jueves, 28 de noviembre de 2002

La demanda no crea su propia oferta

Con ocasión del centenario del nacimiento de Lauchlin Currie se realizaron en el mes de octubre varios seminarios académicos que analizaron la vigencia del pensamiento del destacado economista. En una de las reuniones se destacaron sus contribuciones en el campo de la estabilización y el crecimiento.


En el campo de la macroeconomía se mencionó su contribución a la definición de la política para salir de la gran depresión en donde, al lado de Keynes, descubrió la importancia de reconocer que en algunas situaciones la oferta no genera su propia demanda.

En el campo del crecimiento económico, Currie se dio cuenta que existía una demanda latente inmensa en el campo de la vivienda, que no se podía satisfacer por cuanto no había crédito, lo que impedía ampliar la oferta de vivienda. Pero factores institucionales impedían que la demanda creara su propia oferta. Lo que se necesitaba era reconocer a los ahorros del público una rentabilidad por encima de la inflación y aceptar que los deudores deberían reintegrar el valor real del crédito concedido.

Si queremos que Colombia vuelva a crecer no podemos olvidarnos de las enseñanzas de Currie. Para poder crecer es necesario identificar y poner en práctica las reformas necesarias para convertir una demanda potencial en demanda efectiva, pues no se puede ser tan cándido en pensar que la demanda crea su propia oferta. El Estado tiene que estar consciente de que muchas veces las barreras al desarrollo son deficiencias institucionales que requieren de una "reinvención del gobierno".

La revisión de la experiencia del sector educativo de los últimos años muestra la importancia de tener presentes las enseñanzas de Currie. Tal como se menciona en el libro de Eduardo Sarmiento "El Modelo Propio": "La participación en el PIB del gasto en educación se duplicó en el decenio. (...) Los recursos dedicados a la educación crecieron tres ves más que los maestros y los estudiantes". El incremento en los recursos no era el secreto para mejorar el sector educativo colombiano. La prioridad dada por la Constitución al gasto social no se tradujo en mejores resultados, por la sencilla razón de que no se hicieron a tiempo las reformas institucionales necesarias.

El profesor Stiglitz en su último libro nos da una pista para entender lo sucedido en Colombia, con relación a esta importante reforma institucional del sector educativo. En su libro "El malestar de la globalización" identifica como una de las principales fallas de las reformas institucionales el problema de la secuencia y el ritmo de las reformas. Encuentra que, con excepción de las reformas institucionales hechas para controlar la hiperinflación, las estrategias de choque no tuvieron todo el éxito esperado por los reformistas.

En nuestro caso podríamos pensar que la estrategia de querer resolver lo más rápido el problema educativo mediante un aumento en los recursos, no resultaba apropiada pues la respuesta del Estado en el sistema educativo público era muy lenta, o dicho en términos de economistas, el aumento rápido de la demanda, unida a una oferta inelástica debería llevar a un aumento muy pequeño en el número de estudiantes atendidos por la educación pública. En estas circunstancias el ritmo de la reforma ha debido ser más lento, con lo cual se hubiera logrado que el aumento del gasto se hubiera convertido en aumento en el número de matriculados.

La secuencia de las reformas no parece haber sido la indicada. En lugar de pensar en incrementar los recursos dedicados a la educación, ha debido pensarse primero en reformas relacionadas con la oferta educativa del sector público. Pensar que se podían posponer las reformas del lado de la oferta fue una gran equivocación. El gobierno del Presidente Uribe quiere darle una gran prioridad a la educación, para lograr los resultados esperados debe hacer, ahora sí, las reformas necesarias en la educación pública así afecten intereses con mucha fuerza política que en el pasado se apropiaron de los mayores recursos destinados a la educación de los colombianos menos favorecidos.

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