Los problemas del
sector energético se originan en una política de precios equivocada, y en la
cual los técnicos del sector no tienen ninguna culpabilidad. Es muy grave que
un insumo tan importante no tenga precio.
Los informes de las
comisiones encargadas de averiguar por los culpables del apagón han inculpado
primordialmente a los técnicos de las Empresas del Sector Eléctrico. El Niño y
el Chino Perry a quienes los medios de comunicación habían señalado
inicialmente como los principales responsables, al final milagrosamente
salieron exonerados de toda culpa. Indudablemente, estarán muy agradecidos con
el Doctor José Fernando Isaza y los otros miembros de las comisiones por los "favores
recibidos".
En mi opinión, es
bastante injusto concentrar la culpabilidad en técnicos como Héctor Hernández y
Uriel Salazar, quienes tienen una trayectoria destacada dentro del sector.
Mientras estuve en la Junta Directiva de ISA puede apreciar la calidad técnica
y humana de ellos y de otros funcionarios suspendidos. ISA y el sector van a
sentir la salida de estos expertos.
Como lo he venido
sosteniendo en columnas anteriores, buena parte de los problemas del sector
energético se originan en una política de precios equivocada, y en la cual los
técnicos del sector no tienen ninguna culpabilidad. Es muy grave que un insumo
tan importante no tenga precio. Al considerar que el agua no vale nada, es
apenas natural que las hidroeléctricas siempre le ganen en las evaluaciones a
las plantas térmicas. Por el contrario, si el agua tiene un alto valor el orden
de prioridades se invierte y como en Europa y Estados Unidos las plantas
térmicas ganan todas las evaluaciones.
El precio del agua es
importante no sólo para las decisiones del plan de expansión, sino que también
es de primordial importancia para las decisiones operativas. Cuando el agua es
escasa y su precio es muy alto las empresas prefieren generar en las térmicas
preservando el agua para generar en las hidroeléctricas únicamente en los
períodos picos cuando pueden vender la energía a un precio más alto. Esto es
realmente lo que sucede en Europa, donde la energía hidroeléctrica se utiliza
únicamente en los períodos picos y en el resto del día se usa la energía
generada en las plantas térmicas.
Las diferencias
observadas entre Colombia y Europa en la operación y planeación del sector
eléctrico se deben, entonces a diferentes precios del agua. En Colombia, donde
el agua es aparentemente abundante y por lo tanto no vale nada, se recarga la
generación en las plantas hidroeléctricas. En Europa donde el agua tiene un
alto valor, la generación se centra en las térmicas.
El considerar que en
Colombia el agua no vale nada probablemente se ha debido a lo percibido en las
épocas de lluvia. Debido a la intensidad de las lluvias y al poco control de
los ríos, no es de extrañar que en un momento dado tengamos una superabundancia
del preciado líquido. Sin embargo, no podemos olvidar que en otras ocasiones,
debido a la baja capacidad de los embalses existentes el agua se convierte en
un elemento muy escaso. Por tanto, el valor del agua en Colombia debe variar de
acuerdo con la estación. En la época de lluvias su precio es muy bajo, mientras
que en la época de sequía su precio sube más que el de la canasta familiar.
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