lunes, 24 de noviembre de 2014

El taxista economista

Utilizar el servicio de taxi en Bogotá es toda una aventura. A través de los conductores de taxi uno se entera de muchos de los chismes de moda. Con ellos también se descubren algunos atajos para llegar al destino en el menor tiempo posible. El jueves 20 de noviembre de 2014 me tocó un taxista muy interesante al que le indagué por el valor del cupo de un taxi en Bogotá. Me contestó que en este momento estaba en cien millones de pesos y que él, después de haber hecho algunas cuentas,  había decidido vender su taxi trabajando solo como conductor.

Me explicó que con el precio de venta del taxi y de su cupo había hecho una inversión en finca raíz que le estaba dando mejores resultados. Estaba consciente de que parte de lo que dejaba el taxi como remanente, era un retorno tanto de su trabajo como de su inversión, y que si descontaba lo que recibiría de una buena inversión, le quedaría un sueldo muy bajo. Antes de bajarme del taxi felicité al taxista porque había tomado una buena decisión al tener en cuenta las alternativas de inversión y le deseé éxitos en sus nuevos negocios..


lunes, 17 de noviembre de 2014

El canal de Panamá con aroma de café

El 15 de agosto de este año (2014) se celebró el centenario de la entrada en funcionamiento del canal de Panamá[1]. William McGreevey, profesor asociado de la Universidad de Georgetown, en su libro “Historia Económica de Colombia 1845-1930” resalta algunos efectos del canal de Panamá en el desarrollo de Colombia. Según este reconocido historiador, como consecuencia de la apertura del canal, los flujos relacionados con el comercio exterior, y en especial el de las exportaciones de café tomaron la ruta del Pacífico.

El ferrocarril del Pacífico se convirtió en la empresa con ingresos brutos más altos de Colombia y el Puerto de Buenaventura se convirtió en el de mayor movimiento de Colombia. La participación de Buenaventura en el movimiento portuario se multiplicó por cinco entre 1918-1919 y 1943-1947. En ese período el porcentaje de las exportaciones cafeteras que se movían a través de Buenaventura pasó de una cifra insignificante a un 60%  del total.



lunes, 10 de noviembre de 2014

Lauchlin Currie ya lo había dicho

El 10 de abril de 1961 Lauchlin Currie le presentó al presidente Alberto Lleras Camargo un Programa Nacional de Desarrollo Económico y Social de Colombia. En las palabras de su autor “este programa debe concentrarse en acelerar los procesos naturales que actualmente están operando en Colombia y que han sido la base principal del desarrollo de todos los países avanzados. En esencia, la Operación Colombia consiste en el desarrollo de formas y sistemas para crear más empleos productivos y resolver el problema agrario, dando un gran impulso a la industrialización y a la tecnificación de la agricultura. Educación para todos, mejor salud y vivienda aceptable, serán los resultados inherentes al programa[1]”.

La novedad del planteamiento de Currie fue considerar que la solución al problema agrario se daría al acelerar el proceso de urbanización y al mismo tiempo aumentar la productividad del sector agrícola moderno. Currie se dio cuenta de que el alto porcentaje de la población que vivía en el campo era un reflejo de la baja productividad de la agricultura tradicional y que por lo tanto una gran parte de la población rural sufría de un desempleo disfrazado  que se debía considerar como sinónimo de la baja productividad en la agricultura tradicional[2]

lunes, 3 de noviembre de 2014

Dos interrogantes sobre el Metro de Bogotá


El martes 28 de octubre, en las horas de la noche, en el Senado de la República se realizó un debate de control político promovido por Carlos Fernando Galán, el senador de Cambio Radical sobre el Metro de Bogotá. En el debate surgieron temas importantes sobre el proyecto que han sido analizados  entre otras personas por Rudolf Hommes y Andrés Escobar.

Por sugerencia de un amigo prendí el Canal del congreso para seguir el debate. Las primeras  intervenciones que vi, se limitaron a repetir las razones y sinrazones que se han dado para justificar el Metro de Bogotá. Tal como lo sugiere el Profesor Stigler, pienso  para acelerar las presentaciones estas razones deberían ser codificadas y los Honorables Senadores deberían citar solamente el número. Por ejemplo,  la número uno podría ser “Bogotá es la única ciudad de más de dos  millones de habitantes que no tiene metro”. La número dos podría ser,  “En mis viajes al exterior, he experimentado el Metro y lo he encontrado extraordinario”.