lunes, 27 de octubre de 1997

La importancia de los gobiernos locales.

Cuando se publique esta columna ya se conocerán los resultados de las elecciones de Alcaldes y Gobernadores. Después de una extenuante campaña  se sabrá quien estará encargado de regir los destinos de nuestros departamentos y municipios por los próximos tres años y el debate se desviará hacia las elecciones de Congreso y posteriormente a las elecciones presidenciales. 

El cansancio natural de una campaña no nos debe dejar olvidar la importancia que tiene para el país una buena selección de gobernantes a nivel local. Este problema que afecta la vida diaria de los ciudadanos no puede esperar otros tres años para volver a comenzar el ciclo político. No es posible que los políticos solo se preocupen de los problemas locales durante la campaña, ignorando al ciudadano el resto del tiempo. Lo que se necesita es un contacto permanente entre los posibles candidatos y el ciudadano. El ciudadano debe tener alguien a quien acudir para plantearle sus problemas y solicitarle consejo sobre las posibles soluciones.

Es claro que el mecanismo tradicional de unos partidos organizados que sean los instrumentos de comunicación permanente entre los electores y los líderes locales ya no funciona. Los partidos cada día son más débiles y los alcaldes y gobernadores surgen de movimientos por fuera de los partidos tradicionales. Más aún, los partidos tradicionales cada día pierden su identidad ideológica. Los liberales y los conservadores solo se diferencian por su preferencia por un color determinado. Hay mas afinidades entre militantes de diferentes  partidos que las existentes entre los del partido. En las grandes ciudades los electores votan, con mayor frecuencia por candidatos de otros partidos. Por cada populista de izquierda surge otro populista de derecha.

La disminución del poder de los partidos tradicionales y el descontento ciudadano ha abierto la oportunidad para el surgimiento de movimientos cívicos que buscan darle el gran revolcón a los gobiernos locales. Infortunadamente, las reformas institucionales requeridas para cambiar la vida de las administraciones locales no pueden hacerse en tres años. Lo que se requiere es un trabajo continuado por muchos años. La prohibición de la reelección directa de gobernadores y alcaldes se convierte en el principal obstáculo para poder eliminar las prácticas clientelistas  y extirpar los focos de corrupción de las administraciones locales. Los reformadores no tienen el tiempo necesario para poner en práctica sus ideas de cambio. 

Los frutos de las reformas no se pueden cosechar en un período tan corto. Lograr limpiar la administración pública lleva un tiempo considerable. Poner en orden las finanzas públicas de una ciudad, muchas veces no solo puede requerir de reformas tributarias que desgastan políticamente a los reformadores, sino que también debe venir acompañado de ajustes en la administración estableciendo novedosos sistemas de gestión municipal cuyos resultados solo se ven después de varios años.

Cada día es más claro que la constitución del 91 debe cambiarse en lo referente al período de los Alcaldes y a la posibilidad de reelección directa de Alcaldes y Gobernadores. Mientras tanto  es de vital importancia que la labor de reformar las Administraciones Locales debe hacerse por un equipo y no por una sola persona. Este frente local debe lograr convocar a las fuerzas vivas de la ciudad o del departamento y trabajar en equipo. Tal como se hizo en el nivel nacional, es necesario hacer arreglos que permitan una sucesión ordenada y una continuidad de los programas. Estos grupos deben trabajar no solo cuando están en el gobierno sino también cuando la voluntad de los ciudadanos los aleja temporalmente del poder. 
La oposición debe ser una labor permanente. El movimiento que pierda no puede irse a dormir  durante los tres años y volver al final del período. Debe estar permanentemente fiscalizando a los movimientos ganadores, haciendo debates y llamando a cuentas a los mandatarios de turno cuando no cumplan sus promesas o cuando abusen del poder. La labor de veeduría ciudadana es tremendamente importante para poder cambiar la manera como se hace la política. Los gremios, las cámaras de comercio, los académicos deben estar atentos para evitar que los avivatos se apoderen de los recursos públicos y conviertan al tesoro municipal en su caja menor.

Si queremos de verdad cambiar las administraciones locales debemos comenzar desde el día siguiente de las elecciones. Los candidatos derrotados, los dirigentes cívicos, los académicos que  se han mantenido por fuera de las luchas partidistas deben contemplar la posibilidad de intervenir desde este mismo momento en la lucha política. Demorarse tres años para entrar en la política es la receta más clara para que las ciudades sigan siendo manejadas para el beneficio de unas minorías. 

jueves, 16 de octubre de 1997

El premio Nobel de economía de 1997

El martes 14 de octubre le fue otorgado el premio Nobel de economía a dos destacados académicos norteamericanos. Robert Merton Profesor de la famosa Escuela de negocios de Harvard y Myron Scholes profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford. Según los cables internacionales, La Academia Sueca les estaba reconociendo sus trabajos en la valoración de instrumentos como opciones y otros derivados de las acciones.

El Profesor Merton se graduó en el MIT en 1970. Estuvo enseñando en la escuela Sloan de Administración desde el año en que se graduó hasta 1988, cuando pasó a enseñar al otro lado del Río Charles en la prestigiosa escuela de negocios de Harvard.  Las investigaciones del  Dr. Merton se ha centrado en el desarrollo de la teoría de las finanzas en el área de los mercados de capitales y en la evaluación de opciones, deuda corporativa y otros títulos derivados de acciones.  También ha escrito sobre la operación y regulación de instituciones financieras. El Profesor Merton es ampliamente reconocido entre los economistas dedicados al área de las Finanzas y ha sido presidente de la Asociación Norteamericana de Finanzas.

El Profesor Scholes, nacido en 1941, se graduó de la Universidad de Chicago en 1969 con la tesis “Una comprobación de la hipótesis del mercado competitivo: El mercado primario y secundario de acciones” Fue profesor del MIT desde 1968 hasta 1973, luego trabajo en la Universidad de Chicago desde 1973 a 1983 y está trabajando en la Universidad de Stanford desde 1983, en donde enseña en la Escuela de Negocios y en la Escuela de Derecho.

El premio Nobel de este año no ha causado mucha sorpresa. El trabajo de estos dos profesores es reconocido por sus colegas y además por los participantes en los mercados de valores. Las teorías de estos economistas han sido ampliamente adoptadas por los banqueros de Wall Street. Además de enseñar los dos académicos han puesto en práctica sus teorías. Uno de ellos es parte de una firma dedicada a las inversiones y el otro forma parte de la Junta directiva de varios inversionistas institucionales. El reconocimiento de estos dos profesionales en el medio financiero es tan amplio que siempre aparecían en la lista de posibles candidatos al Premio Nobel. En el Wall Street de las Américas de hace una año se mencionaron como posibles candidatos al Premio Nobel. 

El reconocimiento por parte de la Academia Sueca a este par de economistas dedicados a las finanzas muestra una vez más un sesgo hacia temas de carácter práctico. Puede decirse que la Academia sueca ha premiado a los más importantes economistas en el campo de las finanzas. Hace tres años se premio a los padres de la teoría moderna de las finanzas y en esta ocasión se premia a la segunda generación de los especialistas en  finanzas. El escoger a especialistas en un campo con tan poca diferencia de tiempo es algo muy raro, pues el comportamiento observado previamente se semejaba a un carrusel en el que se le pasaba el turno tenía que esperar otra vuelta que por lo general duraba siete o más años.

Es muy diciente que el premio haya recaído en dos Profesores que no están enseñando en los Departamentos de Economía. Merton y Scholes son más conocidos en las escuelas de negocios y en Wall Street. Más aún, Scholes tiene artículos en los que trata de unir la práctica contable con la teoría económica. En uno de sus artículos trata de encontrar la relevancia de los indicadores contables en la medición del riesgo del mercado, tema que a un economista teórico no le hubiera llamado la más mínima atención. La relevancia práctica de las investigaciones de estos dos destacados economistas puede ser la ocasión para lograr que los administradores y los contadores se interesen por los temas de la teoría económica avanzada.

Sin embargo, el costo que tienen que pagar los administradores y contadores por estudiar las teorías de estos profesores en sus versiones originales, no es despreciable, pues la economía se escribe con muchas fórmulas matemáticas y requiere, además, profundos conocimientos estadísticos y econométricos. Si queremos que nuestros estudiantes puedan estar al día en los desarrollos teóricos del campo de las finanzas será necesario aumentar el rigor matemático en las  facultades de Administración y Contaduría. El mensaje en el otorgamiento del premio Nobel 1997 parece claro. La buena teoría reporta dividendos en la vida práctica y tiene un reconocimiento académico.


jueves, 9 de octubre de 1997

Ayudas Académicas

Con el fin de ayudar a los posibles comentaristas el profesor George Stigler ha hecho una recopilación de algunos comentarios que se pueden utilizar en una de esas reuniones

En la semana anterior se reunió en Bogotá la Asociación Económica de América Latina y el Caribe. El Congreso organizado por la Universidad de los Andes y Fedesarrollo fue un gran éxito. Asistieron destacados Profesores y economistas profesionales que trabajan con los Organismos Internacionales.

Con el fin de ayudar a los posibles comentaristas el profesor George Stigler ha hecho una recopilación de algunos comentarios que se pueden utilizar en esas reuniones. Estos comentarios debidamente codificados aparecen en su libro "The Intellectuals and the Market Place" en un artículo titulado  El manual del Conferencista (The Conference Handbook). Con muy fino humor el Profesor Stigler propone que si estos comentarios son adoptados por todos, bastaría indicar los números de los comentarios para hacer más expeditas las conferencias.

Para ayudar a los conferencistas colombianos presentamos a continuación una traducción de los comentarios codificados por el Profesor Stigler.

Para la introducción:


A. El trabajo es una espléndida revisión de la literatura que, infortunadamente no abre derroteros nuevos.
B. El autor ha resuelto brillantemente el problema planteado, infortunadamente escogió el problema equivocado.
C. Es una lástima que la erudición y el ingenio del autor estén tan mal orientados.
D. Reconozco que soy solo un aficionado a estos temas y por lo tanto mis comentarios deben ser considerados como tentativos. Sin embargo, hasta un novicio encuentra material suficiente para sus críticas.
E. Debo mostrar mi simpatía por el autor pues hasta hace dos años yo pensaba lo mismo.
F. Es muy bueno que un neófito en el campo estudie el problema. Siempre existe la posibilidad de desarrollar un punto de vista novedoso, sin embargo y como de costumbre en este caso las ventajas de la división del trabajo se reafirman nuevamente.
G. El documento contiene muchas novedades y muchos puntos bien tratados.
H. Aunque el documento se debería entregar hace tres semanas lo recibí cuando estaba entrando a este recinto.

Algunos comentarios:


1 Adam Smith ya lo había dicho.
2 Infortunadamente, hay un problema de identificación, que no ha sido suficientemente analizado en el documento.
3 Obviamente, los residuos no son mormales y la especificación del modelo es incorrecta.
4 El desarrollo de una teoría no es útil en este momento: se necesita realizar una serie de estudios de caso.
5 Si bien los estudios de caso nos pueden ilustrar, es imposible avanzar hasta no desarrollar un modelo del proceso.
6 Las consideraciones del segundo-mejor obviamente viciarían la argumentación.
7 Este es un problema de números índices.
8 ¿Ha intentado utilizar el método de los mínimos cuadrados en dos etapas?
9 Las conclusiones cambian si se introducen condiciones de incertidumbre.
10 ¿No utilizó el análisis probit?
11 Yo ya había demostrado los principales resultados en un trabajo publicado hace varios años.
12 El análisis se torna confuso por no haber distinguido entre los componentes permanentes y transitorios.
13 El mercado obviamente no puede responder satisfactoriamente cuando se presenta esa externalidad.
14 ¿Que pasaría si los costos de transacción no son iguales a cero?
15 Ello se deduce del teorema de Coase.
16 Obviamente, si se permite la inversión en capital humano, el panorama cambia completamente.
17 Obviamente, la función de demanda es bastante inelástica.
18 Obviamente, la función de oferta es altamente inelástica.
19 El autor utiliza un martinete para cascar una nuez.
20 ¿Qué resultados empíricos estarían en contra de su teoría?
21 El argumento central no solo es una tautología sino además es falso.
22 ¿Que pasa si se extiende el período de análisis hacia atrás (hacia adelante)?
23 La motivación de los individuos es tan increiblemente egóista que no puede representar el comportamiento de personas de carne y hueso.
24 El fofo actor económico en este modelo impresionístico debe ser reemplazado por un individuo que maximice su función de utilidad.
25 ¿Tuvo algún problema invirtiendo la matriz singular?
26 Es una lástima que se hubiera equivocado al elegir entre M1 y M2.
27 Eso es correcto desde el punto de vista teórico pero no opera en la práctica (úsese ocasionalmente).
28 El conferencista todavía cree en los refrigerios gratuitos.
29 El problema no se puede tratar por métodos de equilibrio parcial: se requiere de una formulación de equilibrio general.
30 El documento se encasilla en el paradigma neoclásico y por lo tanto no puede estudiar partes importantes de la realidad.
31 La conclusión se basa en la hipótesis de gustos invariables, desafortunadamente los gustos han cambiado.
32 El problema básico de la situación actual es que no se han asignado los derechos de propiedad.

martes, 30 de septiembre de 1997

Un autogol financiero

El cobro de multas por el trasteo de los préstamos de las Corporaciones de Ahorro a los Bancos se convirtió en un tema de debate. Esta decisión de algunas instituciones puede terminar perjudicando a todo el sistema financiero. Si convencer a personas levantadas en la fe cristiana o musulmana que es lícito cobrar intereses por prestar dinero como será de difícil ahora que cobran intereses aún después de devolver el dinero. Los populistas estilo Alan García que siempre están prestos a encontrar motivos para nacionalizar el sistema financiero podrían aprovechar esta oportunidad para ganar puntos con los deudores. La decisión no podría llegar en un momento menos oportuno cuando han vuelto a cobrar fuerza los sindicatos de deudores del sistema UPAC. Los organizadores de los sindicatos de los deudores deben haber quedado muy agradecidos con los gerentes de las instituciones financieras que metieron las de caminar.

Una decisión tan absurda que atenta contra la misma esencia del sistema financiero y que puede devolverse en contra del sistema financiero se hace en un momento poco oportuno. La baja de las tasas de interés no solo afectan positivamente la demanda agregada y en especial la inversión sino que además permite una reestructuración de la deuda. Esta reestructuración contribuye de manera positiva a la reactivación de la economía pues por una parte disminuye el valor del servicio de la deuda y por otra mejora los balances de las compañías disminuyendo de paso el riesgo para el sistema financiero. Los mejores indicadores financieros de las empresas logradas con la reestructuración de los pasivos permitían prever una recuperación posible de la economía. Sin embargo, después de este golpe propinado por algunas entidades financieras a la posibilidad de la reestructuración de las deudas las posibilidades de una reactivación se alejan.

La decisión de no permitir el trasteo de los préstamos de vivienda va en contra de los propósitos que se tenían con la reforma del sistema financiero y con la apertura del sector financiero a la competencia extranjera. El consumidor no gana nada con la entrada de nuevos participantes en el sector financiero si las reglas se cambian para proteger a las entidades existentes. El consumidor necesita que el mayor número de participantes se traduzca en una rebaja real de los costos financieros. El consumidor no gana nada con el cambio de dueños de las entidades financieras si tiene que seguir pagando los altos costos de intermediación que han caracterizado a la economía colombiana en los últimos años. La rápida rebaja de los costos de intermediación es una manera de reducir las tasas de colocación del sistema financiero y por lo tanto de lograr acelerar el proceso de reactivación.

Teniendo en cuenta lo anterior pareciera que la decisión de no permitir la salida de los deudores de su  institución financiera es inconveniente. surge la duda de si esta decisión tiene una base conceptual sólida que haga atractiva esta medida en otras circunstancias. La experiencia ha mostrado que los créditos de largo plazo deberían ser lo más flexible posible pues es muy difícil prever lo que pueda ocurrir a veinte años. Mantener una tasa de interés fija en estas circunstancias se ha mostrado como inconveniente y lo que ha surgido como alternativa ha sido la creación del sistema UPAC y la utilización de préstamos con  tasas de interés variable. Los intermediarios financieros han podido manejar estas situaciones pues el riesgo de un préstamo específico se compensa con el de otros préstamos. Al tener un portafolio amplio de préstamos contratados en diferentes momentos del tiempo a diferentes tasas de interés el riesgo se disminuye y es manejable mediante las técnicas normales de manejo de tesorería. Los impactos de los cambios en las tasas de interés sobre el portafolio de un banco es relativamente menor y puede ser manejado por los tesoreros de los bancos. Más aún, los riesgos altos se pueden disminuir mediante la creación de instrumentos financieros como el mercado de futuros de  tasas de interés. 

Lo anterior parece mostrar que en las circunstancias actuales de la economía colombiana no resulta atractivo para los bancos poner cláusulas que impidan el trasteo de cuentas en un régimen de mayor competencia. Paradójicamente, en condiciones de competencia perfecta el banco que ponga una cláusula de este tipo tendría que aceptar una tasa de interés mucho menor que los de su competencia. Cuando el dueño del Banco le pregunte al gerente por la razón de que este cobrando menores tasas de interés que la competencia y este le conteste que es porque no conoce otro método de garantizar un flujo de caja, el dueño con casi toda seguridad le dirá que en este negocio no hay campo para funcionarios del pasado y que lo mejor es que busque otra actividad más sencilla.


lunes, 22 de septiembre de 1997

La privatización de la Empresa de Energía de Bogotá

El día lunes 15 de septiembre se dio el primer paso para la privatización de los servicios públicos de Bogotá. El resultado de esta operación puede considerarse como un gran éxito. En primer lugar, se ha logrado mostrar la bondad de un esquema de subastas. El resultado para la empresa superó con creces los estimativos realizados por los consultores. En efecto, por la participación en la Empresa generadora se obtuvo más del cincuenta por ciento de la base estimada para la subasta, mientras que por el sistema de distribución se hizo una oferta cuatro veces superior a la fijada en los estudios previos. Se recibieron mas de dos mil cien millones de dólares cuando se esperaba recibir 900 millones de dólares. Los mil doscientos millones de dólares adicionales van a servir para poder sanear definitivamente las finanzas del Distrito.

En segundo lugar, se ha mostrado la gran importancia de la Empresa de Energía. La mala prensa había convertido a la segunda empresa pública en el blanco de todos los interesados en mojar prensa. El Procurador, el Contralor General de la República, el Contralor Distrital y hasta el mismo Senado de la República pusieron en el banquillo de los acusados a todos los gerentes que dirigieron  la empresa entre 1981 y 1992. Los gerentes y sus colaboradores tuvieron que desfilar ante las cámaras de los noticieros de  televisión que trataban de encontrar culpables del apagón. El mercado de capitales finalmente falló a favor de  la gestión de unos funcionarios que afrontaron en su momento grandes retos para poder sacar adelante un proyecto tan ambicioso como el Guavio.

En tercer lugar, se mostró claramente lo difícil que es hacer estimativos de lo que puede valer una Empresa. Los estudios de los consultores no siempre han acertado. En el caso de la EEB quedó claramente establecido que los consultores subestimaron el valor de la Empresa especialmente en lo referente a la Distribución. Curiosamente, el valor de la Empresa distribuidora y comercializadora resultó mucho más elevado que el de la generadora. Este resultado es sorprendente pues los activos utilizados por la generadora tuvieron un costo muy superior a los activos de la distribuidora. El mercado, tal como lo enseña la teoría económica,  no está muy interesado en compensar  los costos incurridos en el pasado sino que por el contrario valora los activos por la capacidad de producir ingresos en el futuro. En consecuencia el elevado valor pagado por la distribuidora muestra la importancia del mercado de la capital del país para una empresa que comercialice la energía eléctrica.

En cuarto lugar, se ha confirmado la importancia de contar con el capital necesario para poder refinanciar la empresa. Con los nuevos recursos financieros la Empresa de Energía se ha convertido en una empresa viable que tiene un porvenir muy interesante. Los problemas que ha vivido la empresa en los últimos quince años se originaron en la imposibilidad de obtener la financiación necesaria para emprender su plan de expansión. Ni el gobierno nacional, ni los organismos internacionales estuvieron interesados en apoyar en forma decidida a la empresa de Energía. Nunca se metieron la mano al dril para aportar los recursos necesarios. Siempre buscaron lograr una mejora en la gestión como requisito para apoyar a la Empresa, cuando lo que se requería era aportar los recursos necesarios para sacar a la empresa de la encrucijada financiera en la que se encontraba.

En quinto lugar, se ha podido apreciar el alto costo impuesto por un exceso de regulación en una empresa de esta importancia. El mercado ha mostrado que cuando se puede manejar una empresa pública sin tener que estar sometida a una camisa de fuerza su valor aumenta considerablemente. La gran diferencia entre el valor estimado por los consultores y el realmente pagado parece estar mostrando que una empresa del tamaño de la EEB bien manejada puede valer casi mil doscientos millones de dólares más cuando se deja participar al sector privado.

Finalmente, debe quedar claro que el Distrito debe aprovechar la coyuntura actual para hacer la transformación de sus otras empresas de servicios públicos. De especial importancia es lograr la transformación de la ETB en una sociedad por acciones para que pueda entrar a participar en el mercado de larga distancia. El Distrito debe aprovechar el papayazo dado por el gobierno nacional en la apertura de la larga distancia para adquirir por 150 millones de dólares el derecho a competir en un mercado como el de las telecomunicaciones que tiene un brillante porvenir.


jueves, 11 de septiembre de 1997

Las implicaciones del fenómeno del Niño

En estos días se ha comentado las posibles implicaciones de la sequía causada por el fenómeno del Niño. Para muchos analistas la sequía va desembocar en un aumento en la tasa de inflación que podría poner en peligro el cumplimiento de las metas de inflación. La explicación es muy sencilla pues dentro del análisis convencional la sequía es equivalente a un choque en la oferta agregada que lleva al conocido fenómeno de la estanflación o sea el estancamiento con inflación. El aumento de la inflación como es apenas natural se originaría en el grupo de alimentos y después se generalizaría a los otros grupos en buena parte como reflejo de un aumento de costos de materias primas y los incrementos en los ajustes salariales.

Este análisis tradicional ha comenzado a perder validez con la apertura de la economía colombiana pues en este entorno la disminución en la producción de alimentos no se traduce necesariamente en un aumento en el costo de los alimentos, sino que más bien se refleja en un aumento en las importaciones de alimentos y materias primas de origen agropecuario. El aumento en los precios es mínimo en la medida en que el fenómeno de la sequía sea de carácter local. Cuando el fenómeno afecta a toda la economía mundial como ocurrió en 1973, la disminución de la producción tiene claramente un impacto en la inflación.

Teniendo en cuenta lo anterior y a juzgar por la evidencia el fenómeno del niño por ser de carácter local no va a tener un gran impacto en la inflación sino que más bien se va reflejar en un aumento en la importación de alimentos. En consecuencia, el impacto en la balanza de pagos se torna como el elemento clave del análisis del impacto del fenómeno del niño en el sector agropecuario. Es claro que el aumento de las importaciones de alimentos tiene como consecuencia un aumento en la demanda de divisas lo que se deberá ver reflejado en una tendencia a la devaluación nominal del peso. La tendencia hacia la devaluación nominal por una parte va a permitir un manejo menos complicado de la tasa de cambio y va a tender a llevar la tasa de cambio hacia el techo de la banda cambiaria. Por otra parte, el aumento en el déficit en cuenta corriente va agravar el problema del sector externo. El aumento en el déficit externo tarde o temprano se debe convertir en un aumento en el nivel de endeudamiento externo lo que aumentaría las posibilidades de una crisis cambiaria.

El proceso de apertura ha cambiado de manera fundamental la manera como se transmite el choque causado por una sequía. Ya el efecto precio no es tan importante como antes sino que ahora el efecto se refleja en la cuenta corriente de la balanza de pagos y por lo tanto su impacto depende de la situación imperante en el momento en el frente externo. Si ocurre, en momentos como el actual en la que el sector externo se encuentra débil su impacto puede ser muy grave. Por el contrario si el país estuviera con superávit externo, la sequía serviría para ayudar a estabilizar la economía.



Para completar el análisis del impacto de una sequía en la economía colombiana es necesario estudiar el impacto de la sequía en la oferta de energía. La gran diferencia entre este caso y el anterior se origina en que los servicios de energía eléctrica no son comercializables internacionalmente y por lo tanto la disminución debida a la sequía se va a traducir en una reducción de la oferta y en un incremento en precios. En este caso de bienes no transables internacionalmente como la energía eléctrica la reducción en su oferta resulta claramente en la estanflación. Y por lo tanto la sequía puede llevar a un incremento de la tasa de inflación y una posible recaída en la recesión.

La gran vulnerabilidad del sistema eléctrico nacional que se ha puesto de presente con el ataque guerrillero ha vuelto a poner sobre el tapete el tema del racionamiento eléctrico. Las amargas experiencias vividas hace pocos años deberían ponernos a reflexionar sobre la importancia de usar el sistema de precios para racionar la demanda. Los economistas deberán entrar muy pronto en este tema y aportar sus argumentos para defender un cambio en la política de precios como elemento de control de la demanda.



martes, 2 de septiembre de 1997

Finalizó el ajuste ético

El anunció hecho por el Departamento Nacional de Planeación sobre el crecimiento del producto en el segundo trimestre de 1997 ha dado lugar a serias  discusiones entre el gobierno y los gremios. Antes de tomar partido por alguna de las partes es necesario aclarar que la cifra dada por Planeación Nacional es apenas una aproximación. Esta estimación se hace  por métodos econométricos  a partir de una serie de indicadores y por lo tanto no puede entenderse como la medición de lo que realmente ocurrió en el segundo trimestre de 1997. La cifra real  puede variar y por lo tanto el estimativo presentado no puede servir para juzgar la gestión del gobierno ni para juzgar de manera definitiva la gestión del gobierno.

Las cifras trimestrales producidas por Planeación Nacional son una aproximación obtenida por un seguimiento cuidadoso de una serie considerable de indicadores  mensuales  que en condiciones normales pueden servir como una aproximación bastante buena de lo acontecido en el último trimestre.  Como bien lo saben los analistas de la economía, lo más difícil de prever es el cambio en las tendencias y por tanto, en el momento actual en  que estamos en espera de una anhelada recuperación deberíamos ser muy cautelosos en declarar el fin de la recesión con base en estimativos como los producidos por el Departamento Nacional de Planeación.

Este tipo de  controversia se puede evitar si el gobierno, en lugar de utilizar estimativos del crecimiento espera a obtener las cifras de la contabilidad nacional. Gracias al esfuerzo de esta Administración el país cuenta con mediciones trimestrales de las cuentas nacionales que con un retraso razonable de un poco más de tres meses permiten medir el crecimiento de la economía. En estas circunstancias el esfuerzo del DNP para predecir lo que va medir el DANE debe ser utilizado para afinar la política económica y por su propia naturaleza debería utilizarse por el equipo del gobierno como una primera aproximación de lo que está pasando. El sector privado tomará estas cifras con beneficio de inventario y las adoptará para sus decisiones en la medida en la que tenga confianza en el gobierno.

La discusión de las cifras y la controversia que ha surgido es simplemente una manifestación más de la falta de confianza en el gobierno. Si los gremios no le creen al gobierno que hemos salido de la recesión lo que está mostrando es una gran desconfianza en las autoridades económicas. La falta de credibilidad en la política económica se ha extendido a las mediciones hechas por entidades del gobierno. Bajo esta óptica, la falta de credibilidad del Departamento Nacional de Planeación se torna en un grave problema. Si la presentación de unas  cifras  da lugar a serias controversias  que podremos esperar de la discusión de  las políticas adoptadas.

Es claro, entonces, que mientras el DANE no publique las cifras del segundo trimestre toda la discusión debería entenderse como una discusión sobre diversos métodos de prever el futuro. El gran peligro que existe es que la discusión de un asunto eminentemente técnico como es el de las predicciones del crecimiento de la economía le quite espacio a la discusión sobre las medidas que se deben adoptar. Lo que están en juego es muy importante para dedicarse a discutir si el DNP si sabe hacer predicciones o si las de los gremios son mejores. 

Lo que se necesita en este momento es tener claridad de lo que más le conviene a la economía colombiana. Las discusiones en los foros han mostrado que si bien el problema coyuntural es importante y debe resolverse a la mayor brevedad la mayor incertidumbre que existe en la economía colombiana es lo que pueda pasar en el largo plazo. Ha comenzado a discutirse seriamente en estos foros si la economía colombiana es viable en el mediano plazo. El Profesor Edwards nos ha puesto a pensar si el prestigio que tenía la economía colombiana todavía subsiste. Los grandes problemas generados por un sistema político corrupto no se pueden ocultar, de nada sacamos crecer a cinco por ciento por año si el país se considera ahora como la Bosnia de Latinoamérica. 

Sería muy bueno que la recuperación de la economía nos estuviera mostrando que hemos pagado el costo del ajuste ético y que ahora si vamos a convertirnos en un país desarrollado en el que imperan altos principios éticos y en los cuales el gobierno goza del respaldo de todos los ciudadanos. Lamentablemente, los últimos acontecimientos que han afectado a personas en las que el país había confiado están mostrando que seguimos con estándares éticos muy bajos. La ola de paros que se están dando muestra una falta de gobernabilidad total. La incertidumbre institucional es inmensa. Nadie sabe cómo se van a interpretar las leyes ni quién será el próximo dirigente que termine en la cárcel. 

Sería recomendable que en estas circunstancias tanto el gobierno como los dirigentes gremiales se pongan a pensar en los cambios que se requieren y no se dediquen a pelear por unas proyecciones. Si seguimos en este juego lo único que vamos a repetir es las discusiones que se dan todas las noches en los espacios deportivos en los que cada uno hace pronósticos sobre el resultado de las eliminatorias al mundial. El Director Técnico de la selección no se puede poner a pelear con todos los periodistas que no pongan en duda la clasificación de Colombia. Lo que deben hacer el Bolillo y el Ministro de Hacienda es reforzar su trabajo para que se logre recuperar el prestigio del fútbol y del manejo de la economía.

viernes, 22 de agosto de 1997

La partida de un gran estadista

El jueves 21 de agosto murió el Presidente Pastrana. Su partida ha dejado un gran vacío en el partido conservador del cual fue su conductor por los últimos 27 años.  Como se puede apreciar de un análisis desapasionada de las cifras económicas, Colombia  vivió la mejor época en el gobierno presidido por Misael Pastrana entre 1970 y 1974. El Plan de Desarrollo de su Administración concebido por el gran economista Lauchlin Currie sentó las bases para un período de rápido crecimiento. El vuelco notable en la financiación de vivienda que resultó de la creación del sistema UPAC fue un elemento clave para el éxito de la gestión económica del último gobierno del frente nacional.

 La promoción de las exportaciones, el fomento del sector agropecuario y las mejoras notables en la distribución de ingreso logradas por el rápido crecimiento del empleo originado en el sector de la construcción y el exportador fueron los otros tres elementos básicos del plan conocido con el nombre de  las Cuatro Estrategias. La Administración Pastrana pudo mostrar la importancia de una concepción coherente del desarrollo económico. Por primera, y probablemente por última vez, el gobierno tuvo una visión coherente desde el punto de vista teórico de lo que se debería hacer en los cuatro años del gobierno. El Plan de las Cuatro Estrategias se diferencia marcadamente de otros que son el reflejo de lo que el Presidente Pastrana caracterizaba como una expresión del modelo navideño de desarrollo. Un árbol de navidad con regalos para todos los públicos sin tener definiciones de lo que se debe hacer ni de lo que no se puede hacer por carencia de recursos.

Su gobierno no solo fue muy bueno en el campo económico sino que también marco el inicio del futuro. Disciplinas nuevas como la informática y la ecología recibieron un gran impulso en el último gobierno del frente nacional. El impulso modernizador en el campo de la informática dado por el Gobierno de Carlos Lleras se continuó y se logró conformar un equipo de muy alto nivel en el campo de la informática. Instituciones como el DANE y el Ministerio de Hacienda se convirtieron en los líderes del proceso de modernización y en el uso eficiente de computadores. Las entidades del gobierno se convirtieron en el semillero de los técnicos en el campo de la informática. 

Después de concluir su labor como Presidente le tocó asumir la defensa de su gestión. Convencido como estaba de que la historia la hacían los conservadores pero la escribían los liberales dedicó buena parte de su vida a escribir su visión de la historia reciente colombiana. La necesidad de exponer sus puntos de vista lo llevó a incursionar en los medios de comunicación. Fundó la revista Guión y el diario la Prensa. La generosidad de la familia Pastrana les permitió a muchos la entrada al periodismo. Gracias a esas oportunidades, mis comentarios semanales tuvieron una difusión semanal desde 1984 hasta comienzos de este año. 

Con gran tenacidad el Presidente Pastrana busco la reconquista del poder. Gracias a su esfuerzo Belisario Betancur llegó a la Presidencia de la República en 1982. El Partido Conservador a pesar de su condición minoritaria logró volver a la presidencia a los ocho años de haberse acabado el Frente Nacional. La elección popular de Alcaldes y Gobernadores le permitió al Partido Conservador ganar las Alcaldías de las ciudades más grandes y las gobernaciones en los Departamentos más importantes. El triunfo de Andrés Pastrana en Bogotá como primer Alcalde elegido por elección popular le deparó una gran alegría.

El Ex Presidente Pastrana no solo se preocupaba por los asuntos locales sino que además vivía pendiente de lo que ocurría en todo el Mundo. Leía y escribía sobre lo que acontecía en el mundo. Sus escritos semanales, que gracias a la iniciativa de algunos de sus amigos se compilaban  anualmente en un libro, mostraban la amplitud de visión del Estadista. La disciplina para escribir su columna semanal sin importar en que lugar del mundo estaba eran ejemplo que inspiraba a todos los columnistas de sus publicaciones. Si el presidente Pastrana podía sacar tiempo para escribir todas las semanas su columna no había razón valedera para que uno no cumpliera con su obligación. 

En estos momentos tristes para la familia Pastrana los que conocimos al Presidente Pastrana les queremos mandar nuestras sinceras condolencias a su esposa, a  Juan Carlos, Andrés, Jaime y María Cristina.

viernes, 8 de agosto de 1997

Tres años perdidos

Completamos tres años de la Administración Samper. El balance de estos tres años no podía ser más pobre. Una descripción acertada de los tres años la hizo algún tiempo el Doctor Eduardo Sarmiento actual presidente de la Academia de Ciencias Económicas. Según su apreciación a  este gobierno todo le ha salido al revés.  Prometió subir la tasa de crecimiento de la economía y  lo que ha logrado es llevar la economía a una recesión. El gobierno prometió aumentar el empleo y lo que ha logrado es aumentar el desempleo. El gobierno prometió mejorar la distribución del ingreso y lo que ha hecho es favorecer a los grandes grupos económicos desmejorando la distribución del ingreso. El gobierno prometió mejorar la competitividad de la economía y después de tres años la tasa de cambio real se encuentra cada vez más lejana de su valor de equilibrio que permitiría la competitividad colombiana.

Los pocos logros en materia económica como la disminución de la inflación se deben más a la Junta Directiva del Banco de la República y a la recesión que a una política propia del gobierno. El intento del Pacto Social resultó un fracaso total, podría decirse que todo el esfuerzo del Ministerio de Desarrollo fue inútil. Probablemente, los arreglos lo que han hecho es dilatar el proceso de ajuste y aumentar el costo del ajuste. Si se comparan los valores de la llamada relación de sacrificio, o sea la disminución en PIB por punto de la tasa de inflación, para Colombia y los Estados Unidos se podría concluir que la nuestra es tremendamente alta y que el Pacto social en lugar de disminuirla la aumentó considerablemente. Pareciera entonces que en el manejo de la inflación al gobierno también le salieron las cosas al revés pues en lugar de lograr una disminución en el costo del ajuste lo que obtuvo fue un incremento de este costo.

Si los pecados de acción son grandes los de omisión también lo son. El gobierno ha frenado el proceso de reforma institucional Hoy en día, como no lo ha recordado Sebastián Edwards, Colombia se ha quedado atrás de los otros países latinoamericanos. El marco institucional colombiano tiene una serie de defectos que han debido atacarse en este gobierno para lograr mejorar la competitividad de la economía colombiana. Los inversionistas requieren de unas leyes que les garanticen sus derechos especialmente los derechos de propiedad. Esto hubiera requerido hacer una reforma a la constitución en lo que se refiere a la posibilidad de expropiación. Mientras que exista este artículo las relaciones entre el país y los inversionistas no sería clara.

Igualmente importante es contar con unos esquemas regulatorios que garanticen la inversión en  los servicios públicos. Como lo muestra las dificultades en la privatización de larga distancia y con la ley de televisión, los inversionistas no pueden estar tranquilos con un marco regulatorio en el que se pueden presentar cambios importantes y que dependen de la interpretación de uno de los magistrados. No es posible hacer una planeación de grandes inversiones cuando no se puede garantizar la participación de los operadores de telefonía de larga distancia. Nadie va a  querer pagar 150 millones de dólares por una licencia cuando cualquier telefónica local puede  entrar al mercado.

Otro gran error de omisión de este gobierno ha sido el dejar crecer el poder de los grandes monopolios. La debilidad del Presidente se ha traducido en un incremento del poder de los ahora llamados cacaos. Los grandes grupos económicos les ha ido muy bien con este gobierno. Han  tenido un tratamiento tributario muy favorable y algunos artículos de la reforma tributaria se hicieron para favorecer los interesados de los que han respaldado tanto la campaña como la presidencia de Samper.

Las transferencias a las regiones se han mantenido sin tratar de ajustarlas a las posibilidades del gobierno central. Las reformas tributarias no han mejorado la situación del gobierno en parte porque un alto porcentaje debe destinarse a las transferencias. Siguiendo la tradición latina el gobierno siempre ha dejado para mañana el problema de las transferencias. Con gran desparpajo, el gobierno nos dice que este problema es mejor dejárselo a la próxima administración. El gobierno no ha tenido el valor de afrontar este problema esperando que los recursos del petróleo den para todo.

La seguridad social se ha mantenido tal como la dejo el gobierno anterior, olvidando que era necesario hacer ajustes importantes para evitar que en poco tiempo se vuelva inmanejable. El dejar suelto al ISS con un régimen insostenible y mantener unas condiciones en las empresas públicas muy por encima de sus posibilidades financieras es un claro error de omisión. El país tiene que darse el lapo en las reformas institucionales a la mayor brevedad para poder competir con éxito en una economía globalizada. 


miércoles, 30 de julio de 1997

Absurdos económicos

El Ministerio de Comunicaciones adjudicó en días pasados cien emisoras de frecuencia modulada. Al presentarse algunas fallas en el proceso licitatorio, el Ministro tuvo que hacer la selección de los beneficiados. Sin entrar a analizar los posibles efectos que tiene una asignación a dedo sobre la libertad de expresión es conveniente analizar este tipo de procesos desde el punto de vista económico.

Como lo enseñan los libros de textos, la economía “es el estudio de la manera en que  la sociedad decide utilizar los recursos productivos escasos que pueden utilizarse con distintos fines para producir mercancías de diferentes tipos y distribuirlas entre los diferentes grupos”, y por lo tanto la decisión de asignar un bien escaso como las estaciones de F M es de la esencia misma de la ciencia económica. Los libros de texto nos enseñan, también, que el mercado a través del sistema de precios asigna los recursos de la sociedad de manera óptima. Mediante el sistema de mercado los bienes escasos quedan en manos de los que están dispuestos a pagar más por ellos obteniéndose una solución eficiente en la que no es posible mejorar a alguien sin desmejorar a otra persona. 

La recomendación obvia de un economista para la asignación de las estaciones de frecuencia modulada no puede ser más sencilla. Hacer una subasta entre los interesados para determinar quien está dispuesto a pagar más por las emisoras y asignárselas a estos considerando que los que pujen más por las emisoras serán aquellos que posean los mayores talentos para su operación. Ningún economista que se respete se atreverá a pensar que un Ministerio tenga mejor criterio que el mercado y por lo tanto descartará de plano una adjudicación a dedo como la que operó en el caso colombiano. 

La asignación a dedo de las emisoras de frecuencia modulada no solo es ineficiente sino que resulta en grandes injusticias. El cobrar un precio por debajo del valor es un subsidio implícito, por tanto el regalarle las emisoras a destacados periodistas no es otra cosa que un subsidio de monumentales proporciones. Si aceptamos lo dicho por el periódico El Tiempo, el valor comercial de la licencia para una emisora en Bogotá es un millón y medio de dólares y por lo tanto los favorecidos en la adjudicación han recibido un subsidio equivalente a casi nueve mil salarios mínimos mensuales. Por una decisión administrativa, los afortunados adjudicatarios recibieron en un momento lo que una familia obrera se gana en 365 años.

A nadie escapa que un programa de subsidios de esta magnitud sería altamente cuestionable en cualquier parte, aún si se hiciera al azar. Pero darle el subsidio a los mayores grupos económicos  del país para agravar la pésima distribución del ingreso es una grave afrenta a la sociedad colombiana.  Pero más aún, en circunstancias como las actuales en las que se habla de una inminente crisis fiscal, andar regalando los activos de nación al mismo tiempo que se están aumentando los impuestos es el síntoma más claro de la falta de sindéresis de un gobierno. 

Como al que no quiere caldo se le dan dos tazas, al pobre colombiano se le ofrece más de lo mismo. El gobierno ha vuelto a abrir una nueva licitación para asignar 81 nuevas emisoras de FM. Otra vez se cae en el error de otorgar un recurso valioso a unos pocos afortunados a quienes se les va a dar un subsidio monumental, otra vez se continúa con el proceso de concentración en el ingreso y se fortalece el poder de los grandes grupos económicos dándoles mas poder en los medios de comunicación. 

Más aún, al pasar la ley Daniels la revisión de constitucionalidad el reparto del estado se ha ampliado a los canales públicos. Los noticieros de televisión, otro recurso escaso se adjudicarán a dedo y servirán para pagar los favores recibidos por el ejecutivo. Los periodistas amigos del régimen obtendrán su jubilación que les permitirá gozar de los placeres de la buena mesa en el dorado exilio que comenzará el ocho de agosto de 1998. 

La repartición de los bienes del estado entre los favoritos de un régimen debería eliminarse. Las leyes deberían incorporar como único medio de asignación de los recursos escasos una verdadera subasta entre los interesados. El ordenamiento legal debería, además, dejar muy claro que los que han pagado por el derecho a utilizar los bienes del estado tienen un derecho que no puede ser conculcado por una ley. Si nuestro ordenamiento legal no es claro en lo que se refiere al respeto de los contratos la posibilidad de contar con inversión extranjera es mínima. Si Colombia no moderniza sus instituciones  y las pone a tono con las de los  países industrializados, el despegue hacia el crecimiento se demorará indefinidamente.

miércoles, 23 de julio de 1997

Colombia se quedó atrás

El miércoles de esta semana en un seminario convocado por Anif, además del análisis de coyuntura y de la presentación de las predicciones macroeconómicas, se trató un tema de vital importancia para Colombia. En una presentación muy bien recibida por los participantes del seminario, el Profesor Sebastián Edwards fue muy crítico de la política económica colombiana. Con mucha preocupación el Profesor nos puso de presente que no debemos seguir mirando al pasado para congratularnos de los éxitos obtenidos anteriormente. Compararnos con los más pequeños y los mas desaplicados en materia de política económica nos lleva necesariamente al fracaso. Las comparaciones tienen que ser con los que han logrado éxito.

Tal como lo hemos venido sosteniendo en estas columnas, mientras gastemos todo el tiempo en discutir si la inflación va a ser del 18,2 o del 18 por ciento no reaccionaremos de la forma adecuada. Hoy en día una inflación de 18 por ciento descalifica a cualquier país en el concierto de las economías bien manejadas. La inflación tiene que ser muy cercana a la de los países industriales y por lo tanto mientras no lleguemos a una inflación del tres por ciento no podremos decir que la economía ha salido de sus problemas. No es posible que sigamos pensando, como lo están haciendo el gobierno, Fedesarrollo y Anif que podemos cerrar este siglo con inflaciones cercanas al 20 por ciento.

El Profesor Edwards además de llamarnos la atención sobre el mediocre desempeño macroeconómico nos puso de presente que es necesario profundizar las reformas emprendidas al comienzo de la década. Según Edwards, los resultados pobres de la economía se deben no a lo que hicimos en el campo de la reforma sino más bien a lo que hemos dejado de hacer. Edwards nos ha dicho lo obvio, unas instituciones tan deficientes como las colombianas son el principal obstáculo para el desarrollo. El liberarnos de algunas de  prácticas tan absurdas, como las  licencias de importación, los permisos para tener dólares en el exterior, que sostuvimos por muchos años no pueden ser la causa de nuestros problemas es apenas el comienzo de la verdadera modernización de la economía colombiana.. 

Los estudios de Douglass North, que hemos comentado en estas columnas y la experiencia con las reformas de las economías socialistas, han demostrado que las instituciones básicas de la sociedad como el sistema judicial, el respeto a la propiedad y el cumplimiento de los contratos son básicas para el desarrollo económico. Edwards con su característica habilidad de buen conferencista reiteró en su presentación la importancia de avanzar en las reformas institucionales para poder asegurar que las ventajas de las reformas lleguen al común de la población. Según Edwards la experiencia ha mostrado que los países en donde se realizan las reformas institucionales simultáneamente con las reformas económicas tienden a tener un mayor éxito. 

Si las reglas del juego se mantienen los cambios económicos no llegan a los que tocan. Si no existe una verdadera regulación de la competencia, la privatización de los servicios públicos lo único que cambia es a un monopolio oficial por un monopolio privado. Las ventajas potenciales de una participación del sector privado se evaporan ante la ausencia de una efectiva regulación. Mientras no hagamos cumplir las leyes que regulan la competencia vamos a tener que las guerras de precios y las mejoras de los servicios terminan prematuramente cuando los operadores se dan cuenta que es mejor limitar la competencia. En Colombia ante la deficiente regulación de la competencia pasamos de una situación en la que regalamos los celulares por preguntar el saldo en un cajero automático a tener las tarifas de telefonía móvil más caras del mundo.

El desencanto de Edwards parece estar mostrando el sentimiento de la mayoría de los analistas que se han preocupado por el caso colombiano. Los resultado económicos son cada vez más deficientes. Los maestros en el arte del compromiso económico se han olvidado de la importancia de la disciplina fiscal. Los hábiles manejadores de las bonanzas y los serios conductores de antaño se han dejado contagiar del populismo que acabó con las economías latinoamericanas. El mantener una inflación que se movía entre el veinte y el treinta por ciento durante varias décadas ya no es un ejemplo de imitar. Com hemos dicho a Colombia en el campo de la política económica le está pasando lo mismo que a la selección del Bolillo Gómez. Esta viviendo de los logros del pasado y hasta Venezuela está obteniendo mejores resultados. 

La solidez de la economía colombiana que le permitió sobrevivir a un país que siempre obtenía las peores calificaciones en su desarrollo institucional ya no es suficiente para compensar tan serias desventajas institucionales. El mensaje es claro para la Colombia del siglo veintiuno. Hay que renovar urgentemente las instituciones colombianas. La justicia tiene que funcionar. Las reglas de juego deben ser claras y no deben estarse cambiando a cada minuto. La clase política tiene que responder a la sociedad civil y los grandes conglomerados no pueden abusar del poder económico. Las reglas de juego deben favorecer el surgimiento de innovadores. Las oportunidades no se pueden limitar a los grandes grupos económicos sino que deben favorecer  en últimas al consumidor. 

Los colombianos debemos aceptar el regaño del Profesor Edwards. La comunidad internacional está perdiendo la fe en Colombia y si no hacemos las reformas institucionales indicadas a la mayor brevedad posible nos dejará el tren del progreso. Los candidatos presidenciales deben tomar atenta nota del mensaje de Edwards que coincide con el pensamiento del común de la gente. Todos estamos aburridos de la situación actual y queremos vivir en una sociedad en la que se castigue a los corruptos y donde los honestos puedan avanzar. Nuestra preocupación no puede seguir siendo si la inflación bajará un punto porcentual o si la máxima tasa de crecimiento posible es del cuatro o del cinco por ciento. Los temas del momento son de una mayor trascendencia.

viernes, 18 de julio de 1997

¿Cómo salir de la recesión?

El lunes de esta semana El Tiempo convocó a distinguidas personalidades para que plantearan  sus propuestas para salir de la actual recesión. En el Foro participaron tres de los mayores empresarios, tres voceros de los gremios, el Ministro de Hacienda y Salomón Kalmanovitz uno de los cinco codirectores del Banco de la República. Aunque los representantes del sector privado ampliaron el alcance de su presentación para cubrir temas de mediano plazo relacionados con el desarrollo del país, se pudo llegar a tener una visión tanto de las causas como de las posibles soluciones de la actual crisis.

Quedó claro que la recesión se originó en medidas de política económica de índole coyuntural. Se enterró la noción de que estábamos viviendo las consecuencias del cambio de modelo económico. Los representantes del sector público reconocieron que la recesión fue la consecuencia lógica del aterrizaje forzoso de una economía que estaba creciendo por encima de sus posibilidades. Si bien hubo acuerdo sobre el recalentamiento de la economía, no se pudo lograr un consenso sobre  si el límite máximo de crecimiento de la economía colombiana es, hoy en día, el cuatro o el cinco por ciento. El Ministro de Hacienda mencionó en su presentación que probablemente el haber creído que la economía podía crecer al cinco por ciento sin recalentarse había sido una de las razones para que no se hubieran tomado las medidas con la debida anticipación. 

Aunque durante el debate no se tocó el tema, un observador desprevenido se hubiera dado cuenta que la falta de coordinación entre el Banco de la República y el Gobierno ha llevado a la economía a una situación económica más desfavorable. Es claro que si tanto el gobierno como el Banco de la República trabajan armoniosamente en frenar la economía pueden hacerlo a un  costo muy inferior al que se tiene que pagar cuando uno, el gobierno, quiere acelerar, mientras que el otro, el Banco de la República quiere frenar. 

En el Foro se logró un consenso en que la revaluación de la tasa de cambio era la principal causa de la recesión. Para la mayoría de los participantes,  la revaluación del peso se originó en una entrada de capitales que dieron lugar a un exceso de divisas que condujeron a una disminución en el valor del dólar. Según los participantes en el foro, el diferencial entre las altas tasas de interés internas y las externas, la financiación del déficit del gobierno con crédito externo, las compras de bancos, las privatizaciones y la monetización de los excedentes petroleros contribuyeron al exceso de divisas y a la revaluación del peso.  

La falta de credibilidad en el gobierno se mencionó, repetidamente, como otra de las causas de la recesión. El desaliento con la situación del país se ha venido manifestando desde hace bastante tiempo. Desde el segundo trimestre de 1995 las decisiones de inversión se encuentran en el congelador. Los industriales archivaron sus proyectos de inversión hace más de dos años y posteriormente congelaron sus nóminas. Los altos costos laborales unidos a la falta de confianza en el gobierno ha mantenido congelada la nómina del sector privado mientras que el gobierno cede a las presiones de los sindicatos oficiales. Cada nueva concesión del gobierno a los sindicatos oficiales aumenta el déficit fiscal, empuja al alza las tasas de interés y reduce la demanda de trabajo por parte del sector privado, aleja cada vez más la posibilidad de una reactivación y afecta adversamente la credibilidad en el Ministro de Hacienda. 

A partir del análisis anterior, parece claro que la primera prioridad debe ser evitar una revaluación de la tasa de cambio y buscar una devaluación real que aumente la competitividad de la economía. Los excedentes petroleros y del producto de las privatizaciones deben mantenerse en el exterior evitando un posible impacto en el mercado cambiario. La reducción del déficit fiscal y la generación de un superávit fiscal para compensar el impacto de la bonanza petrolera es una medida que tarde o temprano debe tomarse para evitar incurrir en la ten temida enfermedad holandesa. El gobierno y el Banco de la República deben actuar de manera concertada para poder lograr el ajuste al menor costo. Si el endeudamiento externo público o privado aumenta en forma excesiva y con esto se revalúa el peso es por que la política macroeconómica ha hecho más atractivo endeudarse en el exterior. No es lógico tratar de distinguir, como lo hizo el Ministro de Hacienda entre el uno y el otro, asignando el papel de malo de la película al sector privado. El aumento del endeudamiento no es sino la respuesta lógica a unas condiciones creadas por las autoridades económicas. El revertir estas medidas es lo que hay que hacer. Si el endeudamiento en Colombia se vuelve atractivo, el sector privado reducirá su endeudamiento externo y contribuirá de esta manera a reducir la presión sobre el peso. 

La recuperación de la credibilidad es algo mucho más difícil de alcanzar. Las actuaciones del gobierno en materia económica son vistas con gran desconfianza por el público. La tendencia natural de un gobierno al optimismo ha sido exagerada en esta Administración. El público ya no cree en lo que le dicen. Los analistas económicos ya no se creen el cuento de que Colombia es un ejemplo para imitar en América Latina. Las tasas de crecimiento son más bajas que en el resto del continente, la inflación es de las  más altas y el desempleo está llegando a niveles preocupantes.  Mientras no reconozcamos que el ajuste necesario en la economía es penoso y que debemos tener el valor de pagar su costo, cualquier reactivación será transitoria. Lo peor que le podría pasara a la economía colombiana es que se reactivará la economía artificialmente en   esta época electoral y que le quedará como herencia a la próxima administración una economía totalmente descuadernada.

viernes, 11 de julio de 1997

Lecciones del manejo económico de los últimos treinta años.

Los comentaristas económicos por estar pendientes de la actualidad muchas veces pierden perspectiva de las fuerzas que moldean el desarrollo del país. Para poder entender lo que acontece en el país es entonces necesarios mirar lo ocurrido a lo largo de un período largo. Gracias al trabajo de Jorge García y Sisira Jayasuriya que lleva el sugestivo nombre de “Al borde del abismo y posponiendo la prosperidad”  es posible, al fin de una larga espera, contar con un tratamiento serio  sobre las políticas económicas colombianas. Como lo mencione en una columna escrita en el diario la Prensa en marzo de 1991, este trabajo es un magnífico ejemplo de la utilización de la teoría económica moderna para el análisis del impacto de las políticas económicas en el  desarrollo colombiano.

El trabajo de Jorge García trata en profundidad el impacto de la política, fiscal, monetaria, cambiaria y salarial de los últimos treinta años. Además de presentar un acervo importante de estadísticas muy meticulosas sobre este período, el libro llega a importantes conclusiones que deberán ser tenidas en cuenta sobre la política económica es conveniente divulgar las conclusiones de tan importante trabajo.

La primera conclusión del trabajo de Jorge García se relaciona con la política fiscal. Según el estudio, “es necesario evitar el déficit fiscal. Como han descubierto los colombianos, aún déficit pequeños pueden generar inflación, déficit en la cuenta corriente y reducir las tasas de crecimiento.” Esta posición sustentada por un trabajo serio, basado en la construcción meticulosa de series fiscales pone en serias dudas la bondad de las propuestas hechas por algunos de los miembros de la comisión de gasto público.

La segunda conclusión del trabajo comentado se refiere a la política cambiaria. Según el trabajo,  “tratar de alcanzar un objetivo de tasas de cambio real para estimular las exportaciones puede introducir rigideces en el manejo macroeconómico. Estas metas pueden prevenir la liberación del comercio exterior debido a que el nivel deseado de la tasa de cambio real puede ser muy bajo y entrar en conflicto con el equilibrio en cuenta corriente; igualmente malo, estas metas pueden forzar la utilización de instrumentos menos apropiados para prevenir la apreciación del peso cuando la economía se vea  sometida a una entrada de capitales.” El estudio presenta un permanente conflicto entre diferentes alternativas de política en donde la política cambiaria entra en contradicción con la estabilidad de precios.

La tercera conclusión del libro comentado tiene que ver con la utilización de la política cambiaria como único elemento para orientar la economía hacia el exterior. En palabras de los autores: “la política cambiaria no puede remplazar la liberación del comercio para lograr un promoción de exportaciones. Una devaluación nominal, por ejemplo, no afectará el precio relativo en una manera permanente a menos que se acaben con las restricciones al comercio.”

La cuarta conclusión se refiere al manejo de las bonanzas. En el libro se afirma: “el gobierno debe actuar cautelosamente cuando ocurren los shocks externos favorables. Un aumento temporal de precios de los productos básicos no debe desembocar en una orgía de gasto público, que sería difícil de revertir cuando la bonanza de los precios pase.” Esta sabia recomendación no debe echarse en saco roto y menos por un gobierno que está empeñado en gastarse por anticipado todas las bonanzas de los recursos naturales. 

La quinta conclusión debe ser tenida en cuenta en momentos en los que muchos analistas le achacan la crisis actual al cambio de modelo económico. Según el libro: ‘el manejo de las crisis y las medidas de  ajuste deben buscar extender antes que reducir la flexibilidad de la economía. A pesar de algunas medidas restrictivas, la economía colombiana se movió hacia menores restricciones y niveles moderados de distorsiones creadas por la política económica en los setentas. Esta estrategia sirvió de base para el crecimiento sostenido de los últimos años 60s y los primera mitad del setenta. Debido a que el país no continuó con la liberalización del comercio exterior, el rápido crecimiento de las exportaciones cesó y el crecimiento de largo plazo se desaceleró”. Los candidatos a la presidencia deben tomar atenta nota de esta recomendación para ofrecer en su programa de gobierno una segunda dosis de reformas estructurales que permitan acelerar el crecimiento económico.

La última lección de la experiencia colombiana tiene que ver con la importancia de una buena política social. “El crecimiento sostenible requiere de una estabilidad social y política que a su vez depende de políticas  sociales  apropiadas. Esperamos que la experiencia futura de Colombia demuestre esto en una forma positiva.” Los eventos recientes ocurridos durante esta Administración han mostrado, de una manera negativa la importancia de contar con un gobierno que sea respetado y que lleve a cabo verdaderas políticas sociales. La grave crisis de gobernabilidad de la presidencia de Samper ha puesto de manifiesto el grave impacto negativo de un mal gobierno en la economía. Esperamos que la próxima administración pueda mostrar la importancia para la economía de un buen gobierno.

Este importante libro llega en buen momento. El debate sobre las políticas económicas se fortalece con un trabajo de tan excelente calidad. Los académicos y los políticos deben leer con cuidado este documento que resume el metódico trabajo de uno de los más importantes investigadores de la realidad colombiana.

viernes, 4 de julio de 1997

La inflación sigue alta a pesar de todo

Los periódicos de esta semana muestran que Colombia no solo ha bajado en su nivel futbolístico sino que también en el manejo económico de la inflación está disputándose el último lugar con Venezuela. Las Autoridades Económicas al igual que el bolillo Gómez no han podido cumplir las metas que se han fijado. La inflación sigue por encima de la meta trazada al comienzo del año y por lo visto en los últimos meses, va a continuar por encima del dieciocho por ciento. Si se mantienen las tendencias recientes, en donde las cifras del noventa y siete son un fiel reflejo de las del noventa y seis, la inflación a diciembre estaría por encima del 18,5 por ciento.

Una inflación tan alta como la registrada en los últimos meses debe ser motivo de honda preocupación. El aumento de precios domésticos unido a una estabilidad en la tasa de cambio está volviendo la producción colombiana menos competitiva. Cada vez es más notoria la gran sobre valuación de la moneda colombiana. Los precios de los artículos manufacturados están cada vez más lejos de los producidos en el exterior. Las comparaciones entre los productos colombianos y los extranjeros son cada día más odiosas. Cuando uno va a los centros comerciales y pregunta por el precio de los vestidos le dan ganas de salir a Miami a aperarse. Esta simple comparación de precios lo convence de que hoy como hace quince años el Emperador no se esta vistiendo con ropas colombianas. 

La falta de competitividad colombiana se manifiesta en muchos más frentes. Las comparaciones siguen siendo odiosas cuando uno mira los precios y calidades de los servicios suministrados a las familias colombianas. La televisión por cable, que hoy en día es un artículo de consumo popular que no puede ser gravado con el IVA, tiene precios muy superiores a los que uno ve anunciados en los Estados Unidos. Por el precio que se paga en Colombia, el televidente americano recibe todos los canales que aquí se cobran por aparte. Cuando se olvida que está en recesión y se decide ir a uno de los restaurantes famosos, encuentra que con lo que paga aquí hubiera podido asistir a un  restaurante de primera en cualquier parte del mundo, obteniendo además un servicio mucho mejor.

Además de la pérdida de competitividad, una tasa de inflación tan alta se convierte en un freno a la baja en las tasas de interés. La tasa de interés puede bajar por dos razones. La primera, es  una reducción en la tasa de interés real y la segunda es una reducción en las expectativas de inflación. La reducción en la tasa de interés real solo se puede esperar por una desaceleración mayor de la economía o por una disminución del déficit fiscal. Ambas posibilidades deberían descartarse en estas épocas pre-electorales pues el gobierno está interesado en ampliar el déficit fiscal y en reactivar la economía. Por tanto, en estos momentos, la reducción en las expectativas de inflación se convierte en la  única esperanza para la reducción de las tasas de interés.

Al ritmo que ha venido descendiendo la inflación, la expectativa de una fuerte reducción es prácticamente nula. Más aún, la aceleración de los precios al productor están dando la señal contraria. El crecimiento más rápido de los precios al productor que el de los precios al consumidor no solo reflejan una disminución de la rentabilidad de la actividad productiva sino que muchas veces son el mejor indicador de los precios futuros al consumidor. Esto quiere decir que la aceleración de los precios al productor está indicando una futura aceleración del IPC, lo que indudablemente debería reflejarse en un aumento en las expectativas de inflación y consecuentemente en un aumento en las tasas  nominales de interés

Las altas tasas de inflación son preocupantes en la situación colombiana pues se han dado en forma simultánea con una fuerte desaceleración de la economía. La reducción de un punto porcentual por año es muy poco cuando el crecimiento de la economía ha caído en casi cuatro puntos porcentuales.  Estas cifras son demasiado elevadas, pues en una economía como la norteamericana una reducción de la actividad económica de esta magnitud se vería reflejada en una reducción de varios puntos porcentuales. Una reducción tan drástica en la demanda agregada debería haber llevado a la economía a una inflación de un solo dígito.

La conclusión del análisis anterior es bastante obvia. El problema de la inflación en Colombia es cada vez más serio y no se puede seguir tratando como hasta ahora. Hemos perdido demasiado tiempo en este juego de bajar la inflación sin querer queriendo. Lo que se requiere ahora es convertir en prioritaria la lucha contra la inflación. Esta es una guerra que no podemos perder. 

jueves, 26 de junio de 1997

Diferentes visiones de la política fiscal

Las discusiones sobre la conveniencia de un aumento de los impuestos en épocas de recesión dejan perplejos a gran parte de los observadores. El hombre de la calle se pregunta: ¿Cómo es posible que destacados economistas no se puedan poner de acuerdo en un tema tan sencillo? Muchos se acuerdan de su primer maestro de economía que en el curso de principios les enseñó que la política fiscal era un instrumento apropiado para estabilizar la economía. En ese primer curso, se enseñaba que si la demanda agregada era baja debería establecerse una política fiscal que estimulará la economía. Los aumentos de impuestos solo se justificaban para casos en los que la economía se encontraba recalentada y que por lo tanto lo que se buscaba era lograr un control sobre el crecimiento de los precios.

A medida que se avanzaba en el estudio de la economía las respuestas se complicaban y ya no era tan sencillo saber si el estímulo fiscal era adecuado. En efecto, cuando se consideraba el caso de una economía abierta, la situación era más compleja pues la conveniencia de reactivar la economía mediante un estimulo fiscal podía llegar a ser inconveniente. El estímulo a la demanda agregada podría ser inadecuado cuando se presentaba un desequilibrio en el sector externo. En las economías abiertas el aumento de la demanda agregada se convierte en un aumento en las importaciones y en una disminución de las exportaciones. El deterioro de la balanza comercial de un país es muy grave cuando ocurre en circunstancias como las actuales en las que se presenta un déficit externo. Por tanto, el impulso fiscal no es recomendable cuando el sector externo está en desequilibrio pues puede acelerar la crisis cambiaria. En estas circunstancias el dilema es bien complejo se da un impulso fiscal a la economía para mejorar el llamado balance interno o se mantiene una política de austeridad para alcanzar el equilibrio externo. 

De lo anterior puede concluirse fácilmente que en casos en los que el estímulo a la demanda agregada afecta desfavorablemente el balance externo es necesario complementar el manejo de la demanda agregada con medidas que tiendan a mejorar el equilibrio externo. Como se ve en los cursos intermedios de teoría económica, en estas circunstancias se deben tomar medidas complementarias en el frente cambiario que alivien las presiones sobre el balance externo. En algunas circunstancias el paquete de medidas adecuado puede contener una fuerte devaluación acompañada de un ajuste fiscal importante. La eficacia de esta fórmula para el caso colombiano se mostró claramente cuando Roberto Junguito fue Ministro de Hacienda. En 1985 se logró el equilibrio de la economía mediante una fuerte devaluación del 45 por ciento en un año y un aumento en los impuestos. Los ajustes realizados durante la Administración Betancur sirvieron para devolver la economía colombiana a su senda de crecimiento. 

De lo anterior se puede concluir que en algunas ocasiones una aumento de impuestos si puede ser la receta adecuada para lograr el equilibrio macroeconómico, aún en circunstancias recesivas. En estos casos lo que se necesita es diseñar un paquete de medidas que permitan obtener simultáneamente los dos objetivos: el equilibrio externo y el equilibrio interno. No es posible llegar a conclusiones de la conveniencia de una medida solamente mirando si la economía está en recesión o no.

Debe notarse que todas las consideraciones anteriores están basadas en la premisa de que la política fiscal es eficaz en su intento de estabilizar la economía. Los economistas han demostrado que esto no es cierto en dos circunstancias. La primera en un régimen de tasas de cambio flotantes, cuando existe movilidad infinita de capitales. En este caso los cambios en la política fiscal son contrarrestados por movimientos de capitales que tienen el efecto contrario. Los estímulos fiscales dan lugar a una revaluación de la moneda que reduce las exportaciones y aumenta las importaciones.

El otro caso, que para algunos es apenas una posibilidad, ocurre cuando los agentes económicos tienen una visión nítida del futuro. En este caso, los consumidores y productores actúan mirando el efecto de largo plazo. Estos agentes saben que si un déficit no se financia mediante impuestos sino mediante endeudamiento del gobierno y que por lo tanto el no hacer el ajuste fiscal en este momento lo único que va a pasar es que el ajuste se debe hacer en el futuro. Los agentes económicos en estas circunstancias actúan racionalmente disminuyendo su consumo y ahorrando para poder pagar los mayores impuestos necesarios cuando el gobierno decida realizar el ajuste fiscal. 

Esto quiere decir que el efecto recesivo causado por una disminución de la demanda agregada se da aún si no se aumentan los impuestos. La economía no se estimula con los déficit fiscales pues los agentes ven más allá del efecto de corto plazo y guardan su plata debajo del colchón para poder pagar el incremento de los impuestos en el futuro. En este mundo descrito por los destacados economistas David Ricardo y Robert Barro los déficit no estimulan la economía y por lo tanto en él la controversia planteada en Colombia sobre la conveniencia de un ajuste fiscal en una época de recesión no tiene sentido alguno. 

 De todo lo anterior debe quedar claro que muchas de las controversias entre economistas se deben a diferencias en las premisas adoptadas. Las conclusiones válidas para una economía cerrada no lo son para una economía abierta. Lo que es válido para agentes ultrarracionales que ven el futuro con absoluta claridad y que toman las mejores decisiones en un horizonte de largo plazo no lo es para agentes que tienen un horizonte de más corto plazo.