lunes, 24 de diciembre de 1990

Los economistas del Futuro

El Presidente Gaviria y el Ministro Hommes con sus medidas económicas están dando pasos importantes para cambiar el país hacia uno más moderno y más acorde con los ideólogos de la nueva derecha.

Al terminar 1991 es justo reconocer a quienes se han destacado en el año que termina. Entre los economistas el más destacado fue sin lugar a dudas César Gaviria. Durante el año tuvo notables éxitos en el campo de la política. En la consulta popular del partido liberal logró una abrumadora mayoría que ratificó en las elecciones presidenciales de mayo. La llegada a la Presidencia de la República de César Gaviria no sólo es motivo de orgullo para los miembros de la profesión sino que indudablemente va a marcar un nuevo rumbo económico, pues ha emprendido una serie de cambios en la legislación que están abriendo las puertas al futuro. Los cambios en la legislación laboral, en el manejo cambiario, la reforma tributaria y otros sin lugar a dudas servirán para poner a funcionar un nuevo modelo de desarrollo orientado hacia afuera y en el que el Estado tendrá un papel menos intervencionista.

En segundo lugar se ha destacado en los últimos meses Rudolf Hommes el Ministro de Hacienda quien ha participado en forma intensa en el paso de las reformas del Presidente Gaviria en el Congreso. El éxito del Doctor Hommes ha sido notable. No solo ha mantenido bajo control los elementos populistas del gobierno sino que ha tratado de poner disciplina en el manejo económico.

El Ministro Hommes no tuvo  inconveniente en tomar unas medidas impopulares aun a costa de perder popularidad en el partido del gobierno. Curiosamente, las medidas del Ministro Hommes han tenido una mejor acogida en los medios del conservatismo colombiano que en los del liberalismo. En palabras del Ministro Hommes los únicos que lo felicitan por su actuación son los conservadores.

El Presidente Gaviria y el Ministro Hommes con sus medidas económicas están dando pasos importantes para cambiar el país hacia uno más moderno y más acorde con los ideólogos de la nueva derecha. Por conducir al país hacia ese futuro han recibido críticas de algunos neófitos. El destacado columnista  Carlos Apolinar Lemmos Simmonds, quien ocasionalmente asume posiciones similares a los de la Nueva Derecha, le quito el apoyo a las medidas cuando comenzó a hacer campaña política pues pensó que al asociarse con los cambios del gobierno le reportarían disminuciones de sus votos.

Por otra parte, los ortodoxos de la Nueva Derecha han criticado ocasionalmente las medidas del gobierno cuando adopta medidas ad-hoc como el establecimiento de cambios múltiples y cuando pregona políticas de pacto social reminiscentes de la época de la nueva frontera.

A pesar de las críticas, es indudable que los doctores Gaviria y Hommes han cumplido con el país en el año que termina. Su actuación en estos momentos cruciales para el país debe ser reconocida por todos. Esperamos que en el próximo año continúen dirigiendo la inserción de Colombia en el Siglo XXI

lunes, 17 de diciembre de 1990

Política Fiscal Colombiana

A pesar de los grandes avances logrados en los ochentas el sistema fiscal colombiano tiene algunos problemas que deben ser corregidos poco a poco.

El miércoles de la semana pasada se desarrolló en Bogotá un seminario sobre Política Fiscal Colombiana en donde se presentaron dos trabajos de destacados economistas colombianos. En el seminario, la mayor discusión se concentró en la relación existente entre la política fiscal y la estabilización de la economía. Para uno de los ponentes, el haber adoptado Colombia una política fiscal  anticíclica, ha sido una de las causas de la relativa estabilidad de su política macroeconómica, aún ante la presencia de un sector externo oscilante.

Los dos ponentes, Jorge Ospina y Eduardo Sarmiento a pesar de las claras diferencias en sus enfoques, estuvieron de acuerdo en que el caso colombiano se ha caracterizado por un manejo discrecional de la política fiscal. Esta discrecionalidad, la mayor parte de las veces, se ha empleado para ayudar en la estabilización. Por ejemplo, las cifras muestran que fue posible revertir las tendencias negativas imperantes en 1984, mediante una sano proceso de ajuste macroeconómico en el que la política fiscal fue un protagonista importante.

El paquete de medidas que lograron este pequeño milagro económico no solo fueron de carácter fiscal, sino que también incluyeron medidas cambiarias y monetarias que facilitaron el ajuste en los frentes externo e interno. Los estudios retrospectivos muestran la importancia de haber conseguido un nivel adecuado en la tasa de cambio real de la economía colombiana.

A diferencia de las reformas anteriores, los cambios ocurridos en los ochentas fueron puestos en marcha sin tener que acudir a misiones fiscales lideradas por expertos extranjeros. Estas reformas, "made in Colombia", tuvieron un carácter pragmático y buscaron simplificar las relaciones entre el contribuyente y la administración. Para Jorge Ospina, el buen resultado de las reformas fiscales colombianas se ha debido en buena parte a su carácter gradual. El público está dispuesto a aceptar cambios cuando estos son pequeños y frecuentes. Los grandes cambios asociados con la elaboración de estudios exaustivos liderados por reconocidos expertos extranjeros parecen entonces, ser menos efectivos que una serie de ajustes sugeridos y puestos en práctica por expertos nacionales.

A pesar de los grandes avances logrados en los ochentas el sistema fiscal colombiano tiene algunos problemas que deben ser corregidos poco a poco. En primer lugar, es necesario disminuir la participación de los tributos sobre las importaciones. Para poder tener éxito en el proceso de apertura se requiere bajar los aranceles y los recargos a las importaciones. Obviamente para lograr mantener una estabilidad macroeconómica es necesario apelar a aumentos en otros tributos.


En segundo lugar, será necesario controlar las transferencias hacia los municipios. El Impuesto al Valor Agregado que podría generar recursos adicionales está limitado por la necesidad de transferir el 50 por ciento a los municipios. Si bien, en principio, sería posible transferir responsabilidades adicionales a los municipios, en la práctivca esto es imposible. La realidad política colombiana es que la descentralización ha venido acompañada de un aumento en el déficit del nivel central. Los gastos transferidos han sido siempre menores que los recaudos transferidos. Las fórmulas utilizadas para ejecutar las transferencias no solo no han sido rígidas sino que no han incentivado un mayor esfuerzo local. Si la constituyente que elegimos el 9 de diciembre suprimiera las fórmulas específicas del situado fiscal, dandole un manejo más flexible a las relaciones fiscales intergubernamentales, habría contribuido notablemente a la mejor marcha de la nación. 

lunes, 10 de diciembre de 1990

No hay pesos

En este momento las medidas tomadas pueden tener consecuencias demasiado graves, pues pueden hacer abortar el proceso de apertura.

Durante esta semana el dólar negro ha tenido una fuerte caída, el diferencial entre el dólar negro y el oficial se ha ampliado. Hoy en día el dólar negro tiene una cotización bastante errática. Los hoteles que atienden a los turistas muestran cotizaciones muy diferentes. Un día mientras que uno estaba pagando el dolar a 512 pesos había otro que pagaba 534 pesos por dólar. Más aún, en una de las casas de cambio del Centro Internacional, no estaban recibiendo los dólares y afirmaban que se les habían acabado los pesos.

En los almuerzos de los clubes se especulaba la razón de este comportamiento tan extraño. Algunos aducían como posible excusa que habían llegado dineros calientes a financiar las campañas de la constituyente mientras otros hablaban de diversas posibilidades.

La verdadera razón de esto es que obedece a una política del gobierno. Como se sabe, con el objeto de controlar el dinero las autoridades monetarias decidieron diferir por un tiempo el pago de los dólares por concepto de servicios. Este cierre temporal de la llamada ventanilla siniestra unido a la alta restricción monetaria ha hecho que se desplace la demanda del sector oficial hacia el paralelo.

Como consecuencia de las medidas el peso ha tenido una revaluación real. Además, se ha establecido una tasa de cambio diferencial pagando menos por los dólares provenientes de los servicios. Estas medidas poco ortodoxas, de revaluar y de establecer tasas diferenciales de cambio no son nuevas. El distinguido economista Eduardo Sarmiento, cuando era Asesor de la Junta Monetaria del Gobierno de López, hizo uso de este tipo de medidas.

En esa época como ahora, el principal objetivo fué controlar la oferta monetaria. En los 70 la causa de las perturbaciones monetarias fué la bonanza cafetera y marimbera. Hoy en día el desorden monetario se debe a un aumento no contemplado en las reservas internacionales aparentemente causado por las incertidumbres asociadas al proceso de apertura.

En el pasado este tipo de medidas, si bien en el corto plazo ayudaron a un control más efectivo de la inflación, en el largo plazo tuvieron consecuencias muy graves en la situación competitiva internacional de la economía colombiana y sembraron la semilla de la crisis financiera de comienzos del 90.

En este momento las medidas tomadas pueden tener consecuencias demasiado graves, pues pueden hacer abortar el proceso de apertura. La lógica económica enseña que al disminuir las restricciones para importar y al disminuir los incentivos a la exportación se debe hacer una devaluación compensatoria. Si no se devalúa se pierde la ventaja competitiva del sector externo.

Como nos lo han recordado recientemente los Profesores Edwards y Dornbusch, todos los paises que han logrado culminar exitósamente un proceso de apertura han mantenido una tasa real de cambio alta. Las principales fallas del proceso de apertura, han estado asociadas a la revaluación del tipo de cambio. Es evidente entonces, que el incentivar una revaluación del peso en estos momentos no solo tiene efectos negativos en el proceso mismo, sino que están indicando que el gobierno ha perdido interés en el proceso de apertura. Los agentes económicos apostarán que no va a haber apertura lo que conducirá a que los opositores cobren fuerza y a que los defensores de la apertura pierdan confianza en la voluntad política del gobierno. Adicionalmente, pueden pensar que el gobierno está dispuesto a apelar a políticas heterodoxas, como el control de precios, con efectos negativos en la asignación de recursos.


Si el Ministro Hommes me hubiera pedido un consejo, le hubiera repetido el que me dió el Subgerente Financiero de la EEEB respecto al proyecto Guavio, "no atrasemos el Proyecto Guavio por que el proyecto se atrasa sólo". Yo le diría al Ministro, no revalúe pues el dólar cuando se abran los mercados de capital se revalúa sólo.