lunes, 26 de noviembre de 1990

La buena economía también funciona en el trópico

En eventos recientes como el Foro Lauchlin Currie, realizado hace pocos días en Bogotá, para celebrar el lanzamiento del Libro Vida y Política Económica de Lauchlin Currie, y en el Simposio sobre Mercado de Capitales los conferencistas con un mensaje más claro y relevante para la situación colombiana fueron dos profesores de universidades de los Estados Unidos.
  
En Colombia existe la creencia de que la economía que se estudía en los países avanzados no tiene mucha aplicación para países similares al nuestro. La realidad parece ser muy diferente. En eventos recientes como el Foro Lauchlin Currie, realizado hace pocos días en Bogotá, para celebrar el lanzamiento del Libro Vida y Política Económica de Lauchlin Currie, y en el Simposio sobre Mercado de Capitales los conferencistas con un mensaje más claro y relevante para la situación colombiana fueron dos profesores de universidades de los Estados Unidos. El profesor Rudiger Dornbusch, conferencista estrella del Foro Lauchlin Currie, es sin lugar a dudas una de las vedettes de los círculos académicos de Estados Unidos. Sus contribuciones al tratamiento teórico de las economías abiertas han sido muy importantes. Su libro sobre macroeconomía intermedia es uno de los más utilizados tanto en los Estados Unidos como en muchos países latinos.

Su amplia capacidad analítica en épocas recientes la ha dedicado al estudio de los problemas económicos latinoamericanos. Sus impresiones sobre la estabilización y el ajuste estructural de nuestros países y su relevancia para el caso Colombiano fueron los principales temas de su conferencia en el foro Lauchlin Currie.

Para Dornbusch la estabilización de la economía debe ser atacada de manera inmediata. No debe esperarse que la economía llegue a un estado crítico para tomar las medidas correctas. Estas medidas por lo general deben iniciarse con el ataque al déficit fiscal. Para el ilustre Profesor del MIT, lo primero que hay que hacer en este frente es aumentar los impuestos. No puede haber estabilidad mientras no se recauden impuestos. Dentro de su visión, cualquier impuesto es preferible a gravar la tenencia de dinero pues los únicos que no se pueden defender del impuesto inflacionario son los pobres.

Dornbusch recomienda que despúes de aumentar los recaudos se comiencen a eliminar los subsidios imperantes. Los precios políticos de los servicios públicos del combustible deben desaparecer. Para Dornbusch la venta de las Empresas del Estado es muy importante para lograr la estabilización. Recomienda seguir el ejemplo chileno de hacer la privatización al comienzo del proceso de estabilización. Si no se hace al comienzo al final es muy probable que el precio que se pueda obtener por las empresas sea menor.

Algo sorprendente en la exposición de Dornbusch fue oir su opinión sobre lo que se puede considerar como una meta de estabilización. Considerando su origen alemán y sus estudios en Chicago, se podría pensar que su propuesta de una meta de inflación para Colombia debería ser muy cercana a cero. Su apreciación personal sobre posibles costos y beneficios de una estabilización para una economía con inflación del 30% le llevo a proponer valores del orden del 20%.

El Profesor Dornbusch está muy de acuerdo con el desmonte de las licencias de importación. Considera que para la economía es terrible mantener un sistema de licencias. Sin embargo, no es muy partidario de rebajar rápidamente los aranceles pues considera que unos aranceles muy bajos pueden llegar a afectar negativamente la balanza de pagos.

Los análisis realizados por los profesores Currie y Dornbusch, el primero en el campo de la estabilización y crecimiento y el segundo en lo referente a estabilización, han demostrado que la situación de los paises latinoamericanos puede ser evaluada bajo los desarrollos teóricos efectuados en otras latitudes y no solamente bajo una visión nacionalista.


La similitud de las recomendaciones sobre la estabilización hechas por Rudy Dornbusch en el foro y las recientes políticas de Rudy Hommes podrán servir para corroborar la aplicabilidad de estas teorías en la economía colombiana. Si las medidas de política económica que están siendo tomadas por el Ministro de Hacienda logran sus objetivos, comprobaríamos una vez más la aplicabilidad de las enseñanzas que se imparten a orillas del Charles River. 

lunes, 19 de noviembre de 1990

El orden de los factores puede alterar el producto

De acuerdo con el libro de McKinnon y con la experiencia estudiada por el Profesor Edwards es importante realizar la liberación de la cuenta de capital de la balanza de pagos a lo último.

El libro Dinero y Capital en el Desarrollo Económico, escrito por el Profesor Ronald McKinnon, fue uno de los mas comentados en los primeros años de los setentas. El fundador de FEDESARROLLO, el Doctor Rodrigo Botero y algunos de los que estuvieron encargados de la política económica en los primeros años del gobierno de López, utilizaron el diagnóstico del Profesor McKinnon sobre la existencia de una represión financiera como uno de los principales problemas de ese entonces y propendieron por una liberación del sector financiero. La reforma financiera de López, inspirada un poco por McKinnon, extendió a otros papeles los cambios introducidos en el Plan de las Cuatro Estrategias para la financiación de la vivienda.

Curiosamente y después de casi veinte años el libro de McKinnon toma nueva actualidad. En su magnífica exposición en el Simpsosio sobre Mercado de Capitales, que con éxito organizó la Asociación Bancaria en los primeros días de este mes, el Profesor Edwards previno sobre las dificultades que podrían surgir en el proceso de apertura en caso de que la secuencia en que se realice la liberalización no sea la adecuada. 

De acuerdo con el libro de McKinnon y con la experiencia estudiada por el Profesor Edwards es importante realizar la liberación de la cuenta de capital de la balanza de pagos a lo último. La experiencia ha mostrado que para lograr una liberalización exitosa es necesario mantener durante todo el proceso una tasa de cambio real alta, para permitir mantener unas exportaciones competitivas y para compensar la disminución de la protección arancelaria y para-arancelaria.

La liberación de la cuenta de capital de la Balanza de pagos ha dado lugar en muchos casos a la entrada de capitales "especulativos". El influjo de capitales ha contribuido en algunos casos a una revaluación de la tasas de cambio real. Esta versión del Mal Holandés ha sido una de las causas de los problemas que sufrieron algunos países del Cono Sur en su proceso de liberalización.

Mi interpretación de la evidencia aportada por el Profesor Edwards es un poco distinta a la de tan distinguido académico. Para poder crecer, el país necesita contar con los recursos que los Colombianos tienen en el exterior. Tarde o temprano es necesario terminar con controles que son evadidos totalmente. La experiencia colombiana ha mostrado que los controles al movimiento de capitales no han servido ni para impedir la fuga de capitales, ni para impedir la entrada de esos capitales "especulativos". La existencia de 18 mil millones de dólares en el exterior son testigo de la inutilidad de los controles a la salida de capitales. La revaluación del peso a finales de los setentas y el rápido crecimiento de los precios de la finca raíz, han mostrado que los capitales "especulativos" pueden entrar a Colombia independientemente de si la ventanilla siniestra se abre o se cierra.


La apertura en que esta empeñada Colombia cuenta con un respaldo importante. Las medidas del equipo económico liderado por el Ministro Hommes tienen hoy en día el apoyo de académicos y hombres de negocios. La ocasión es propicia, las principales medidas se están tomando y deben recibir el respaldo de todo el país. Lo único que no podemos los defensores de la apertura es dejar de analizar si los argumentos de Edwards y McKinnon sobre la secuencia que se debe seguir en el proceso de liberalización son acertados. 

lunes, 12 de noviembre de 1990

El que peca y reza empata

Afortunadamente, el Alcalde Caicedo ha visto la necesidad de enfrentar el problema laboral del Distrito. Sería muy importante para la ciudadanía que se mantuviera firme en sus propósitos para lograr resolver tan difícil problema.

El tema laboral estuvo presente en las noticias de la semana que terminó. Los sufridos usuarios del solo hueco bogotano nos vimos enfrentados a considerables demoras el miércoles pasado por las protestas de los trabajadores distritales. El motivo de estas protestas fue la divulgación de un estudio a nivel distrital sobre la estructura de los salarios de la administración central y sus entidades adscritas. Además, las comunicaciones han venido padeciendo permanentes bloqueos por los trabajadores de TELECOM que han protestado por las reformas introducidas por el gobierno nacional. Más aún, los viajeros han tenido que sufrir demoras en el aeropuerto por la operación reglamento llevada a cabo por los controladores aéreos.

Estas protestas son sin lugar a dudas prácticas de calentamiento del movimiento sindical como preparación para el paro nacional anunciado para mañana. El gobierno distrital con su anuncio les ha dado una magnífica oportunidad de mostrar la fortaleza del movimiento. Inortunadamente, la protesta los sorprendió fuera de base pues no lograron neutralizar el impacto perturbador de estos movimientos de protesta.

Además de haber errado en la oportunidad del anuncio, la forma como se ha presentado el estudio, con un ánimo un poco sensacionalista citando casos aberrantes, ha desviado la discusión hacia temas un poco marginales. En primer lugar, no es importante definir si la actual administración Distrital es la primera en enfrentar el problema de los elevados salarios. La realidad es que en el pasado ha habido ocasiones en las que el manejo laboral del Distrito y sus Empresas ha sido serio y responsable. Los Gerentes han manejado las negociaciones colectivas de una manera profesional protegiendo el interés de la empresa y de la ciudadanía en general. En este proceso de negociación han contado con la colaboración de eficientes funcionarios y de asesores externos altamente calificados. El impacto de las demandas sindicales es evaluado y su efecto en las finanzas actuales y futuras de las Empresas es cuidadosamente cuantificado.

Además, no debe olvidarse que las negociaciones colectivas son tripartitas pues cuentan con la presencia de los delegados del sindicato, de la administración y del ministerio de trabajo. Aunque uno pudiera pensar que el delegado del Ministro es por naturaleza un árbitro imparcial, la realidad es que muchas veces los mejores aliados del sindicato son los delegados del Ministerio. Esto llegó a extremos aberrantes en el caso del Ministro Carrillo quien utilizó su Ministerio para promover una central obrera. En esa época, los fallos del Ministerio siempre estaban sesgados hacia los sindicatos y se conocían primero por los representantes de los trabajadores que por la administración de las empresas.

La gestión de los Ministros de Trabajo ha tenido profundos impactos en la estructura de los costos laborales de las Empresas Distritales. El actual Alcalde de Bogotá se empeño durante su corta gestión en hacer cambios en el régimen de pensiones. En la Ley Caicedo se indexaron las pensiones de los trabajadores de manera total. Si bien esto fue de indudable justicia para algunos pensionados, desafortunadamente está causando considerables costos a las Empresas del Distrito y a la Administración Central.


Afortunadamente, el Alcalde Caicedo ha visto la necesidad de enfrentar el problema laboral del Distrito. Sería muy importante para la ciudadanía que se mantuviera firme en sus propósitos para lograr resolver tan difícil problema. Es preocupante, eso si, ver que han comenzado a surgir voces muy autorizadas dentro del partido liberal que critican a los gobiernos Nacional y Distrital por las medidas de ajuste que están llevando a cabo. Ojalá, que las angustias de los candidatos a la constituyente no logren desviar el curso acertado de unas políticas. 

martes, 6 de noviembre de 1990

¿Cuántos MBA podemos contratar a 4 millones y medio por mes?

La experiencia ha mostrado que no solo se requiere una buena política económica sino que también se requiere de personal altamente calificado.
  
Colombia está buscando aumentar su grado de competencia en los mercados internacionales. El proceso de apertura, en buena hora comenzado en Colombia y que en la última semana tuvo un nuevo impulso al imponerse la opinión de los representantes de la nueva derecha, necesita para su éxito, personal con amplios conocimientos en los negocios internacionales. La experiencia ha mostrado que no solo se requiere una buena política económica sino que también se requiere de personal altamente calificado. El buen resultado del proceso de apertura depende de que los empresarios logren competir con éxito en los mercados internacionales.

Es apenas natural que los nuevos administradores de las empresas colombianas tengan una educación internacional con una experiencia que trascienda los cuatro grados de latitud en que se encuentra ubicada la capital del país. Las escuelas de negocios de los Estados Unidos son un campo en el que los futuros ejecutivos pueden experimentar de una manera relativamente sencilla sus estrategias frente a colegas de otras partes del mundo.

A diferencia de otras carreras para las que existen ayudas, los interesados en una especialización en administración usualmente deben financiar su carrera a menos que tengan la fortuna de tener progenitores ricos. El último número de la revista Business Week presenta en su tema central la evaluación de las más famosas escuelas de negocios de los estados Unidos. Quienes estén interesados en la posibilidad de estudiar administración en los Estados Unidos deben leer la publicación mencionada.

Cuando se mira la parte de los costos de la educación la primera impresión es obviamente negativa. La matrícula para los dos años en las escuelas más afamadas cuesta 34.000 dólares. Esto en pesos de hoy día es un poco más de 18 millones y medio, casi dos veces el valor de un carro intermedio. En términos de salarios mínimos, el costo de la matrícula es mas de 450 salarios mensuales. O sea que para pagar la educación de un master en administración se requieren 39 años de salario mínimo. 

Cuando se mira el lado de los beneficios, o sea el salario que devengan los nuevos administradores, la situación se vuelve bastante atractiva. Los egresados de Harvard y Stanford ganan casi ochenta mil dólares al año. Más aún, la quinta parte de los egresados de Harvard ganan salarios por encima de los cien mil dólares al año. Estos salarios de seis cifras en dólares son apabullantes. Quienes se ganan los cien mil dólares obtienen al año lo mismo que 110 colombianos de salario mínimo.

El análisis Costo-Beneficio para un estudiante en los Estados Unidos parece bastante favorable. La tasa interna de retorno  parece ser alta, los aumentos en los ingresos derivados de la educación en una buena universidad de los Estados Unidos muy probablemente compensan los costos de matrícula y el costo de oportunidad de retirarse del mercado por dos años. Para un Banco el riesgo de prestarle a un estudiante para los gastos de matrícula no es muy grande pues con lo que gana en cuatro meses puede pagar el valor del préstamo.


Para un estudiante colombiano el estudio costo-beneficio es mucho menos claro. Si decide volver a Colombia a trabajar, sus ingresos se reducen considerablemente. Con un sueldo de siete cifras requeriría trabajar año y medio para poder pagar los costos de la matrícula. El acceso al crédito es también mucho más difícil y los Bancos estarían muy poco dispuestos a prestar para este tipo de actividades. 

sábado, 3 de noviembre de 1990

Constituyente y burocracia

El contacto con la realidad burocrática es que simplemente la administración colombiana es mala, en parte, porque no cuenta con sistemas administrativos eficaces.

El contacto de la gente con el sector público es a veces muy traumático. Por lo general se siente uno impotente ante e incapaz de mover las agencias del Estado. Los reclamos ante el ISS por cobros excesivos parecen no solucionarse nunca. Los huecos permanecen destapados por períodos largos. El nombre y la dirección en los recibos de los teléfonos, continuan saliendo a nombre del antiguo propietario a pesar de haber realizado todos los trámites requeridos.

Dentro de esta serie de inconvenientes hay momentos en que uno se reconcilia con la burocracia, al fin sale el arreglo en la facturación del ISS sin tener que haber acudido a los colegas que están bien colocados. El hueco que se atravesaba todos los días en nuestro camino a la oficina, aparece tapado gracias a la campaña de un noticiero de la televisión y volvemos a hacer las vueltas en los teléfonos con la esperanza que algún día, al fin, el teléfono aparezca a nuestro nombre.

Cualquier ciudadano pensaría que esto se debe a que al fin se nombró a un buen gerente y que ahora las cosas si se van a arreglar. Sin embargo, cuando se compara con los logros en otros países donde la burocracia realmente funciona, sin tener genios que manejen las empresas, la pregunta que surge es qué se requiere para que esto suceda. En estos días se podría pensar que lo que nos diferencia de los otros países es que donde las cosas funcionan mejor es por que tienen una constitución mejor. Y que el camino a una mejor administración pública es la constituyente.

El contacto con la realidad burocrática es que simplemente la administración colombiana es mala, en parte, porque no cuenta con sistemas administrativos eficaces. Toda la administración esta concebida para que sea manejada por genios incorruptibles. El Estado interviene en demasiadas cosas, los funcionarios públicos tienen poderes discrecionales muy grandes y además no cuentan con los sistemas administrativos que los soporten. En otras partes, la administración pública está concebida para que la manejen gentes normales con una capacidad normal, tienen sistemas establecidos y hacen una efectivo control de gestión. En Colombia, por el contrario, los sistemas administrativos de la mayoría de los Institutos y Empresas del Estado dejan mucho que desear y por lo tanto los buenos resultados dependen de que en un puesto se pueda contar con un genio motivado y honesto.

Infortunadamente, cuando aparece este genio y logra mejorar la eficiencia de las empresas, comienza a sufrir la persecución de los que se benefician de la marcha del Estado.  Los ataques de los políticos y de los funcionarios incapaces, hacen que muy pronto el funcionario tenga que dedicar más tiempo a defenderse que a realizar su labor. Si esto no fuera suficiente, muy pronto se da cuenta que por la errónea creencia que los funcionario públicos tienen que ganar sueldos inferiores a los 1000 dólares mensuales, su sueldo no le está rindiendo ni para atender sus necesidades básicas.


El "Nuevo Estado" que va a surgir de la constituyente debe basarse en una mejor infraestructura administrativa. Debe buscarse la asesoría de personas y entidades que permitan diseñar y poner en práctica sistemas mejores y debe basarse en remuneraciones adecuadas. Además, es necesario limitar la excesiva injerencia de la clase política en la administración de las empresas públicas.