis es más fuerte.

La necesidad de hacer ajustes en la tasa de cambio ha surgido de dos hechos básicos. En primer lugar, los medios de pago no han querido someterse al control de la autoridad monetaria. Las restricciones al crédito se han compensado con la entrada masiva de capitales. En segundo lugar, el necesario ajuste fiscal no se ha podido hacer por el continuo proceso electoral y la definición de la nueva constitución. En circunstancias en que no hay un control efectivo sobre los medios de pago ni hay ajuste fiscal, el único instrumento que le queda al gobierno es el manejo de la tasa de cambio.

Esta realidad económica, tiene como consecuencia lógica que los agentes económicos comienzan a actuar para protegerse de la eventual revaluación. En estas circunstancias, la entrada de dólares no solo se explica por la mayor rentabilidad de los activos financieros en pesos, sino que también tiene que ver con las expectativas de revaluación. Cuando se espera que el dólar va a perder su valor todo el mundo quiere salir de él y pasarse al peso. La corrida del dólar hacia el peso, conocida técnicamente como la ley de Gresham, ha sido sin lugar a dudas una de las principales razones del ingreso de capitales a Colombia. La sobrefacturación de exportaciones, la subfacturación de importaciones, la agilización de los reintegros para exportaciones y la inercia de las importaciones son todas manifestaciones de esta corrida del dólar.

El ignorar las autoridades económicas el alto componente especulativo de las entradas de capital ha tenido como consecuencia que el proceso se ha acelerado. Aumentar la tasa de devaluación cuando todo el mundo está esperando que el gobierno va a tener que revaluar es tratar de apagar un incendio con gasolina. Cerrar la brecha entre la rentabilidad externa y la interna con un ritmo de devaluación más acelerado es un buen ejercicio aritmético pero una pésima decisión económica.

Las medidas de la Junta Directiva del Banco de la República son duras y van a tener efectos graves para el proceso de apertura de la economía. La temida recesión y el desmantelamiento de la industria parece que ahora si se van a dar. El vigor inusitado de la economía, que pudo aguantar diez meses de un proceso de ajuste sin llegar a una situación recesiva, no va a poder con la sobredosis recetada por la Junta del Banco de la República.