Aprovechando que comienza la Semana Santa en Colombia
y con la idea de tomar un respiro sobre el oscuro panorama que se vislumbra en
la economía del país, me gustaría hacer una reflexión sobre uno de los temas
que más me llama la atención año tras año. Este es la entrega del Premio en
Ciencias Económicas en Honor de Alfred Nobel por parte del Banco Central de
Suecia.
En la más reciente edición de este galardón, el 12
de octubre de 2015 el Banco Central de Suecia le concedió el Premio Nobel de
Economía a Angus Deaton[1],
profesor estadounidense-escocés vinculado a la Universidad de Princeton quien obtuvo
un PhD en economía de la Universidad de Cambridge, por sus contribuciones destacadas
en el “análisis del consumo, la pobreza y el bienestar.”[2]