El equipo económico de
la Administración Samper debe hacer un esfuerzo importante de modernización
institucional.
Como parte de su
actividad diaria el economista está acostumbrado a hacer predicciones sobre los
eventos futuros. El campo de las predicciones está lleno de dificultades. La
información disponible no siempre es de la calidad y oportunidad requerida y
las teorías que sirven de base para la realización de los pronósticos no
siempre cuentan con un consenso general.
La experiencia ha
mostrado que antes de entrar a hacer pronósticos muy detallados de lo que puede
pasar en los próximos cuatro años puede resultar más importante tratar de
esbozar las líneas de acción que debe tener el programa del equipo económico.
Para comenzar por lo más sencillo, el equipo económico y en especial el
Ministro de Hacienda debe hacer un esfuerzo importante de modernización institucional.
La Administración
Gaviria realmente le dio un revolcón a buena parte de nuestras instituciones.
Sin embargo, algunas de las reformas no han logrado consolidarse. El Ministerio
de Hacienda, a pesar de los esfuerzos hechos por el Ministro Hommes y su equipo
no ha podido desarrollar los sistemas que le permitan manejar eficientemente el
nuevo modelo de gobierno. El Viceministerio técnico, la Tesorería están todavía
en obra negra y requieren de un Ministro que lo dote de las conveniencias
necesarias para un mejor modo de gobernar.
La fusión de Impuestos
y Aduanas no parece haber funcionado. La Aduana Nacional sigue siendo uno de
los problemas más graves del proceso de apertura económica. Los importadores se
quejan de su manejo arbitrario mientras que los productores colombianos
protestan por su ineficiencia en la lucha contra el contrabando. La
administración tributaria es bastante débil lo que ha llevado a una evasión del
35 por ciento del IVA y a un 26 por ciento del impuesto a la renta. La utilización
del sistema bancario si bien ha servido para eliminar un fuente importante de
corrupción administrativa, ha tenido como consecuencia una pérdida de control
del contribuyente pues los datos de las declaraciones de impuestos sufren
considerables demoras en su procesamiento.
El proceso de
fiscalización en impuestos se ha concentrado en la determinación de sectores
con altos índices de evasión descuidando el control individualizado de los
contribuyentes. La simplificación tributaria ha hecho que la recolección de
impuestos dependa en buena parte de 2.000 grandes contribuyentes que
representan el 65 por ciento del IVA y el 75 por ciento del impuesto a la
renta. Al eliminar para el resto de contribuyente la obligación de informar en
detalle los pagos y retenciones se ha eliminado una fuente potencial de control
tributario lo que ha hecho que buena parte de los contribuyentes dejen de
declarar buena parte de sus ingresos.
El manejo presupuestal
colombiano se ha convertido en uno de los principales obstáculos para un manejo
racional de las finanzas públicas colombianos. El obligar a todos los
Ministerios a definir un programa anual de caja en el que aparezcan todos los
gastos es un medio muy engorroso para logra un control sobre el efecto
monetario de los gastos del gobierno. Los trámites necesarios para poder
ejecutar cada año el programa de inversión son tan complejos que hacen que los
proyectos de infraestructura se demoren mucho más de la cuenta y son por lo
tanto una de las razones de los sobrecostos en los proyectos de inversión.
Afortunadamente, el
mejorar la eficiencia interna del Ministerio es posible pues se cuenta con la
financiación del Banco Mundial. Este organismo está apoyando el esfuerzo del
gobierno a través de su Proyecto de Gestión Financiera Pública, a través de él
se pueden ejecutar gran parte de las acciones necesarias para dotar al gobierno
de un Ministerio de Hacienda moderno. Conociendo el interés del nuevo Ministro
por estos temas, esperamos que el Doctor Perry dedique el tiempo necesario para
modernizar la gestión del Ministerio.