lunes, 12 de febrero de 1996

Comprar antes de vender

Los trabajadores, los usuarios, la Universidad Distrital y la Secretaria de Tránsito y Transportes pueden ser los verdaderos dueños de la ETB.

La propuesta del Alcalde Mockus de vender la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá para salvar a la Empresa de Energía de Bogotá ha sido otra de las víctimas del llamado proceso ocho mil.  Por estar preocupándose por la posible renuncia del Presidente Samper los medios de comunicación no le han dado toda la discusión que se merece tan importante tema.  Para volver a poner sobre el tapete el tema de la venta de la ETB quiero hacer a continuación un par de reflexiones.

En primer lugar, es importante pensar si es viable desde el punto de vista practico la venta de la ETB.  Como lo he manifestado en ocasiones anteriores no es muy claro que el verdadero dueño de la Empresa es el gobierno bogotano. El Alcalde por lo general no interviene en el manejo de la Empresa sino que más bien nombra a un Gerente en quien se delegan todas las responsabilidades.  Los Gerentes en muchas ocasiones no responden a la ciudadanía misma sino que buscan adelantar sus propios planes.  No hace mucho, Antonio Galán Sarmiento, Gerente de la ETB salió en hombros de los trabajadores después de haber firmado una convención colectiva en la que se les mejoraban considerablemente las ya jugosas prestaciones sociales.  De hecho, para muchos los verdaderos dueños de la ETB han sido los trabajadores de la Empresa quienes han logrado remuneraciones muy atractivas.

Los usuarios de la ETB han destinado una parte de sus ahorros para adquirir su línea telefónica y se convierten de hecho en dueños de una del millón y medio de acciones de la ETB.  El problema legal de cómo indemnizar a los usuarios  puede convertirse en un obstáculo formidable para cualquier venta futura de la Empresa y debería ser afrontado a la mayor brevedad posible.  además de los trabajadores y de los usuarios, la Universidad Distrital y la Secretaria de Tránsito y Transportes pueden alegar su condición de propietarios.  Gracias a la generosidad de administraciones anteriores que han considerado a la ETB como la tía rica del Distrito las dos instituciones anteriores reciben transferencias que les permite sufragar parte de sus gastos.

En sana lógica el Distrito antes de pensar vender la ETB debe comenzar a pensar lo que tiene que hacer para ser su verdadero dueño.  La Administración tiene que considerar que las Empresas del Distrito son su mayor patrimonio y que un buen manejo de ellas puede ayudar a disminuir la presión tributaria que tiene agobiados a los bogotanos que tienen los impuestos de Nueva York y el nivel de vida de Somondoco.

En segundo lugar, la decisión de vender debe tomarse con base en una verdadera estrategia de manejo de activos. Tal como se enseña en los seminarios de planeación estratégica cuando un conglomerado quiere analizar su portafolio de negocios, debe clasificar los negocios mediante una matriz en la que se tienen en cuenta por una parte la participación del negocio en el mercado y por otro la tasa de crecimiento del mercado.  A partir de esta matriz y siguiendo una lógica elemental debe mantenerse en los negocios en los que tenga una alta participación el mercado tratando de ordeñar los negocios maduros y aprovechando la oportunidad de crecimiento de los negocios con buenas perspectivas.  Según esta metodología desarrollada por el Grupo Consultor de Boston los negocios que se deben abandonar son los de baja participación y lento crecimiento en donde las nuevas inversiones no van a tener mucho futuro.

Si el Alcalde hubiera hecho este ejercicio matricial sus conclusiones hubieran sido muy distintas.  Sin realizar mucho esfuerzo y aún siendo muy pesimistas sobre el futuro de las telecomunicaciones el negocio de la ETB debe ser considerado como una estrella.  La ETB, por lo menos hasta el momento, tiene una elevadísima participación el mercado de las telecomunicaciones en la capital y su crecimiento esperado es alto.  Por tanto desde el punto de vista estratégico lo aconsejable seria conservarla.

Si uno quisiera actividades de las cuales seria conveniente salirse debería buscar aquellos de muy baja participación con baja rentabilidad y con poco porvenir. Entre estos, sin lugar a dudas el primer candidato es la Universidad Distrital.  La participación de esta universidad es mínima, su organización es tan caótica que no ha podido comenzar clases y sus costos son tan elevados que por el mismo dinero se podrían otorgar becas en las mejores universidades colombianas a un número mayor de estudiantes.

Las reflexiones anteriores nos llevarían a concluir que antes de vender la ETB el Distrito tiene que comprárselas a sus dueños de facto y además que si de salirse de algo se trata la recomendación lógica es la de salirse de los huesos como la Universidad Distrital en la que cada año gastamos plata buena para tratar de salvar una plata mala que se ha invertido en el pasado.



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