lunes, 22 de febrero de 1993

Gracias Presidente Clinton

La política económica de Clinton puede favorecer a la economía colombiana.

Los periódicos han comenzado a preocuparse un poco más por los acontecimientos de la economía de los Estados Unidos. El discurso del Presidente Clinton ha sido objeto de comentarios por parte de analistas y dirigentes gremiales. Es evidente que tanto la difusión de la televisión por cable con su cubrimiento instantáneo de las noticias y la reciente posesión del Presidente de los Estados Unidos explican en buena parte el mayor cubrimiento dado en esta ocasión al discurso de Clinton sobre el Estado de la Unión.

El mensaje presupuestal de los presidentes de la Unión americana casi siempre pasaban desapercibidos en Colombia. Muy pocos de los columnistas colombianos se habían preocupado por analizar los acontecimientos de la economía americana. Por mucho tiempo, este columnista mantuvo el monopolio sobre este tema. Como bien lo saben mis lectores, cada año destaco la importancia de trabajos como el de la Brookings Institution sobre la fijación de prioridades nacionales y anhelo que algún día en Colombia se produzca un análisis serio que pueda enriquecer la discusión del presupuesto nacional.

El mensaje de Clinton permite ver su deseo de controlar el déficit fiscal de los Estados Unidos. El Presidente Clinton entra así en clara contradicción con el Candidato Clinton. El candidato ofreció dar un estímulo a la economía para salir de la recesión. El Presidente encuentra que el ajuste fiscal con sus implicaciones recesivas de corto plazo es necesario para poder tener un crecimiento de largo plazo.

Para poder entender este importante cambio en la dirección de la política americana así como las repercusiones que pueda tener en Colombia es necesario presentar antes un pequeño diagnóstico de la situación económica de los Estados Unidos. Para muchos el problema de nuestro principal socio comercial se deriva del déficit fiscal. Como se explicó hace ocho días, al tener que financiar un déficit el gobierno americano debe emitir bonos lo que lleva a un aumento en la tasa de interés. Este aumento en la tasa de interés en los Estados Unidos da lugar a una entrada de capitales lo que tiene como consecuencia una revaluación del dólar. La revaluación de la moneda conlleva una pérdida de competitividad de la economía americana con relación a la del resto del mundo. Al perder competitividad se disminuyen las exportaciones y se aumentan las importaciones. El déficit fiscal en una economía con tasas de cambio flexibles se traduce entonces en un déficit del sector externo y en un menor crecimiento.

Si se acepta este diagnóstico la solución obvia es tratar de disminuir el déficit fiscal. Precisamente esto es lo que pretende el Presidente Clinton. Si el Congreso de los Estados Unidos acepta la propuesta del Clinton se puede esperar que el dólar se devaluará con relación a las otras monedas como consecuencia de la reducción en la entrada de capitales a Estados Unidos. Al devaluarse el dólar con relación a otras monedas las economías latinoamericanas y todas las que tienen sus monedas ligadas a la norteamericana participarán del estímulo norteamericano. En consecuencia, es posible esperar que la reducción del déficit fiscal de los Estados Unidos tenga un impulso favorable en nuestro país.

Otro efecto importante de la devaluación del dólar con relación a otras monedas será la reducción de las tendencias proteccionistas de los Estados Unidos. El sentimiento proteccionista reinante no es más que un reflejo de la falta de competitividad de los Estados Unidos con relación al resto del mundo. Al recuperar la Economía americana su competitividad disminuirá la presión para cerrar la economía americana. Nuestro proceso de apertura tendrá mejores resultados entonces en un mundo en el que el dólar sea más barato que otras monedas.

Enroque en el Banco de la República.


Al finalizar la semana el gobierno anunció el nombramiento de Miguel Urrutia como nuevo Gerente del Banco de la República en reemplazo de Francisco Ortega. Nos complace el nombramiento de tan destacado economista para dirigir el Banco Central de Colombia. Teniendo en cuenta su brillante trayectoria le auguramos muchos éxitos en su nuevo cargo. 

lunes, 15 de febrero de 1993

Siguen los cambios en el equipo económico

El caos imperante en los Seguros permanece a pesar de los grandes esfuerzos realizados por la antigua directora.

La diligente directora del Seguro Social siguiendo el ejemplo de Andrés Restrepo Londoño  Presidente de ECOPETROL presentó renuncia de su cargo. El Gobierno de inmediato nombró en su reemplazo a Fanny Santamaría, otra destacada profesional que se venía desempeñando en la Tesorería General de la Nación. Este cambio que se originó en enfrentamientos relacionados con los cambios propuestos por el gobierno en el regimen pensional permite ahora si presentar un frente unido en la defensa de tan importante proyecto de Ley.

En declaraciones radiales la antigua directora ha mostrado su desacuerdo con aspectos importantes del Proyecto. Ha sostenido que no está de acuerdo con la creación de los Fondos Pensionales porque los principales beneficiados van a ser los grandes grupos financieros. Esta afirmación, que para muchos es absolutamente evidente en la realidad, no es enteramente cierta. Lo que escapa a muchos interesados en el tema es el hecho que los verdaderos dueños de los Fondos son los aportantes y que las Sociedades Administradoras de Cesantías y Pensiones son apenas unos consejeros en inversión a los que se les paga una comisión por el manejo de un portafolio.

Es entonces claro que los grandes beneficiados de la reforma pensional propuesta por el gobierno van a ser los trabajadores que ahora si van a poder obtener una buena rentabilidad por sus ahorros. En el sistema anterior, los aportes se perdían en un hueco negro en donde no se sabía cuanto había aportado cada uno de los afiliados. Mucho menos se premiaba a los ahorradores que habían puesto sus ahorros desde el comienzo pues las recompensas eran independientes de los aportes reales.

El caos imperante en los Seguros permanece a pesar de los grandes esfuerzos realizados por la antigua directora. Una empresa que no sabe a ciencia cierta a quien le debe y que no conoce el monto de sus deudas nunca puede ser considerada como bien administrada. Los pobres candidatos a pensionarse tienen que probar en cada caso individual sus derechos. Además, como el Coronel Aureliano Buendía tienen que esperar eternidades hasta que les comiencen a girar sus mesadas.

Fuera de tener unos sistemas de información primitivos, el Seguro Social se ha mostrado como un pésimo administrador de nuestros recursos. Las inversiones que ha hecho el ISS no han tenido el retorno económico deseado. El apoyo al IFI y al difunto ICT pueden haber contribuido a llevar a cabo una política muy meritoria pero descapitalizaron totalmente al Seguro Social. Un consejero en inversiones con un récord semejante hace mucho tiempo que no contaría con ningún cliente. El seguir dependiendo de los consejos de semejante asesor para nuestra jubilación es sin lugar a dudas una de las grandes fallas del regimen vigente.

Si no se ha presentado un movimiento en contra de tan mal administrador es porque hasta el momento ha contado con el respaldo de un papá que en principio lo respalda. Las limitaciones fiscales del gobierno y el gran monto de las obligaciones acumuladas han puesto a pensar al gobierno si debe seguir respaldando a un instituto con tan buenos propósitos pero con tan malos resultados.

La renuncia de la Doctora Cecilia López ha dado origen a un movimiento de solidaridad en el ISS. Los funcionarios que la han acompañado en su labor han mostrado su apoyo a la exdirectora. Esto refleja tanto el natural agradecimiento con una persona de reconocido liderazgo como el lamento de quien ve el marchitamiento de una institución que tan buenos beneficios les ha deparado a sus empleados en el pasado.


lunes, 8 de febrero de 1993

Bienvenidos al desplazamiento

El aumento del gasto del gobierno cuando no viene acompañado de un aumento en los impuestos, tiene como consecuencia una disminución del gasto privado.

Los profesores de Macroeconomía casi siempre tienen mucha dificultad haciéndoles entender a sus alumnos en qué consiste el fenómeno del desplazamiento. Los alumnos casi nunca entienden porque el aumento del gasto del gobierno puede perder su efectividad cuando el gasto público desplaza al gasto privado. Las explicaciones que traen los libros de Macro intermedia no son asimiladas por los alumnos. Gran parte de la dificultad de los estudiantes se debe a que la ilustración de este fenómeno se hace con ejemplos aplicables a los Estados Unidos.

El profesor tiene que hacer un gran esfuerzo para que sus estudiantes entiendan lo que se expone en el libro de texto. Les debe recordar que cuando en Estados Unidos se habla de la Reserva Federal es como si nosotros estuviéramos hablando de la Junta Directiva del Banco de la República. A continuación, el profesor muy pacientemente les dice a los alumnos que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos es equivalente a nuestro Ministerio de Hacienda.

Tan pronto el profesor comienza a explicar que el Ministerio de Hacienda de los Estados Unidos emite bonos para financiar su déficit fiscal, el estudiante pierde todo el interés pues considera que como en Colombia esto no es lo usual, nunca va a existir el efecto desplazamiento y por lo tanto esto es algo que no se aplica en el trópico. Por tanto, considera que este efecto no es de interés y no se preocupa por los efectos que pueda tener la financiación del déficit fiscal por medios de títulos emitidos por el Gobierno.

Ahora gracias al cubrimiento noticioso de la primera subasta de los títulos de Tesorería TES, los profesores van a tener menos trabajo en explicar los problemas que surgen con la financiación del faltante fiscal por medio de lo que los libros de texto llaman "bonos". El próximo lunes podrán decirles a sus alumnos que a raíz de la emisión de los TES el sector privado se verá desplazado del mercado de valores pues la emisión de estos TES, cuando la oferta monetaria es constante tendrá como consecuencia el aumento de la tasa de interés y con ello la disminución de la inversión en maquinaria y vivienda y otros gastos sensibles a la tasa de interés.

Los alumnos podrán así entender lo que los hombres de negocios han sabido desde siempre. El aumento del gasto del gobierno cuando no viene acompañado de un aumento en los impuestos, tiene como consecuencia una disminución del gasto privado. Por lo tanto, la idea aprendida en los curso de principios de que el gasto público es un gran estimulante para la economía deberá revaluarse. El estudiante al fin aprenderá que un aumento del gasto público jalona la tasa de interés hacia arriba y este aumento a su vez contrarresta, en buena parte, el impulso que se pretendía dar.

Como muy bien lo enseñan las últimas ediciones de los libros de macroeconomía intermedia, el efecto desplazamiento en una economía abierta es mucho más complicado. En una economía abierta el aumento de la tasa de interés doméstica no solo afecta la inversión de las empresas y de los hogares sino que también tiene consecuencias graves en el frente externo.

En efecto, al aumentar la tasa de interés doméstica se incrementa la entrada de capitales. El retorno de las golondrinas, langostas y demás bichos pronto se traduce en aumentos en las reservas internacionales. Como lo muestra la experiencia colombiana de los dos últimos años, la autoridad monetaria tiende a contrarrestar el incremento en las reservas internacionales con una revaluación del peso. La revaluación del peso, a su vez, tiende a disminuir las exportaciones y a aumentar las importaciones y por tanto el aumento del gasto del gobierno no solo desplaza la inversión sino que termina desplazando también al sector exportador.


La euforia que se percibe en los encargados de lanzar instrumentos novedosos para financiar al gobierno no nos puede hacer olvidar la triste realidad de que el aumento del gasto del gobierno sólo se puede lograr a costa de un sacrificio del sector privado. El costo de oportunidad del gasto social, en que está empeñado el gobierno, lo tenemos que pagar con menos equipos productivos, menos viviendas y menos exportaciones. Como muy bien lo dicen los economistas de Chicago "No hay refrigerios gratuitos". 

lunes, 1 de febrero de 1993

Los verdaderos dueños de la ETB

Un pasivo de 470 millones de dólares, como el que tiene la ETB con sus suscriptores por concepto de las líneas telefónicas es un grave problema que debe ser resuelto muy pronto.
  
Cuando uno hace un trasteo en Bogotá se da cuenta de lo difícil que es vivir en Colombia y de lo fácil que es vivir en un país civilizado. Cuando uno cambia de casa o de oficina en los Estados Unidos no tiene que estar pendiente de la correspondencia en el período de transición, pues basta avisarle a los correos la nueva dirección para recibir durante este lapso la correspondencia destinada a la antigua dirección. En Colombia, por el contrario, mientras que uno avisa a los amigos y relacionados es necesario estar pasando por la antigua dirección para recoger el correo.

Mantener el contacto telefónico con los amigos y relacionados es más difícil aún. A menos que uno se mueva dentro de la misma central telefónica, el trasteo implica un proceso kafkiano. Por una parte, debe uno buscar en el mercado líneas para la nueva oficina, pues la Empresa rara vez tiene líneas disponibles en el sector y en el edificio a donde uno se traslada. Por otra parte, es necesario conseguir un cliente para que le compre las líneas de la antigua oficina o residencia. Por el contrario, en los Estados Unidos basta avisar  a la telefónica local para que se desconecte el servicio en la antigua oficina y se conecte en la nueva.

Esta absurda compra-venta de líneas telefónicas puede llegar a ser desesperante cuando la ETB no hace los cambios de suscriptor solicitados. Los innumerables papeles requeridos para este trámite desaparecen misteriosamente sin dejar rastro. El querer arreglar estas fallas es muchas veces imposible. Si el vendedor muere o se va del país, la línea queda en un limbo total.

La noción de que las líneas telefónicas sean del suscriptor es, sin lugar a dudas, la causante de todos estos problemas. Esta pequeña locura se ha venido perpetuando desde hace mucho tiempo. Esta idea de poner un precio relativamente alto por una línea telefónica con el fin obtener una financiación gratuita por parte de los suscriptores pudo ser interesante en épocas en que el teléfono era un privilegio de unos pocos. Hoy en día, cuando el invento de Bell se ha convertido en una necesidad en cada hogar y en cada negocio la propiedad de la línea telefónica por parte del suscriptor es un gran absurdo que entraba considerablemente el curso de los negocios.

Más grave aún, la magnitud de este préstamo gratuito ha llegado a niveles considerables. Cuando hay más de un millón cien mil suscriptores en Bogotá y cuando cada línea tiene un valor promedio de 300.000 pesos, el pasivo oculto de la ETB llega a más de unos 330.000 millones de pesos. Un pasivo de 470 millones de dólares como el que tiene la ETB con sus suscriptores por concepto de este préstamo forzado es un grave problema que debe ser resuelto muy pronto.

Es evidente que la ETB no puede comprar las líneas a sus suscriptores y que por lo tanto la viabilidad financiera de esta Empresa Distrital depende de que se siga manteniendo la ficción de que este inmenso aporte se debe hacer sin exigir ninguna contraprestación. Estos casi 500 millones de dólares que ha invertido el sufrido pueblo bogotano debería traducirse en una participación en las ganancias. No cabe duda de que los mayores accionistas de la ETB y quienes deberían asumir su dirección son sus suscriptores. Tarde o temprano, el valor de las líneas debe convertirse en acciones de la telefónica local.


En sana lógica, la ETB ya se ha privatizado pues hoy en día hay más de un millón de accionistas que han suscrito acciones con un valor nominal de 300.000 pesos. Lo que se necesita ahora es conseguir un socio que aporte capital y tecnología para que nuestra sufrida urbe cuente, al fin, con el buen servicio que se merece.