martes, 30 de septiembre de 1997

Un autogol financiero

El cobro de multas por el trasteo de los préstamos de las Corporaciones de Ahorro a los Bancos se convirtió en un tema de debate. Esta decisión de algunas instituciones puede terminar perjudicando a todo el sistema financiero. Si convencer a personas levantadas en la fe cristiana o musulmana que es lícito cobrar intereses por prestar dinero como será de difícil ahora que cobran intereses aún después de devolver el dinero. Los populistas estilo Alan García que siempre están prestos a encontrar motivos para nacionalizar el sistema financiero podrían aprovechar esta oportunidad para ganar puntos con los deudores. La decisión no podría llegar en un momento menos oportuno cuando han vuelto a cobrar fuerza los sindicatos de deudores del sistema UPAC. Los organizadores de los sindicatos de los deudores deben haber quedado muy agradecidos con los gerentes de las instituciones financieras que metieron las de caminar.

Una decisión tan absurda que atenta contra la misma esencia del sistema financiero y que puede devolverse en contra del sistema financiero se hace en un momento poco oportuno. La baja de las tasas de interés no solo afectan positivamente la demanda agregada y en especial la inversión sino que además permite una reestructuración de la deuda. Esta reestructuración contribuye de manera positiva a la reactivación de la economía pues por una parte disminuye el valor del servicio de la deuda y por otra mejora los balances de las compañías disminuyendo de paso el riesgo para el sistema financiero. Los mejores indicadores financieros de las empresas logradas con la reestructuración de los pasivos permitían prever una recuperación posible de la economía. Sin embargo, después de este golpe propinado por algunas entidades financieras a la posibilidad de la reestructuración de las deudas las posibilidades de una reactivación se alejan.

La decisión de no permitir el trasteo de los préstamos de vivienda va en contra de los propósitos que se tenían con la reforma del sistema financiero y con la apertura del sector financiero a la competencia extranjera. El consumidor no gana nada con la entrada de nuevos participantes en el sector financiero si las reglas se cambian para proteger a las entidades existentes. El consumidor necesita que el mayor número de participantes se traduzca en una rebaja real de los costos financieros. El consumidor no gana nada con el cambio de dueños de las entidades financieras si tiene que seguir pagando los altos costos de intermediación que han caracterizado a la economía colombiana en los últimos años. La rápida rebaja de los costos de intermediación es una manera de reducir las tasas de colocación del sistema financiero y por lo tanto de lograr acelerar el proceso de reactivación.

Teniendo en cuenta lo anterior pareciera que la decisión de no permitir la salida de los deudores de su  institución financiera es inconveniente. surge la duda de si esta decisión tiene una base conceptual sólida que haga atractiva esta medida en otras circunstancias. La experiencia ha mostrado que los créditos de largo plazo deberían ser lo más flexible posible pues es muy difícil prever lo que pueda ocurrir a veinte años. Mantener una tasa de interés fija en estas circunstancias se ha mostrado como inconveniente y lo que ha surgido como alternativa ha sido la creación del sistema UPAC y la utilización de préstamos con  tasas de interés variable. Los intermediarios financieros han podido manejar estas situaciones pues el riesgo de un préstamo específico se compensa con el de otros préstamos. Al tener un portafolio amplio de préstamos contratados en diferentes momentos del tiempo a diferentes tasas de interés el riesgo se disminuye y es manejable mediante las técnicas normales de manejo de tesorería. Los impactos de los cambios en las tasas de interés sobre el portafolio de un banco es relativamente menor y puede ser manejado por los tesoreros de los bancos. Más aún, los riesgos altos se pueden disminuir mediante la creación de instrumentos financieros como el mercado de futuros de  tasas de interés. 

Lo anterior parece mostrar que en las circunstancias actuales de la economía colombiana no resulta atractivo para los bancos poner cláusulas que impidan el trasteo de cuentas en un régimen de mayor competencia. Paradójicamente, en condiciones de competencia perfecta el banco que ponga una cláusula de este tipo tendría que aceptar una tasa de interés mucho menor que los de su competencia. Cuando el dueño del Banco le pregunte al gerente por la razón de que este cobrando menores tasas de interés que la competencia y este le conteste que es porque no conoce otro método de garantizar un flujo de caja, el dueño con casi toda seguridad le dirá que en este negocio no hay campo para funcionarios del pasado y que lo mejor es que busque otra actividad más sencilla.


lunes, 22 de septiembre de 1997

La privatización de la Empresa de Energía de Bogotá

El día lunes 15 de septiembre se dio el primer paso para la privatización de los servicios públicos de Bogotá. El resultado de esta operación puede considerarse como un gran éxito. En primer lugar, se ha logrado mostrar la bondad de un esquema de subastas. El resultado para la empresa superó con creces los estimativos realizados por los consultores. En efecto, por la participación en la Empresa generadora se obtuvo más del cincuenta por ciento de la base estimada para la subasta, mientras que por el sistema de distribución se hizo una oferta cuatro veces superior a la fijada en los estudios previos. Se recibieron mas de dos mil cien millones de dólares cuando se esperaba recibir 900 millones de dólares. Los mil doscientos millones de dólares adicionales van a servir para poder sanear definitivamente las finanzas del Distrito.

En segundo lugar, se ha mostrado la gran importancia de la Empresa de Energía. La mala prensa había convertido a la segunda empresa pública en el blanco de todos los interesados en mojar prensa. El Procurador, el Contralor General de la República, el Contralor Distrital y hasta el mismo Senado de la República pusieron en el banquillo de los acusados a todos los gerentes que dirigieron  la empresa entre 1981 y 1992. Los gerentes y sus colaboradores tuvieron que desfilar ante las cámaras de los noticieros de  televisión que trataban de encontrar culpables del apagón. El mercado de capitales finalmente falló a favor de  la gestión de unos funcionarios que afrontaron en su momento grandes retos para poder sacar adelante un proyecto tan ambicioso como el Guavio.

En tercer lugar, se mostró claramente lo difícil que es hacer estimativos de lo que puede valer una Empresa. Los estudios de los consultores no siempre han acertado. En el caso de la EEB quedó claramente establecido que los consultores subestimaron el valor de la Empresa especialmente en lo referente a la Distribución. Curiosamente, el valor de la Empresa distribuidora y comercializadora resultó mucho más elevado que el de la generadora. Este resultado es sorprendente pues los activos utilizados por la generadora tuvieron un costo muy superior a los activos de la distribuidora. El mercado, tal como lo enseña la teoría económica,  no está muy interesado en compensar  los costos incurridos en el pasado sino que por el contrario valora los activos por la capacidad de producir ingresos en el futuro. En consecuencia el elevado valor pagado por la distribuidora muestra la importancia del mercado de la capital del país para una empresa que comercialice la energía eléctrica.

En cuarto lugar, se ha confirmado la importancia de contar con el capital necesario para poder refinanciar la empresa. Con los nuevos recursos financieros la Empresa de Energía se ha convertido en una empresa viable que tiene un porvenir muy interesante. Los problemas que ha vivido la empresa en los últimos quince años se originaron en la imposibilidad de obtener la financiación necesaria para emprender su plan de expansión. Ni el gobierno nacional, ni los organismos internacionales estuvieron interesados en apoyar en forma decidida a la empresa de Energía. Nunca se metieron la mano al dril para aportar los recursos necesarios. Siempre buscaron lograr una mejora en la gestión como requisito para apoyar a la Empresa, cuando lo que se requería era aportar los recursos necesarios para sacar a la empresa de la encrucijada financiera en la que se encontraba.

En quinto lugar, se ha podido apreciar el alto costo impuesto por un exceso de regulación en una empresa de esta importancia. El mercado ha mostrado que cuando se puede manejar una empresa pública sin tener que estar sometida a una camisa de fuerza su valor aumenta considerablemente. La gran diferencia entre el valor estimado por los consultores y el realmente pagado parece estar mostrando que una empresa del tamaño de la EEB bien manejada puede valer casi mil doscientos millones de dólares más cuando se deja participar al sector privado.

Finalmente, debe quedar claro que el Distrito debe aprovechar la coyuntura actual para hacer la transformación de sus otras empresas de servicios públicos. De especial importancia es lograr la transformación de la ETB en una sociedad por acciones para que pueda entrar a participar en el mercado de larga distancia. El Distrito debe aprovechar el papayazo dado por el gobierno nacional en la apertura de la larga distancia para adquirir por 150 millones de dólares el derecho a competir en un mercado como el de las telecomunicaciones que tiene un brillante porvenir.


jueves, 11 de septiembre de 1997

Las implicaciones del fenómeno del Niño

En estos días se ha comentado las posibles implicaciones de la sequía causada por el fenómeno del Niño. Para muchos analistas la sequía va desembocar en un aumento en la tasa de inflación que podría poner en peligro el cumplimiento de las metas de inflación. La explicación es muy sencilla pues dentro del análisis convencional la sequía es equivalente a un choque en la oferta agregada que lleva al conocido fenómeno de la estanflación o sea el estancamiento con inflación. El aumento de la inflación como es apenas natural se originaría en el grupo de alimentos y después se generalizaría a los otros grupos en buena parte como reflejo de un aumento de costos de materias primas y los incrementos en los ajustes salariales.

Este análisis tradicional ha comenzado a perder validez con la apertura de la economía colombiana pues en este entorno la disminución en la producción de alimentos no se traduce necesariamente en un aumento en el costo de los alimentos, sino que más bien se refleja en un aumento en las importaciones de alimentos y materias primas de origen agropecuario. El aumento en los precios es mínimo en la medida en que el fenómeno de la sequía sea de carácter local. Cuando el fenómeno afecta a toda la economía mundial como ocurrió en 1973, la disminución de la producción tiene claramente un impacto en la inflación.

Teniendo en cuenta lo anterior y a juzgar por la evidencia el fenómeno del niño por ser de carácter local no va a tener un gran impacto en la inflación sino que más bien se va reflejar en un aumento en la importación de alimentos. En consecuencia, el impacto en la balanza de pagos se torna como el elemento clave del análisis del impacto del fenómeno del niño en el sector agropecuario. Es claro que el aumento de las importaciones de alimentos tiene como consecuencia un aumento en la demanda de divisas lo que se deberá ver reflejado en una tendencia a la devaluación nominal del peso. La tendencia hacia la devaluación nominal por una parte va a permitir un manejo menos complicado de la tasa de cambio y va a tender a llevar la tasa de cambio hacia el techo de la banda cambiaria. Por otra parte, el aumento en el déficit en cuenta corriente va agravar el problema del sector externo. El aumento en el déficit externo tarde o temprano se debe convertir en un aumento en el nivel de endeudamiento externo lo que aumentaría las posibilidades de una crisis cambiaria.

El proceso de apertura ha cambiado de manera fundamental la manera como se transmite el choque causado por una sequía. Ya el efecto precio no es tan importante como antes sino que ahora el efecto se refleja en la cuenta corriente de la balanza de pagos y por lo tanto su impacto depende de la situación imperante en el momento en el frente externo. Si ocurre, en momentos como el actual en la que el sector externo se encuentra débil su impacto puede ser muy grave. Por el contrario si el país estuviera con superávit externo, la sequía serviría para ayudar a estabilizar la economía.



Para completar el análisis del impacto de una sequía en la economía colombiana es necesario estudiar el impacto de la sequía en la oferta de energía. La gran diferencia entre este caso y el anterior se origina en que los servicios de energía eléctrica no son comercializables internacionalmente y por lo tanto la disminución debida a la sequía se va a traducir en una reducción de la oferta y en un incremento en precios. En este caso de bienes no transables internacionalmente como la energía eléctrica la reducción en su oferta resulta claramente en la estanflación. Y por lo tanto la sequía puede llevar a un incremento de la tasa de inflación y una posible recaída en la recesión.

La gran vulnerabilidad del sistema eléctrico nacional que se ha puesto de presente con el ataque guerrillero ha vuelto a poner sobre el tapete el tema del racionamiento eléctrico. Las amargas experiencias vividas hace pocos años deberían ponernos a reflexionar sobre la importancia de usar el sistema de precios para racionar la demanda. Los economistas deberán entrar muy pronto en este tema y aportar sus argumentos para defender un cambio en la política de precios como elemento de control de la demanda.



martes, 2 de septiembre de 1997

Finalizó el ajuste ético

El anunció hecho por el Departamento Nacional de Planeación sobre el crecimiento del producto en el segundo trimestre de 1997 ha dado lugar a serias  discusiones entre el gobierno y los gremios. Antes de tomar partido por alguna de las partes es necesario aclarar que la cifra dada por Planeación Nacional es apenas una aproximación. Esta estimación se hace  por métodos econométricos  a partir de una serie de indicadores y por lo tanto no puede entenderse como la medición de lo que realmente ocurrió en el segundo trimestre de 1997. La cifra real  puede variar y por lo tanto el estimativo presentado no puede servir para juzgar la gestión del gobierno ni para juzgar de manera definitiva la gestión del gobierno.

Las cifras trimestrales producidas por Planeación Nacional son una aproximación obtenida por un seguimiento cuidadoso de una serie considerable de indicadores  mensuales  que en condiciones normales pueden servir como una aproximación bastante buena de lo acontecido en el último trimestre.  Como bien lo saben los analistas de la economía, lo más difícil de prever es el cambio en las tendencias y por tanto, en el momento actual en  que estamos en espera de una anhelada recuperación deberíamos ser muy cautelosos en declarar el fin de la recesión con base en estimativos como los producidos por el Departamento Nacional de Planeación.

Este tipo de  controversia se puede evitar si el gobierno, en lugar de utilizar estimativos del crecimiento espera a obtener las cifras de la contabilidad nacional. Gracias al esfuerzo de esta Administración el país cuenta con mediciones trimestrales de las cuentas nacionales que con un retraso razonable de un poco más de tres meses permiten medir el crecimiento de la economía. En estas circunstancias el esfuerzo del DNP para predecir lo que va medir el DANE debe ser utilizado para afinar la política económica y por su propia naturaleza debería utilizarse por el equipo del gobierno como una primera aproximación de lo que está pasando. El sector privado tomará estas cifras con beneficio de inventario y las adoptará para sus decisiones en la medida en la que tenga confianza en el gobierno.

La discusión de las cifras y la controversia que ha surgido es simplemente una manifestación más de la falta de confianza en el gobierno. Si los gremios no le creen al gobierno que hemos salido de la recesión lo que está mostrando es una gran desconfianza en las autoridades económicas. La falta de credibilidad en la política económica se ha extendido a las mediciones hechas por entidades del gobierno. Bajo esta óptica, la falta de credibilidad del Departamento Nacional de Planeación se torna en un grave problema. Si la presentación de unas  cifras  da lugar a serias controversias  que podremos esperar de la discusión de  las políticas adoptadas.

Es claro, entonces, que mientras el DANE no publique las cifras del segundo trimestre toda la discusión debería entenderse como una discusión sobre diversos métodos de prever el futuro. El gran peligro que existe es que la discusión de un asunto eminentemente técnico como es el de las predicciones del crecimiento de la economía le quite espacio a la discusión sobre las medidas que se deben adoptar. Lo que están en juego es muy importante para dedicarse a discutir si el DNP si sabe hacer predicciones o si las de los gremios son mejores. 

Lo que se necesita en este momento es tener claridad de lo que más le conviene a la economía colombiana. Las discusiones en los foros han mostrado que si bien el problema coyuntural es importante y debe resolverse a la mayor brevedad la mayor incertidumbre que existe en la economía colombiana es lo que pueda pasar en el largo plazo. Ha comenzado a discutirse seriamente en estos foros si la economía colombiana es viable en el mediano plazo. El Profesor Edwards nos ha puesto a pensar si el prestigio que tenía la economía colombiana todavía subsiste. Los grandes problemas generados por un sistema político corrupto no se pueden ocultar, de nada sacamos crecer a cinco por ciento por año si el país se considera ahora como la Bosnia de Latinoamérica. 

Sería muy bueno que la recuperación de la economía nos estuviera mostrando que hemos pagado el costo del ajuste ético y que ahora si vamos a convertirnos en un país desarrollado en el que imperan altos principios éticos y en los cuales el gobierno goza del respaldo de todos los ciudadanos. Lamentablemente, los últimos acontecimientos que han afectado a personas en las que el país había confiado están mostrando que seguimos con estándares éticos muy bajos. La ola de paros que se están dando muestra una falta de gobernabilidad total. La incertidumbre institucional es inmensa. Nadie sabe cómo se van a interpretar las leyes ni quién será el próximo dirigente que termine en la cárcel. 

Sería recomendable que en estas circunstancias tanto el gobierno como los dirigentes gremiales se pongan a pensar en los cambios que se requieren y no se dediquen a pelear por unas proyecciones. Si seguimos en este juego lo único que vamos a repetir es las discusiones que se dan todas las noches en los espacios deportivos en los que cada uno hace pronósticos sobre el resultado de las eliminatorias al mundial. El Director Técnico de la selección no se puede poner a pelear con todos los periodistas que no pongan en duda la clasificación de Colombia. Lo que deben hacer el Bolillo y el Ministro de Hacienda es reforzar su trabajo para que se logre recuperar el prestigio del fútbol y del manejo de la economía.