martes, 15 de octubre de 1996

El Premio Nobel de Economía en 1996.

Si la Academia Sueca quiere utilizar el tan codiciado premio Nobel como incentivo para mejorar la economía tiene que otorgarlo a economistas más jóvenes que puedan disfrutar el dinero por un tiempo más largo.

El premio Nobel de Economía en 1996 ha puesto de manifiesto algunas de sus principales contradicciones.  Por ser un premio relativamente reciente y por ser un campo en la que no es necesario contar con instalaciones muy completa, hay una larga lista de candidatos con mérito suficiente para ser galardonados.  Los galardonados por regla general han cumplido los sesenta años y algunos como el profesor Vickrey reciben el premio después de los ochenta años.  Destacados economistas han perdido la carrera hacia al premio Nobel pues la muerte les ha sorprendido mucho antes de su nominación.

El drama vivido en esta ocasión en que el Profesor Vickrey muere tres días después de su elección y en el que el premio debe ser entregado postmortem es, simplemente, la consecuencia de tener más candidatos que galardones.  También es la consecuencia de la estrategia de asignar el premio de manera rotatoria por ramos del saber.  Si a una persona de edad se le pasa el carrusel del premio debe casi despedirse pues la próxima vuelta puede demorarse unos diez años.

La selección de William S Vickrey y James Mirrlees como Premios Nobel en 1996 es un reconocimiento a destacados economistas que han dedicado la mayor parte de su esfuerzo al campo de las finanzas públicas.  Vickrey hizo importantes contribuciones a la utilización practica de las reglas derivadas de la economía del bienestar.  Los problemas prácticos de la utilización del principio de igualdad entre el precio y el costo marginal fueron objeto de análisis por parte del Profesor Vickrey.  Los estudiosos de la fijación de precios de monopolios nacionalizados, servicios públicos y transporte público se beneficiaron enormemente de los escritos del Profesor Vickrey.  En 1961 Vickrey hace una contribución importante al análisis sobre la revelación de preferencias al encontrar una solución al problema de como hacer que en las licitaciones se revelen las verdaderas preferencias de los licitantes.

La pelea entre el burócrata y el técnico emprendida por el Profesor Vickrey contra el Metro de Nueva York muestra la dificultad de imponer alguna racionalidad en esquemas tarifarios que muchas veces tienen como única justificación la muy colombiana del "no se puede".  Si a alguien le preguntaran cual puede ser el esquema de tarifas de servicio público más absurdo y de mayor dificultad de cumplimiento respondería que cobrar por edad del vehículo.  Comparado con este esquema, el propuesto por el Profesor Vickrey de cobrar por distancia y por hora del día ganaría la aceptación de todas las burocracias del mundo excepto la colombiana.  Si un esquema tan absurdo y caótico como el colombiano puede existir por más de veinticinco años sin producir ninguno de los resultados que prometía sería deseable comenzar a pensar en el esquema propuesto por el difunto premio Nobel.

Las contribuciones del Profesor Mirrlees se pueden ubicar en el campo de la tributación óptima.  Muchos de sus escritos se dedicaron a analizar cual puede ser la mejor manera de gravar la actividad productiva y el ingreso de las personas causando las menores distorsiones posibles.  Las publicaciones del Profesor Mirrlees se inician en 1962 con un escrito conjunto con el famoso Profesor Kaldor sobre un nuevo modelo de crecimiento en el que se estudia el comportamiento de una economía compuesta por dos clases, la capitalista y la trabajadora.  Continúan al comienzo de los setenta con unos trabajos conjuntos con Peter Diamond sobre tributación y producción óptimas.  En los setenta aparecen una serie de publicaciones del Profesor Mirrlees sobre tributación óptima y un texto muy importante con Ian Little sobre Planeación y Evaluación de Proyectos en países en vías de Desarrollo.

Al comprobar el largo lapso transcurrido entre las publicaciones más importantes de los galardonados y la fecha de su elección surge la duda de si realmente el premio Nobel está contribuyendo a mejorar la ciencia económica o si simplemente es un reconocimiento tardío a un pequeño grupo de afortunados que se ganan una lotería que ya no pueden disfrutar.


Todo parece indicar que el esfuerzo de los investigadores está más relacionado con dos eventos importantes en su carrera.  En primer lugar, el gran esfuerzo para lograr el titulo de doctorado que les abre la oportunidad de vincularse a la academia.  En segundo lugar, el esfuerzo que deben hacer los profesores asistentes recién graduados para lograr obtener su nombramiento como profesores titulares en una buena universidad.  Después de lograr la titularidad en una buena universidad el esfuerzo disminuye y la posibilidad de lograr el premio Nobel es muy poco lo que contribuye al esfuerzo.  Si la Academia Sueca quiere utilizar el tan codiciado premio Nobel como incentivo para mejorar la economía tiene que otorgarlo a economistas más jóvenes que puedan disfrutar el dinero por un tiempo más largo.

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