Esperamos que el
próximo gobierno no sea una adaptación criolla del populismo salvaje de Alan
García.
Alvaro
Pachón Muñoz
Esta será la última
semana de trabajo del actual equipo económico. A partir del próximo lunes
tendremos nuevas caras en los Mercedes oficiales. Como en similares
circunstancias la ocasión es propicia para realizar un balance de lo pasado y
tratar de predecir el futuro.
Mi opinión sobre la
gestión económica de la administración Gaviria ha sido expresada en repetidas
ocasiones en algunas de las doscientas columnas que he escrito en esto últimos
años. La nota final de la gestión es ampliamente aprobatoria. El Ministro Hommes
y el Director de Planeación Armando Montenegro obtuvieron muchos éxitos en los
cuatro duros años en que estuvieron acompañando al Presidente Gaviria. Juan
Luis Londoño cumplió destacada actuación en Planeación Nacional y en Ministerio
de Salud y consiguió la aprobación de la reforma de la seguridad social.
Los representantes del
movimiento de Salvación María del Rosario Sintes y Juan Camilo Restrepo
prestaron su apoyo al equipo económico en momentos difíciles y realizaron una
gestión excelente. Los Ministros de la Nueva Fuerza Democrática Jorge Ospina,
Luis Alberto Moreno y Mauricio Cárdenas en Desarrollo y Luis Fernando Ramírez
en Trabajo brillaron con luz propia en sus respectivas carteras.
El desempeño de la
Administración Gaviria en el manejo de la economía marca una pauta bastante
alta y obliga a la administración entrante a hacer considerables esfuerzos para
poder superar los logros de estos últimos cuatro años. El equipo económico
tiene que avanzar en la modernización del Estado y debe consolidar las reformas
realizadas.
El consolidar el
proceso de estabilización de una economía con abundancia relativa de divisas
impidiendo que el virus de la enfermedad holandesa se propague es sin lugar a
dudas el principal reto de la próxima administración. El manejo fiscal no va a
ser fácil. Las inclinaciones populistas que acompañan las bonanzas petroleras
deben mantenerse bajo control con el fin de evitar caer en situaciones como la
que están viviendo ahora los venezolanos.
Los grandes proyectos
de infraestructura como el Metro de Bogotá deben ser estudiados con sumo
cuidado. Es necesario garantizar que el Proyecto seleccionado tenga una alta
rentabilidad sin caer en la trampa de construirlo por donde están los rieles.
La financiación sana del proyecto con recursos locales y la constitución de una
entidad capaz de llevar con éxito un Proyecto de esta magnitud deben ser las
condiciones mínimas para que el nuevo equipo económico otorgue el apoyo al
proyecto y le otorgue la garantía de la nación a cualquier crédito externo.
La promoción de la
competencia y el control de los monopolios debería ser una de las prioridades
del nuevo equipo económico. El próximo gobierno debería proteger al consumidor
generando un entorno económico en el que los grupos económicos y los sindicatos
de las empresas públicas no sean los principales beneficiarios del crecimiento
económico. La competencia debe llegar a los sectores sociales para lograr una
reducción de los costos y una aumento en la cobertura de la educación y la
salud.
Esperamos que el
próximo gobierno no sea una adaptación criolla del populismo salvaje de Alan
García o del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez sino que al menos incorpore
elementos de realismo presentes en el gobierno de Felipe González.
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