lunes, 26 de febrero de 1996

Apertura del crédito externo: un paso en la dirección correcta

Es claro que el margen de intermediación debe bajar hasta niveles comparables a los de nuestros socios comerciales.  El país no puede competir con una desventaja en el costo del crédito.

La Junta Directiva del Banco de la República ha tomado unas medidas para facilitar el endeudamiento con el extranjero.  Ante los comentarios surgidos sobre el tema es conveniente hacer algunas precisiones.  En primer lugar debe anotarse que las ú1timas medidas no corresponden a una total apertura del crédito externo.  El público no puede salirse a endeudarse libremente en el exterior pues tiene que cumplir con unos requisitos que aunque menores que los que venían rigiendo, terminan elevando el costo del crédito por encima de los que habría si existiera una entera libertad para endeudarse en el exterior.

También se ha podido apreciar que a nadie le gusta competir internacionalmente y que los voceros de los sectores afectados tienen el sagrado derecho al pataleo.  Los gremios que representan al sector financiero han hecho sentir sus voces de protesta por la medida y han puesto de presente que los costos de intermediación colombianos son muy altos comparados con los vigentes en los grandes centros financieros.  Los gremios han aprovechado la oportunidad para insistir en su pedido de una disminución de los encajes con el fin de lograr que sus márgenes de intermediación se reduzcan y puedan ser competitivos con el exterior.

De lo anterior debe quedar claro que los intermediarios financieros continúan gozando de una protección de la competencia externa y que los usuarios del crédito tienen que pagar m costo adicional por el privilegio de utilizar el crédito externo.  Puede decirse entonces que la medida anunciada por el Banco Central es apenas un paso en el proceso de liberación cambiaria y de ninguna manera puede tomarse como una renuncia del Banco de la República al control del endeudamiento ni se puede pensar tampoco que el sistema financiero ha quedado totalmente desprotegido a la competencia externa.  La medida realmente trata de establecer unas condiciones que reflejen la situación actual del costo del crédito externo comparado con el costo del crédito en Colombia buscando mantener una protección al sector financiero colombiano que refleje las diferencias en los costos de intermediación colombianos comparados con los del resto del mundo y que no puede hablarse de un cambio radical en las políticas sino más bien de un ajuste pequeño.

La medida adoptada por la Junta Directiva del Banco de la República no puede interpretarse como la solución última.  Es claro que el margen de intermediación debe bajar hasta niveles comparables a los de nuestros socios comerciales.  El país no puede competir con una desventaja en el costo del crédito.  Las industries deben modernizar su aparato productivo y realizar las inversiones que le permitan mantener su ventaja competitiva.  Un país que quiera entrar a competir a escala mundial debe tener un sector financiero muy eficiente y con encajes similares a los que rigen internacionalmente.  Los Directores del Banco Central tienen que planear un programa de mediano plazo en el que simultáneamente vayan bajando los encajes y vayan disminuyendo la protección al sector financiero dada por las restricciones al endeudamiento externo.

Por otra parte, es muy importante analizar el impacto en los equilibrios macroeconómicos de los cambios que se den en la estructura de protección al sector financiero colombiano.  Los encargados de la política económica tienen que analizar el impacto que pueda tener la liberación cambiaria con el fin de compensar sus efectos para que no afecten las metas macroeconómicas.  Por ejemplo, una disminución en los costos de protección puede resultar en una entrada adicional de capitales cuyo efecto en la tasa de cambio y en el crecimiento del dinero debe ser compensados.  Si las autoridades diseñan m paquete de medidas adecuadas es posible lograr un cambio en las condiciones de competencia sin que por ello se ponga en peligro el equilibrio macroeconómico. Argumentar que no se debe liberar el mercado cambiario porque esto da lugar a una fuerte revaluación es suponer que no se puede o no se quieren tomar medidas compensatorias.

Más aún, en situaciones especiales en las que precisamente se quiera atraer capitales para compensar la incertidumbre política una medida como la comentada puede ser doblemente efectiva.  Pues por un lado mejora la eficiencia económica, reduce los costos de producción y mejora la situación macroeconómica pues compensa una potencial fuga de capitales.

En conclusión, puede decirse que abrir las posibilidades de endeudamiento en el exterior es una medida que tiene buenos propósitos y que pude tener un impacto macroeconómico que debería ser compensado para no separamos de las metas macroeconómicas.  Por tanto la discusión debería centrarse en si las medidas complementarias son las adecuadas o no, más bien que discutir si la medida va a contribuir a la revaluación o no.



lunes, 19 de febrero de 1996

El cura lo predica pero no se lo aplica

La preferencia por los pobres sobre los ricos no se debe buscar en los discursos sino en las acciones.

En los últimos días hemos apreciado un recrudecimiento de los conflictos sociales en Colombia. Por una parte, se ha tratado de satanizar todo lo que huela a neoliberalismo buscando inculpar a las políticas de apertura de un notable deterioro de los indicadores de distribución del ingreso. Basados en información fragmentaria sobre algunos indicadores de bienestar de la población se pretende no solo inculpar a los gobiernos anteriores como los causantes de todos los problemas, sino que además en un acto de inusitado optimismo se quiere hacer creer que el presente gobierno va a lograr en muy corto tiempo la redención social de los colombianos pobres.

Pensar que el desarrollo de un país y la eliminación de la pobreza puede hacerse en un período presidencial es una gran equivocación. La eliminación de la pobreza es el fruto de un proceso continuado y requiere de esfuerzos continuos independientes del gobierno de turno. Los países que logran salir de la pobreza han persistido en políticas coherentes frutos de un consenso social. Los cambios en los gobernantes apenas afectan algunos de los matices de la lucha contra la pobreza sin que impliquen cambios violentos en la dirección de la política económica.


En el caso colombiano desde hace mucho tiempo los dos partidos tradicionales han logrado un consenso en lo referente a la política social. Desde hace mucho tiempo se ha buscado ampliar la base de los hogares que sean propietarios de su propia vivienda. Después de algún tiempo los contradictores de la política de vivienda diseñada por el Profesor Currie y puesta en marcha durante la Administración del Presidente Pastrana han llegado a convencerse de la importancia de contar con un instrumento de financiación como el UPAC que ha permitido ampliar la base de propietarios de vivienda y que ha impulsado el crecimiento de la economía colombiana en los últimos veinticinco años.


La ampliación de la cobertura de los servicios públicos especialmente el de agua potable ha estado contemplada en todos los planes de gobierno. Los grandes avances en la cobertura de los servicios públicos y la importancia de lograr una financiación sana a través de unas tarifas costeables han entrado a formar parte del consenso nacional. Los populistas de ayer que quemaban las fotocopias de los recibos a la entrada de las empresas de servicio público aceptan que se cobre el costo de prestación de los servicios a todos prefiriendo subsidiar, eso si, a aquellos que no pueden pagar el costo total de los servicios.


La importancia de apoyar los esfuerzos educativos y de capacitación son reconocidos por todos los partidos en sus distintas vertientes. Hoy en día se acepta que para lograr erradicar la pobreza lo primero es lograr ampliar la cobertura de la educación primaria y secundaria. Mientras no logremos preparar a la gente, los esfuerzos para satisfacer las necesidades básicas de los más pobres tendrán que continuar siendo realizados por el gobierno y dando ocasión a un clientelismo que degrada al pobre y fomenta la corrupción.


Los ejemplos anteriores nos muestran que en Colombia hace tiempo todos los gobiernos han tenido una perspectiva social similar y que ningún partido ni movimiento se puede declarar como el único poseedor del sentimiento social. Las promesas de los partidos son tan similares que lo que debe contar son los resultados reales. La preferencia por los pobres sobre los ricos no se debe buscar en los discursos sino en las acciones. Los debates abstractos sobre la equidad de un aumento en el IVA deben ser complementados por los análisis detallados de los beneficiarios de las reformas tributarias. De especial importancia en estas circunstancias en las que se discute la financiación de las campañas es lograr hacer claridad sobre las denuncias de destacados economistas de un tratamiento favorable a los conglomerados económicos.


Los cambios en el tratamiento del impuesto a la cerveza deben ser investigados y aclarados ante la opinión pública. El Gobierno debe sacar un tiempito para explicarle al país algunos puntos muy importantes. El primero, cuál es la razón económica de cambiar la base del impuesto del precio total del servicio a considerar un impuesto solo sobre el líquido. En segundo lugar debe explicar porque el beneficio tributario debe quedar en el productor y no en el consumidor. Lo más equitativo pareciera que el alivio tributario quedará en manos de los obreros y campesinos que se toman sus polas en los fines de semana y no en el de un grupo económico que es reconocido como el más poderoso de Colombia. Un gobierno que tiene una retórica tan orientada a los pobres debería obligar a los productores a rebajar el precio final de la cerveza de tal manera que la rebaja de impuestos le llegue al consumidor final.


Un gobierno que se ha declarado como el paladín de los oprimidos no debería dejar pasar la oportunidad de lograr que el alivio fiscal llegue al bolsillo de los más pobres. No puede permitir que lo tachen de Hood Robin o sea aquel personaje que le quita a los pobres para darle a los ricos.


lunes, 12 de febrero de 1996

Comprar antes de vender

Los trabajadores, los usuarios, la Universidad Distrital y la Secretaria de Tránsito y Transportes pueden ser los verdaderos dueños de la ETB.

La propuesta del Alcalde Mockus de vender la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá para salvar a la Empresa de Energía de Bogotá ha sido otra de las víctimas del llamado proceso ocho mil.  Por estar preocupándose por la posible renuncia del Presidente Samper los medios de comunicación no le han dado toda la discusión que se merece tan importante tema.  Para volver a poner sobre el tapete el tema de la venta de la ETB quiero hacer a continuación un par de reflexiones.

En primer lugar, es importante pensar si es viable desde el punto de vista practico la venta de la ETB.  Como lo he manifestado en ocasiones anteriores no es muy claro que el verdadero dueño de la Empresa es el gobierno bogotano. El Alcalde por lo general no interviene en el manejo de la Empresa sino que más bien nombra a un Gerente en quien se delegan todas las responsabilidades.  Los Gerentes en muchas ocasiones no responden a la ciudadanía misma sino que buscan adelantar sus propios planes.  No hace mucho, Antonio Galán Sarmiento, Gerente de la ETB salió en hombros de los trabajadores después de haber firmado una convención colectiva en la que se les mejoraban considerablemente las ya jugosas prestaciones sociales.  De hecho, para muchos los verdaderos dueños de la ETB han sido los trabajadores de la Empresa quienes han logrado remuneraciones muy atractivas.

Los usuarios de la ETB han destinado una parte de sus ahorros para adquirir su línea telefónica y se convierten de hecho en dueños de una del millón y medio de acciones de la ETB.  El problema legal de cómo indemnizar a los usuarios  puede convertirse en un obstáculo formidable para cualquier venta futura de la Empresa y debería ser afrontado a la mayor brevedad posible.  además de los trabajadores y de los usuarios, la Universidad Distrital y la Secretaria de Tránsito y Transportes pueden alegar su condición de propietarios.  Gracias a la generosidad de administraciones anteriores que han considerado a la ETB como la tía rica del Distrito las dos instituciones anteriores reciben transferencias que les permite sufragar parte de sus gastos.

En sana lógica el Distrito antes de pensar vender la ETB debe comenzar a pensar lo que tiene que hacer para ser su verdadero dueño.  La Administración tiene que considerar que las Empresas del Distrito son su mayor patrimonio y que un buen manejo de ellas puede ayudar a disminuir la presión tributaria que tiene agobiados a los bogotanos que tienen los impuestos de Nueva York y el nivel de vida de Somondoco.

En segundo lugar, la decisión de vender debe tomarse con base en una verdadera estrategia de manejo de activos. Tal como se enseña en los seminarios de planeación estratégica cuando un conglomerado quiere analizar su portafolio de negocios, debe clasificar los negocios mediante una matriz en la que se tienen en cuenta por una parte la participación del negocio en el mercado y por otro la tasa de crecimiento del mercado.  A partir de esta matriz y siguiendo una lógica elemental debe mantenerse en los negocios en los que tenga una alta participación el mercado tratando de ordeñar los negocios maduros y aprovechando la oportunidad de crecimiento de los negocios con buenas perspectivas.  Según esta metodología desarrollada por el Grupo Consultor de Boston los negocios que se deben abandonar son los de baja participación y lento crecimiento en donde las nuevas inversiones no van a tener mucho futuro.

Si el Alcalde hubiera hecho este ejercicio matricial sus conclusiones hubieran sido muy distintas.  Sin realizar mucho esfuerzo y aún siendo muy pesimistas sobre el futuro de las telecomunicaciones el negocio de la ETB debe ser considerado como una estrella.  La ETB, por lo menos hasta el momento, tiene una elevadísima participación el mercado de las telecomunicaciones en la capital y su crecimiento esperado es alto.  Por tanto desde el punto de vista estratégico lo aconsejable seria conservarla.

Si uno quisiera actividades de las cuales seria conveniente salirse debería buscar aquellos de muy baja participación con baja rentabilidad y con poco porvenir. Entre estos, sin lugar a dudas el primer candidato es la Universidad Distrital.  La participación de esta universidad es mínima, su organización es tan caótica que no ha podido comenzar clases y sus costos son tan elevados que por el mismo dinero se podrían otorgar becas en las mejores universidades colombianas a un número mayor de estudiantes.

Las reflexiones anteriores nos llevarían a concluir que antes de vender la ETB el Distrito tiene que comprárselas a sus dueños de facto y además que si de salirse de algo se trata la recomendación lógica es la de salirse de los huesos como la Universidad Distrital en la que cada año gastamos plata buena para tratar de salvar una plata mala que se ha invertido en el pasado.



lunes, 5 de febrero de 1996

Las expectativas de mal en peor

Las previsiones macroeconómicas de Fedesarrollo muestran un severo impacto de la crisis económica

El martes de la semana pasada Anif y Fedesarrollo presentaron un importante seminario sobre Previsión Macroeconómica y Sectorial.  Los asistentes se notaban preocupados por la gran incertidumbre creada por los acontecimientos políticos y estaban deseosos de conocer la posición de los conferencistas sobre el futuro de la economía colombiana.

El Ministro de Hacienda en un cambio del orden del día habló en primer lugar v trató de mostrar a la asistencia que la crisis política no había tenido ningún impacto adverso en la economía y que las perspectivas para el futuro seguían siendo buenas.  Infortunadamente, los argumentos del Ministro no convencieron a muchos asistentes.  El argumento de que Colombia era el país latinoamericano más estable en el período setenta noventa y dos sonó poco convincente al aplicarse a la coyuntura actual.  Los aciertos de otras administraciones no garantizan el éxito de cualquier- política económica en cualquier- situación v lo que quieren oír los colombianos es la reafirmación de una política sana orientada a eliminar los desequilibrios existentes y los peligros de una crisis política.

El Ministro trató de demostrarnos que la situación económica era buena y además que era el resultado de las políticas del gobierno.  Para ello apeló a la falacia post hoc descrita muy bien en el libro de Samuelson.  El Doctor Perry trató de convencernos de que todo lo bueno que pasó después del 7 de agosto de 1994 ha sido causado por el gobierno Samper.  Los desarrollos petroleros que son realmente el único motor del desarrollo nada tiene que ver con una política de la actual administración y por lo tanto no tienen relación de causalidad con la gestión del actual Ministro de Hacienda.  La devaluación real del peso que ha impulsado el precio de las exportaciones menores tiene poco que ver con las políticas del gobierno.  Tal como lo muestra un gráfico utilizado por el Ministro en su presentación, el comienzo de la aceleración de la devaluación coincide con la indagatoria de Medina y con la reclusión de Fernando Botero que de ninguna manera puede atribuirse a la política económica del gobierno.

Después de la poco convincente exposición del ministro Perry, les tocó el turno a los organizadores del evento.  Javier Fernández hizo una presentación interesante de las perspectivas cambiarias. financieras y bursátiles.  Según los estudios de Anif, el dólar se va a estar moviendo dentro de la banda cambiaria establecida por la Junta Directiva del Banco de la República con probabilidades de terminar el año pegado al techo de la banda. Para Anif es muy, probable que en 1996 la devaluación real sea baja y positiva del orden de uno al dos por ciento.

Las perspectivas cambiarias de Anif sobre el mediano plazo son positivas.  Considera que no va a haber una crisis de confianza y que es posible financiar el déficit en cuenta corriente por lo que no prevé una crisis de confianza en el peso. Además, considera, con cierto optimismo, que el gobierno puede controlar una fuga de capitales mediante el uso de una política monetaria austera.

En su análisis de las perspectivas monetarias,, Anif dejó ver que el 96 puede ser un - año de altas tasas de interés y con efectos recesivos para la economía.  Para Anif una variable clave es la diferencia entre la tasa de crecimiento del crédito y la tasa de interés activa.  Si se diera un crecimiento del crédito inferior a la tasa de interés activa se podría entrar en una época de bajo crecimiento de la demanda y de riesgos crecientes en la calidad de la cartera.

Las previsiones macroeconómicas de Fedesarrollo, por su parte, muestran un severo impacto de la crisis.  Para el Instituto de investigación, la declaración de Botero y el agravamiento de la crisis política, hizo bajar la tasa de crecimiento de este año de un 4.4 a un 3.8 por ciento.  Según Fedesarrollo, 1996 pinta como un año un poco peor que el anterior.  La inflación no disminuye. las exportaciones no crecen, el déficit externo se aumenta llegando a más de cuatro y medio millardos (miles de millones) de dólares.

Si bien los conferencistas prevén un difícil año 96. son bastante optimistas en el mediano plazo.  Suponen que la estabilidad política regresa rápidamente: que hay una certificación de los Estados Unidos, que el gobierno mantiene la ortodoxia fiscal poniéndole conejo al Salto Social y que hay continuidad cambiaria.  Bajo estas hipótesis se logra un final feliz en el 98. Bajo estas hipótesis tan optimistas el crecimiento del sector minero logra impulsar la economía a tasas cercanas al seis por ciento.

Infortunadamente. los eventos de la semana pasada han debido llevar a los analistas de Fedesarrollo a hacer otra drástica revisión de sus cifras.  La posibilidad de lograr una estabilidad política es cada día más difícil.  La crisis política no va a tener una rápida solución sino que, además, va a ser mucho más profunda de los que se preveía al comienzo de la semana pasada.  Todo hace prever que la salida del Presidente por renuncia o por licencia no va a ser suficiente para lograr la tan anhelada estabilidad política.  Entre más se demore la solución a la crisis mayores serán los problemas para la economía y más difícil será retomar la senda del crecimiento.  Tal como se ven las cosas hoy, no sólo se ha perdido el 96 sino que el 97 y el 98 pintan regular.  En estos momentos en los que se ve que los costos de la crisis pueden llegar a ser grandes. al menos debemos esperar- que los beneficios obtenidos superen los costos.  Ojalá que Colombia le pueda poner un punto final a una época permisiva que le ha causado graves daños.