Es claro que el margen de intermediación debe bajar hasta niveles
comparables a los de nuestros socios comerciales. El país no puede competir con una desventaja
en el costo del crédito.
La Junta Directiva del Banco de la República ha tomado unas medidas para
facilitar el endeudamiento con el extranjero.
Ante los comentarios surgidos sobre el tema es conveniente hacer algunas
precisiones. En primer lugar debe
anotarse que las ú1timas medidas no corresponden a una total apertura del crédito
externo. El público no puede salirse a
endeudarse libremente en el exterior pues tiene que cumplir con unos requisitos
que aunque menores que los que venían rigiendo, terminan elevando el costo del
crédito por encima de los que habría si existiera una entera libertad para
endeudarse en el exterior.
También se ha podido apreciar que a nadie le gusta competir
internacionalmente y que los voceros de los sectores afectados tienen el
sagrado derecho al pataleo. Los gremios
que representan al sector financiero han hecho sentir sus voces de protesta por
la medida y han puesto de presente que los costos de intermediación colombianos
son muy altos comparados con los vigentes en los grandes centros
financieros. Los gremios han aprovechado
la oportunidad para insistir en su pedido de una disminución de los encajes con
el fin de lograr que sus márgenes de intermediación se reduzcan y puedan ser
competitivos con el exterior.
De lo anterior debe quedar claro que los intermediarios financieros
continúan gozando de una protección de la competencia externa y que los
usuarios del crédito tienen que pagar m costo adicional por el privilegio de
utilizar el crédito externo. Puede
decirse entonces que la medida anunciada por el Banco Central es apenas un paso
en el proceso de liberación cambiaria y de ninguna manera puede tomarse como
una renuncia del Banco de la República al control del endeudamiento ni se puede
pensar tampoco que el sistema financiero ha quedado totalmente desprotegido a
la competencia externa. La medida
realmente trata de establecer unas condiciones que reflejen la situación actual
del costo del crédito externo comparado con el costo del crédito en Colombia
buscando mantener una protección al sector financiero colombiano que refleje
las diferencias en los costos de intermediación colombianos comparados con los
del resto del mundo y que no puede hablarse de un cambio radical en las
políticas sino más bien de un ajuste pequeño.
La medida adoptada por la Junta Directiva del Banco de la República no
puede interpretarse como la solución última.
Es claro que el margen de intermediación debe bajar hasta niveles
comparables a los de nuestros socios comerciales. El país no puede competir con una desventaja
en el costo del crédito. Las industries
deben modernizar su aparato productivo y realizar las inversiones que le
permitan mantener su ventaja competitiva.
Un país que quiera entrar a competir a escala mundial debe tener un
sector financiero muy eficiente y con encajes similares a los que rigen
internacionalmente. Los Directores del
Banco Central tienen que planear un programa de mediano plazo en el que
simultáneamente vayan bajando los encajes y vayan disminuyendo la protección al
sector financiero dada por las restricciones al endeudamiento externo.
Por otra parte, es muy importante analizar el impacto en los equilibrios
macroeconómicos de los cambios que se den en la estructura de protección al
sector financiero colombiano. Los
encargados de la política económica tienen que analizar el impacto que pueda
tener la liberación cambiaria con el fin de compensar sus efectos para que no
afecten las metas macroeconómicas. Por
ejemplo, una disminución en los costos de protección puede resultar en una
entrada adicional de capitales cuyo efecto en la tasa de cambio y en el
crecimiento del dinero debe ser compensados.
Si las autoridades diseñan m paquete de medidas adecuadas es posible
lograr un cambio en las condiciones de competencia sin que por ello se ponga en
peligro el equilibrio macroeconómico. Argumentar que no se debe liberar el mercado cambiario porque esto da
lugar a una fuerte revaluación es suponer que no se puede o no se quieren tomar
medidas compensatorias.
Más aún, en situaciones especiales en las que precisamente se quiera
atraer capitales para compensar la incertidumbre política una medida como la
comentada puede ser doblemente efectiva.
Pues por un lado mejora la eficiencia económica, reduce los costos de
producción y mejora la situación macroeconómica pues compensa una potencial
fuga de capitales.
En conclusión, puede decirse que abrir las posibilidades de
endeudamiento en el exterior es una medida que tiene buenos propósitos y que
pude tener un impacto macroeconómico que debería ser compensado para no
separamos de las metas macroeconómicas. Por
tanto la discusión debería centrarse en si las medidas complementarias son las
adecuadas o no, más bien que discutir si la medida va a contribuir a la
revaluación o no.