lunes, 26 de agosto de 1991

Impuestos y contribuciones


La situación fiscal deficitaria no se compadece con la iniciación de proyectos de gran magnitud. Ni a nivel nacional ni a nivel de las grandes ciudades.
 
Al final de la semana nos sorprendieron con dos noticias. La primera fue el nombramiento del Doctor Pardo como Ministro de Defensa y la segunda el aumento en los impuestos. El nombramiento de un civil en el Ministerio de Defensa era algo que se sabía iba a llegar pero se ignoraba el momento en que esto ocurriría. Como se había comentado en esta columna hace un año, los allegados al Presidente Gaviria habían enviado sus mensajes cifrados sobre la conveniencia de ejercer un mayor control de tan importante Ministerio.

La importancia de hacer un ajuste fiscal había venido aflorando en los últimos meses. La Misión del Fondo Monetario Internacional se mostró muy preocupada con el panorama fiscal. El déficit del sector público encontrado fue superior al inicialmente contemplado en los planes macroeconómicos del gobierno.

Los anuncios caribeños sobre el incremento en los impuestos y las contribuciones a la seguridad social están indicando claramente que la política económica va a cambiar. Este cambio es bastante explicable con la nueva organización económica nacida de la nueva constitución. Cuando se crea un banco central independiente del ejecutivo, este pierde los instrumentos de manejo monetario y cambiario. La política fiscal se convierte, entonces, en el principal instrumento de manejo económico.

Todo parece indicar que el gobierno está dispuesto a tomar una serie de decisiones sobre las finanzas públicas. No solo habrá que considerar nuevos tributos y aumentos en los ya existentes, sino que será necesario afrontar la reducción del gasto público. El aumento en la eficiencia del estado tiene que acompañar la mayor carga fiscal.

La privatización de las empresas del Estado tiene que hacerse muy rápidamente. Los recursos que entren a las arcas del gobierno son de vital importancia para cubrir los faltantes del gobierno. Estas decisiones no pueden esperar. El precio que el sector privado está dispuesto a pagar por las entidades ineficientes va a ser cada vez menor. Las entidades en problemas tendrán balances cada vez más malos que harán menos atractivo su privatización. Por otra parte, el penoso proceso de ajuste va a influir negativamente en las finanzas del sector privado.

La situación fiscal deficitaria no se compadece con la iniciación de proyectos de gran magnitud. Ni a nivel nacional ni a nivel de las grandes ciudades. Obras como el Metro de Bogotá deben dejarse para épocas mejores. El gobierno Distrital, que prometió tomar una decisión sobre este proyecto en pocos meses, debería reconocer que no estamos para hacer este tipo de obra.  


El Metro aumenta el gasto del gobierno por encima de cualquier meta razonable. La financiación del Metro con sobretasas a la gasolina, cuando el gobierno nacional va a incrementar considerablemente sus tributos puede ser la chispa que desate la revuelta de nuestro sufrido ciudadano.

viernes, 23 de agosto de 1991

Energía y potencia

El desarrollo hidroeléctrico tiene que hacerse con mucho cuidado tratando de mantener un equilibrio entre la capacidad instalada o potencia y la generación de energía.

El utilizar el criterio del menor costo por kilovatio instalado para la planeación del sector fue uno de los más grave errores cometidos en el pasado. Como se pudo demostrar con claridad el año pasado, el tener una capacidad instalada no aseguró un suministro energético confiable. La capacidad instalada sin agua fue doblemente perjudicial. El consumidor no pudo satisfacer su necesidad de energía y el productor tuvo que correr con los costos financieros de este exceso de capacidad.

La utilización de este concepto equivocado ha llevado a inversiones de muy baja rentabilidad. El caso de la Hidroeléctrica de Mesitas es muy ilustrativo. La EEB emprendió la construcción de una segunda cadena con el argumento de que era una buena inversión pues era la inversión con el menor costo por kilovatio instalado. La capacidad de generación que utiliza las aguas del Río Bogotá se duplicó a un costo de más de 400 millones de dólares, que por kilovatio instalado resultó relativamente baja. Sin embargo, la generación de energía no se incrementó en la misma proporción. La contribución del Proyecto de Mesitas resultó siendo marginal y la rentabilidad de la Empresa en lugar de mejorar empeoró considerablemente. Al entrar Mesitas la EEB redujo a la mitad su rentabilidad sobre activos, pues con el doble de activos obtuvo ganancias muy similares a las que había venido obteniendo antes de la puesta en marcha del Proyecto Mesitas.

No cabe duda de que no se puede continuar utilizando la falacia de un kilovatio instalado muy barato para impulsar un proyecto determinado. Lo que realmente importa es hacer inversiones que nos garanticen un suministro confiable de energía a un costo mínimo. Las inversiones de capacidad deben hacerse cuando se justifiquen porque van a permitir generar más energía. El ampliar la capacidad de generación en los embalses existentes que han demostrado ser insuficientes para la capacidad instalada actual debe mirarse con mucho detenimiento.

El desarrollo hidroeléctrico tiene que hacerse con mucho cuidado tratando de mantener un equilibrio entre la capacidad instalada o potencia y la generación de energía. El no hacerlo va a llevar a malas inversiones y va a generar un círculo vicioso de inversiones. Inversiones malas como Mesitas mejoran la rentabilidad de un proyecto como el de Sumapaz pues los beneficios de traer agua a Bogotá se incrementan pues hay exceso de capacidad instalada en la cadena del Río Bogotá que permite ahora producir energía barata. Inversiones que cuando se miran en su conjunto no son atractivas se hacen apelando al celebre ya que. Ya que tenemos exceso de capacidad traigamos más agua para producir energía.


Todos estos comentarios se hacen para poner de presente que la discusión que se ha venido dando sobre el desarrollo adicional del Guavio está un poco fuera de foco. No importa mucho el costo de los kilovatios adicionales como un criterio para tomar la decisión. Lo que importa es comparar el beneficio marginal en términos de energía con el costo marginal de construir la capacidad instalada. Antes de pensar en ampliar la Hidroeléctrica del Guavio, la EEB debería convencernos de que el agua utilizable que tiene el embalse es suficiente para operar el proyecto actual a plena capacidad antes de ponerse a pensar en ampliar la potencia instalada. 

martes, 20 de agosto de 1991

Por favor que quedemos como estábamos


La coyuntura económica hoy en día es mucho más complicada de lo que era al comenzar el actual gobierno.

Luis Guillermo Soto solía contar la historia de un lisiado que había hecho la promesa de subir a Monserrate con la esperanza de que le hicieran el milagrito de sanarlo. Un buen día emprendió su penoso ascenso con la mala fortuna de que cuando iba a llegar a la cima perdió el equilibrio rodando hasta la estación del funicular. Obviamente, cuando intentó levantarse su situación era lamentable. En ese momento le pidió al Señor de Monserrate que por favor lo dejará como estaba antes.

El cuento del Presidente de Ahorramás toma vigencia en estos momentos en que las políticas de estabilización del gobierno no han tenido mucho éxito. La coyuntura económica hoy en día es mucho más complicada de lo que era al comenzar el actual gobierno. En efecto, si tuviéramos que pedir un milagro, no sería en este momento el poder terminar el año con la meta del 22 por ciento de inflación sino más bien quedar como estábamos al comienzo del año.

Cuando comenzó el plan de estabilización, se podía palpar un clima favorable a la apertura económica. Hoy en día, por el contrario, los exportadores se encuentran pasando por una situación extremadamente difícil. Las empresas dedicadas a la exportación que comenzaban a ser rentables están hoy mostrando balances del color que tanto le gustaba al Doctor Barco. Las empresas que compiten con las importaciones están próximas a una crisis. Muy pronto se va a abrir la compuerta de las importaciones con aranceles bajos y con un peso revaluado. La posibilidad de supervivencia ofrecida por una alta tasa de cambio ha desaparecido en estos momentos como consecuencia de medidas extremas para controlar la inflación.

El  crédito se ha encarecido y las empresas se encuentran asfixiadas por los altos costos del crédito. Las cuentas de los contratistas y proveedores del gobierno han aumentado hasta niveles imposibles de sostener. Las charlas de los ingenieros siempre caen en el tema de las cuentas que no les han pagado en el Ministerio y en las Empresas de Servicios Públicos.

El ajuste en el frente fiscal se ha sacrificado en parte para limitar el crecimiento de los precios. La gasolina sigue siendo barata en Colombia. Por el contrario, el café que tradicionalmente era el producto en el que teníamos una clara ventaja comparativa y al que podíamos gravar, tiene que ser subsidiado. Las finanzas del Fondo Nacional del Café están peor que las de las Empresas de Servicios Públicos.

El dejarnos como estábamos no va a ser fácil. Como lo pudimos comprobar la última vez que se usó el encaje marginal del cien por ciento, en el Gobierno de López, el desmontarlo es mucho más difícil que el ponerlo en funcionamiento. Eliminar las restricciones monetarias no es sencillo. Si en estos momentos se abre la llave del crédito, los recursos se utilizarían para financiar una fuga masiva de capitales.

Para el bien del país, esperamos que ahora que han entrado tan destacados economistas a la Junta del Banco de la República la política económica sea más exitosa.

lunes, 12 de agosto de 1991

¿Quién da más o quién dió más?


Los mejores espacios de televisión, son asignados a los más allegados a los gobernantes de turno. Cómo lo ha manifestado recientemente Francisco Santos, en su columna de El Tiempo, el asignar un buen espacio al mayor financiador de la campaña no es algo que nos pueda hacer sentir orgullosos.

En el último número de la revista Business Week, en una pequeña nota, se comentan los problemas que ha tenido la asignación de las frecuencias para los sistemas de teléfonos celulares en los Estados Unidos. A mediados de los ochenta, la FCC realizó una lotería entre ricos solicitantes; los médicos, abogados y otros profesionales que tuvieron la buena suerte de ganarse las licencias, las vendieron por varios millones de dólares a las empresas que querían montar sistemas celulares.

Recientemente, se ha vuelto a repetir la lotería de las frecuencias con resultados igualmente criticados. El Presidente de la agencia encargada de la regulación de las comunicaciones ha sugerido que en lugar de este procedimiento se adopte uno como el que hemos venido recomendando en estas columnas, para la adjudicación de los espacios de la televisión colombiana.

El procedimiento consiste en subastar los recursos escasos (frecuencias para los sistemas celulares o los espacios de la televisión), asignándolos al que ofrezca el mayor precio por ellos. La gran ventaja del mecanismo de subasta es, que el dinero que los empresarios están dispuestos a pagar por los recursos escasos va al bolsillo que toca y no queda en el de unos afortunados que se ganaron la lotería. Esta injusta distribución de los beneficios se ha pensado eliminar en los Estados Unidos mediante cambios en la legislación que se piensan estudiar en este otoño.

Si la introducción de mecanismos de subasta se presenta como una alternativa muy interesante en los Estados Unidos, su adopción para la asignación de los espacios de la televisión colombiana tendría ventajas adicionales.

En los Estados Unidos la asignación se hace por una lotería mientras que en Colombia se hace a dedo. Los mejores espacios son asignados a los más allegados a los gobernantes de turno. Cómo lo ha manifestado recientemente Francisco Santos, en su columna de El Tiempo, el asignar un buen espacio al mayor financiador de la campaña no es algo que nos pueda hacer sentir orgullosos.

Adicionalmente, en Colombia los espacios no pueden ser negociados libremente. En los Estados Unidos los que se ganan la lotería tienen la entera libertad de vender los espacios. La empresa que piense que puede prestar el mejor servicio buscará comprar la frecuencia y estará dispuesto a pagar el máximo por la frecuencia. A través de este libre intercambio, las frecuencias quedarán en las manos de los más capacitados.

En Colombia, por el contrario, los programas quedan en la mano de los afortunados "licitantes". Como no es muy claro que los que contribuyen más a las campañas presidenciales sean los mejores para realizar programas de televisión, el sufrido televidente tiene que aguantarse a los Juan Guillermo Ríos.

Como economista, yo le aconsejaría al gobierno que en el futuro las licitaciones se conviertan en verdaderas subastas. Por el momento, como televidente, le pediría que permitiera vender el privilegio que se les otorgó a los licitantes.

lunes, 5 de agosto de 1991

¿Contrato de Gestión o Concordato ?



En el caso de la Empresa de Energía de Santa Fé de Bogotá, más que un contrato de Gestión entre el Distrito y la administración, lo que se está haciendo es un convenio entre los acreedores, como el Gobierno Nacional, y la Empresa; es decir, el reconocimiento de que la segunda empresa más grande del país se encuentra en concordato.

La semana anterior el Señor Gerente de la Empresa de Energía de Santa Fé de Bogotá, hizo una muy buena presentación de la situación de su empresa en un programa de la televisión  que se presenta a la hora en que las carrozas se convierten en calabazas. Entre los temas tratados el que más me llamó la atención fue el del convenio que se pensaba firmar entre el Gobierno Nacional, representada por la Financiera Energética Nacional (FEN), y el Distrito.

La firma del Convenio marcará un hito importante en la gestión de las empresas oficiales. El Gobierno Nacional ha considerado importante definir una serie de compromisos que las Empresas deben cumplir a cambio del apoyo financiero. En el pasado, este trabajo sucio muchas veces se delegaba a los organismos internacionales. Las condiciones de aumento de tarifas, reducciones en la nómina y similares, por lo general aparecían en los contratos de préstamo con los organismos internacionales. Esta delegación del papel de malo no fue muy exitosa. El cumplimiento de las cláusulas de tarifas nunca fue muy estricto. En muy pocas ocasiones, se canceló un préstamo por incumplimiento de estas condiciones.

Como hemos mencionado anteriormente, el uso de los contratos de gestión es muy apropiado para manejar una empresa oficial. En esencia, la administración de la empresa define por una parte una serie de resultados que puede cumplir y por otra los recursos que requiere para poder alcanzar estas metas. El dueño de la empresa y los administradores, formalizan estos compromisos en un documento que después es utilizado para el control del cumplimiento de los compromisos adquiridos.

Este instrumento de control de gestión tiene una amplia utilización en el mundo. Electricité de France lo utiliza con muy buenos resultados. Las promociones de los funcionarios de esta entidad se hacen con base en la manera como los ejecutivos cumplen con los compromisos acordados en los contratos de gestión.

Estos contratos de gestión, se parecen a los compromisos firmados en los concordatos. La gran diferencia es que en estos casos el convenio se firma entre los acreedores y los dueños de las empresas; a cambio de recursos nuevos de crédito los dueños se comprometen a tomar una serie de medidas que les garanticen el pago parcial de las acreencias. Muchas veces los acreedores exigen la cesión de algunos activos de la compañía para irse pagando lo que se les adeuda.

En el caso de la Empresa de Energía, más que un contrato de Gestión entre el Distrito y la administración, lo que se está haciendo es un convenio entre los acreedores, como el Gobierno Nacional, y la Empresa. Pareciera entonces que el convenio en vez de mostrar una nueva era de manejo moderno de la empresa, es más bien el reconocimiento de que la segunda empresa más grande del país se encuentra en concordato.

El Doctor Lázaro Mejía ha estado respondiendo a las inquietudes de la ciudadanía. El Alcalde, tal vez por sus innumerables compromisos no ha tenido el tiempo de explicarnos que se va a hacer con los activos de la Empresa de Energía. No le hemos escuchado del señor Alcalde por qué ha consentido en perder el fuero de nombrar al Gerente de la Empresa. Para el ciudadano corriente hubiera sido mejor tener una empresa más pequeña pero autónoma que una Empresa grande pero sometida.

Los candidatos a la Alcaldía de Bogotá deberían pronunciarse sobre este importante punto. No es posible que cuando lleguen al poder tengan que someterse a unos acuerdos en los que no tuvieron participación.