lunes, 29 de julio de 1996

El retiro del Maradona de las Finanzas Publicas

La salida de Domingo Cavallo, aunque predecible por las misma dinámica política argentina debe haber sido dolorosa tanto para el Presidente como para el Ministro.

El retiro de Domingo Cavallo del Ministerio de Economía fue la noticia del fin de semana a nivel internacional.  Mientras duró, la combinación del Presidente Menem y de su Ministro de economía fue bastante exitosa.  Un director técnico de primera con una vedette que maneja la economía con la misma habilidad que Diego Armando Maradona maneja el esférico lograron significativos éxitos.  Le dieron una gran paliza a la inflación y lograron llevar a cabo innumerables reformas que realmente modernizaron la economía argentina.  Hoy la economía argentina ha vuelto a tener la respetabilidad que tenia antes del populismo militar.

El ejemplo que ha dado la Argentina al resto de Latinoamérica es muy importante pues ha mostrado que la seriedad en el manejo económico conduce a la estabilidad y el crecimiento.  Más aún, Menem y Cavallo han logrado demostrar que es posible reformar la economía dentro de un régimen democrático.  Al lograr avances importantes en el proceso de modernización de una democracia han logrado desvirtuar uno de los grandes mitos pues antes se pensaba que el tipo de reformas emprendidas por Chile solo era posible bajo una dictadura.

La salida de Cavallo, aunque predecible por la misma dinámica política argentina debe haber sido dolorosa tanto para el presidente como para el Ministro.  Ojalá que esta decisión no afecte el éxito de las reformas emprendidas por el otrora dúo dinámico.  Sin entrar a tratar de predecir que puede ser la suerte de la economía argentina después de Cavallo vale la pena hacer algunas reflexiones sobre la gestión de Cavallo en la Argentina.

En primer lugar, Cavallo ha logrado demostrar que la buena economía funciona hasta en un pais que se había caracterizado por sufrir de todos los males económicos.  Cavallo logró demostrar una vez más que las teorías desarrolladas para demostrar que el caso Argentino era especial y que la inflación obedecía a condiciones estructurales no tenían ninguna validez.  Más aún, Cavallo ha mostrado que la preparación académica y la concentración en un tema pueden contribuir a la solución de los problemas económicos de un país.

El Domingo que conocimos en Harvard debería estar contento de haber podido realizar lo que plasmó en su tesis doctoral.  Su obsesión por entender los problemas económicos de su país y la manera de solucionarlos se ha visto compensada con un éxito fenomenal que no puede oscurecerse por la manera como terminó su gestión en medio de una controversia política.

En segundo lugar, es necesario destacar el papel importante que ha tenido el sector privado argentino en hacer atractivo el retorno de sus mejores académicos.  Si Cavallo se hubiera quedado en los Estados Unidos la Academia habría ganado un destacado economista, o al Organismo internacional hubiera ganado un magnifico ejecutivo, pero la Argentina hubiera perdido la oportunidad de salir de su caótico pasado.  Gracias al apoyo del sector privado argentino Cavallo pudo formar en la Fundación un magnifico equipo que lo acompaño en sus tareas de gobierno.

En tercer lugar, se debe pensar en la manera en que toda la experiencia acumulada en estos años nos sirva para mejorar la política económica latinoamericana.  La pérdida para Argentina puede ser una ganancia para Colombia si pudiéramos traer al Ministro de Hacienda para que nos asesore en recuperar el rumbo de desarrollo.  Personajes de la talla del Ministro Cavallo nos permitirían dejar atrás el tema de la financiación de la Campaña del Presidente y nos permitirían plantear las políticas que nos permitan modernizar verdaderamente la economía colombiana.

Finalmente, como profundo admirador de Cavallo le quiero enviar un mensaje de felicitación por su labor cumplida augurándole éxitos en el futuro.  El pueblo argentino y la comunidad latinoamericana no olvidarán la importante labor realizada por Cavallo como Ministro de Economía de la Argentina.  Los grandes astros muchas veces se convierten en Directores Técnicos de inusitado éxito.  Conociendo las habilidades y gran capacidad de trabajo del Ministro puede ser que su retiro sea el camino más corto para llegar a la Presidencia.

lunes, 22 de julio de 1996

La distribución del ingreso después de las reformas

El gran esfuerzo dedicado por los académicos a dilucidar algo tan complejo como si las reformas estructurales han mejorado la distribución del ingreso parece perdido cuando uno comienza a indagar sobre la calidad y relevancia de la información utilizada para su medición.

Uno de los debates que ha generado mayor interés en los últimos meses ha sido el del impacto de la apertura económica en la distribución del ingreso.  Los primeros análisis realizados por el Banco de la República mostraban que la apertura económica había tenido un impacto positivo en la distribución del ingreso.  Sin embargo, Eduardo Sarmiento quien por ese entonces ocupaba la Decanatura de Economía de los Andes comenzó a cuestionar la validez de los resultados, señalando que estos resultados se debían a un deficiente tratamiento de los datos por parte de los investigadores del Banco de la República.

A partir de la observación de Eduardo Sarmiento, surgió un interesante debate en los medios académicos sobre el tratamiento estadístico de los datos procesados por el DANE en sus encuestas de hogares. Al final de muchas discusiones se pudo aclarar que el DANE estaba utilizando un código de varios nueves para indicar que el ingreso mensual de los hogares era superior a un millón de pesos.  Por tanto si se utilizaban los datos sin tener en cuenta esta convención se estaba incurriendo en un sesgo estadístico pues se subvaloraban los ingresos de las familias más ricas, y esto llevaba a producir indicadores de distribución del ingreso que mostraban una aparente mejoría.

Una vez descubierta la falla, comenzaron a surgir procedimientos de ajustes para corregir el sesgo introducido por el tratamiento convencional utilizado por el DANE. Los académicos desempolvaron las fórmulas que se utilizaban en épocas anteriores en las cuales había que trabajar con los datos publicados cuando no era posible tener acceso a los archivos magnéticos de las encuestas de hogares.  Debido a la corta memoria de algunos de los que intervenían en el debate, las discusiones resultaron innecesariamente largas y a veces estériles pues prácticamente hubo que inventar de nuevo el agua tibia.

Al final de tan acalorado debate, los académicos han producido una serie de números para el periodo antes de la apertura y para el periodo posterior a la apertura.  Los números producidos coinciden en la primer cifra significativa y muestran una tendencia hacia una peor distribución en sus dos últimas cifras significativas.  Para los críticos de la apertura los datos son una muestra suficiente del impacto negativo de las reformas estructurales de los noventa mientras que para el observador imparcial parecen estar mostrando apenas un proceso imperfecto de medición en el que el resultado puede depender en buena parte de la muestra seleccionada.  Realmente, hay más acuerdo en los indicadores de distribución de ingreso a través del tiempo que las que hay entre la opinión de si el presidente debe renunciar medida a través de diferentes encuestas.

El gran esfuerzo dedicado por los académicos a dilucidar algo tan complejo como si las reformas estructurales han mejorado la distribución del ingreso parece perdido cuando uno comienza a indagar sobre la calidad y relevancia de la información utilizada para su medición.  En primer lugar, los que hemos trabajado con las encuestas de hogares del DANE, sabemos que la manera de formular las preguntas de ingresos es deficiente y que además, nunca se somete esta pregunta a un análisis meticuloso de su calidad, por la razón obvia de que la encuesta de hogares tiene como objetivo primordial el medir el empleo y el desempleo.

Más aún, para efectos de evaluar si el nivel de vida de las familias ha mejorado es necesario tener presente la verdadera capacidad adquisitiva de las familias.  Por tanto es necesario tener en cuenta tanto los impuestos pagados como los subsidios recibidos, así como el poder adquisitivo del dinero medido en términos de bienes.  El ingreso que aparece en las encuestas de hogares mide de manera imperfecta lo que recibe la familia y no tiene en cuenta los impuestos, los subsidies ni mucho menos las ventajas que puede haber traído las familias la rebaja los aranceles y la nueva gama de artículos que se introdujeron con ocasión de la apertura.

Infortunadamente, el debate por establecer las dos últimas cifras del llamado coeficiente de Gini parece estar llevándonos a mirar los árboles en lugar de mirar al bosque.  Es necesario mirar el problema de la distribución del ingreso una perspectiva de más largo plazo.  Lo que debe quedar claro es que Colombia tiene una distribución del ingreso muy concentrada y que es de beneficio común lograr una mejor distribución.  También debe quedar claro que a pesar de las profundas reformas de comienzos de los noventa, el impacto de las reformas ha sido marginal y que por lo tanto lo que se requiere es continuar trabajando en eliminar las grandes desigualdades que caracterizan el desarrollo colombiano.  Esto no se logra en cinco años sino que requiere un profundo cambio en la concepción misma del Estado y una mejora en su eficiencia y eficacia.  Las reformas de los noventas son apenas la primera fase de lo que hay que hacer.  Cinco años de reformas no pueden arreglar un problema tan complejo.  Devolvernos a una economía dirigida no parece la solución pues lo que se necesita es entrar a la segunda fase de las reformas.



lunes, 15 de julio de 1996

El efecto de las reformas estructurales en Colombia

Según un análisis de Mauricio Cárdenas el crecimiento de la producción industrial es explicado casi en su totalidad por el crecimiento del acervo de capital.

La semana anterior en momentos en que se le retiraba la visa al Presidente se estaba realizando un interesante seminario organizado homenaje al profesor Albert Fishlow por el Ministro de Hacienda y algunos destacados economistas que estudiaron con el ilustre Profesor en la Universidad de California en Berkeley.  Como suele suceder en este tipo de homenajes, los alumnos presentan sus trabajos más recientes en los que se manifiestan las principales contribuciones del maestro al conocimiento económico.

Por considerarlo de especial interés para algunos de los debates que están ocurriendo en Colombia es conveniente comentar el trabajo presentado por el Director de FEDESAROLLO en el homenaje a Fishlow.  El trabajo de Mauricio Cárdenas sobre el impacto de las reformas estructurales en la eficiencia y la equidad en Colombia aporta luces importantes sobre los principales efectos de la reforma estructural realizada en Colombia a comienzos de los noventas.

El trabajo tiene dos partes importantes.  En la primera se analiza el comportamiento del sector manufacturero en el periodo enero de 1980 a febrero de 1996, mientras que en la segunda se ilustra la evolución de la distribución del ingreso en el periodo 1971 a 1993.  Por considerar que la primera parte es la más interesante pues presenta resultados novedosos, los comentarios al trabajo de Mauricio Cárdenas se van a referir primordialmente a la primera parte del trabajo.

El análisis del sector manufacturero muestra una gran dinámica industrial en el periodo post-reforma.  La producción industrial crece, el salario real de los trabajadores industriales se mantiene para los obreros y crece para los empleados administrativos y ante todo se nota una gran dinámica de la inversión lo que lleva a un rápido crecimiento del acervo de capital.  La rápida eliminación de la industria colombiana por la entrada de importaciones, tan temida por los críticos de la apertura, no aparece por ninguna parte en las cifras presentadas por el Director de FEDESAROLLO.

El papel estelar el desarrollo industrial es tomado por el acervo de capital pues según el análisis de Mauricio Cárdenas el crecimiento de la producción industrial es explicado casi en su totalidad por el crecimiento del acervo de capital.  Contrario a lo esperado y a los argumentos dados por los partidarios de la apertura el crecimiento de la productividad total de los factores es prácticamente nulo.  De acuerdo con el autor, puede pensarse que la economía reacciona de manera vigorosa a un cambio en los precios relativos y en especial a la disminución del costo de uso de capital con relación al costo laboral.

La tremenda fortaleza de la industria colombiana y su magnifica respuesta al cambio de los precios relativos de los factores productivos es una hallazgo importante que sin embargo debe ser mirado con extremo cuidado.  En primer lugar, debido a las limitaciones de utilizar la muestra mensual manufacturera el análisis se concentra en los niveles de producción y no en el valor agregado.  Como la apertura, por su misma naturaleza, viene acompañada de una utilización más intensiva de materias primas y bienes intermedios de origen extranjero el crecimiento de la producción es superior al crecimiento del valor agregado y por lo tanto mirar únicamente a la producción tiende a impartir una visión más positiva del impacto de la apertura en el crecimiento de la industria manufacturera.

En segundo lugar, la construcción tanto del acervo de capital como del costo de uso de capital da lugar a grandes inquietudes.  El valor del acervo de capital inicial siempre es motivo de discusión en Colombia pues hasta el momento no existen unos estimativos sólidos de acervo de capital y por lo tanto cada investigador tiene que hacer sus propias suposiciones para hacer un estimativo del acervo inicial.  El valor de la inversión nunca es claro pues el DANE no lleva cuentas de acumulación a nivel sectorial y por lo tanto el investigador debe calcular las inversiones a partir de otras series relacionadas con la inversión.

Finalmente, y lo que parece más serio en el caso de una reforma estructural, para calcular el acervo de capital es necesario conocer estimativos de depreciación y de bajas de equipo por obsolescencia.  Es de suponer que un ambiente de cambio estructural, las empresas decidan retirar buena parte de los equipos obsoletos y por lo tanto gran parte de la inversión al inicio de la reforma estructural sea para reemplazar el equipo obsoleto y no para aumentar la capacidad productiva.

Si lo anterior es cierto, el crecimiento del acervo de capital de la industria colombiana puede resultar inferior al medido por Mauricio Cárdenas y por lo tanto su conclusión de que el crecimiento de la industria manufacturera es explicado por el crecimiento del acervo de capital no se cumpla.

Teniendo en cuenta lo anterior, puede concluirse que el trabajo de Cárdenas aunque no ha dicho la última palabra sobre el efecto de las reformas estructurales en la industria manufacturera si ha sentado las bases para una discusión seria sobre el tema.  Tanto críticos como defensores de la apertura deben trabajar en mejorar la base empírica del trabajo para tener una base más sólida de discusión.



lunes, 8 de julio de 1996

Se abre el debate sobre el censo del 93.

Puede decirse que en julio de 1996 estamos muy cerca a los cuarenta millones de personas y que es muy probable que tengamos más de 39 y medio millones de habitantes.

Después de un esfuerzo de depuración de casi dos años, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística dio a conocer los resultados definitivos del último Censo de Población y Vivienda realizado el 24 de octubre de 1993. El Dane pudo establecer que se censaron 33 millones 109 mil 840 personas. Además, mediante una operación de comprobación diseñada de manera muy meticulosa y ejecutada con notable cuidado pudo establecer que el operativo censal omitió a 4 millones 313 mil personas. Si a la cifra correspondiente al conteo se le añade el ajuste por cobertura se obtiene, entonces, una población ajustada de 37 millones 422 mil 791 habitantes para la fecha censal.

Si se toma como base la cifra ajustada y si se conoce la tasa de crecimiento de la población es posible calcular un estimativo de la población colombiana a la fecha. Infortunadamente, la tasa de crecimiento de la población en Colombia se desconoce y debe ser estimada a partir de la información censal, lo cual presenta algunos problemas que se originan por los ajustes de cobertura realizados a los dos últimos censos. Si se calcula la tasa de crecimiento de la población con base en los datos ajustados se obtiene una tasa del 2,8 por ciento anual que resulta relativamente alta si se tiene en cuenta información conocida sobre las tasas de natalidad y mortalidad. Por lo contrario si se ignoran los ajustes y se calcula la tasa de crecimiento de la población a partir de las cifras correspondientes a la población censada se obtiene una tasa del 2;2 por ciento que parece un po­co más razonable. Cualquiera que sea el procedimiento, puede decirse que en julio de 1996 estamos muy cerca a los cuarenta millones de personas y que es muy probable que tengamos más de 39 y medio millones de habitantes.

La cifra para muchos demógrafos como los que hicieron las proyecciones para el estudio Colombia Siglo XXI resultan altas tanto en lo que se refiere al volumen de la población como a las tasas de crecimiento en el período intercensal y por lo tanto van a ser objeto de un interesante debate. Muchos políticos, por el contrario van a criticar las cifras del Dane por lo bajas. No cabe duda que los alcaldes y gobernadores piensan que la población que realmente tiene que atender está siempre por encima de las cifras censales y quisieran que sus ciudades y departamentos tuvieran siempre más habitantes que los que aparecen en el Censo pues esto les permitiría contar con mayores recursos.

El debate tanto a nivel técnico como a nivel político pinta bastante movido y el Dane debe estar preparado para afrontarlo en ambos campos. No cabe duda de que el trabajo meticuloso realizado en los dos últimos años ha mejorado considerablemente la posición del organismo del gobierno encargado de ejecutar los censos. Lo que se necesita en estos momentos es hacer una evaluación técnica del Censo por parte de los más des­tacados investigadores colombianos.

En primer lugar se requiere de un análisis cuidadoso de la calidad de la información correspondiente a las principales variables investigadas en el Censo del 93. Es necesario entonces hacer una evaluación de la calidad de la información demográfica, de vivienda, de cobertura de servicios públicos, de empleo y actividad económica, de educación y de salud para establecer la calidad de la información recolectada

Después de hacer un análisis de la de la información censal basada en la información recolectada es necesario confrontarla con información producida por otra fuentes y con la correspondiente de censos  anteriores para poder establecer su confiabilidad.

Una vez establecido el grado de confiabilidad es necesario producir indicador derivados de la información censal como pueden ser indicadores de la calidad de vivienda, estimativos de déficit educativos que permitan orientar la acción del gobierno y focalizar el gasto social.

La utilidad de este tipo de ejerció es muy grande como se pudo apreciar esfuerzo importante realizado en 1986 por el Dane bajo la Dirección del doctor Alfonso González. Con ayuda de los principales centros de investigación y la participación destacados investigadores se pudo hacer una evaluación de la calidad del Censo del 85 y se llegaron a importantes conclusiones sobre la evolución de los principales indicadores derivados del Censo de Población y Vivienda.

La actual administración del Dane es consciente de la importancia de un ejercicio de evaluación y ha comenzado a programar su realización. Teniendo en cuenta  por un lado la experiencia acumulada en el censo y los importantes cambios tecnológicos que han ocurrido en los últimos diez años en el campo de la computación es muy probable que se logre un resultado bien interesante y que además tenga una amplia divulgación pues hoy en día gran número de entidades y empresas del sector privado son conscientes de la importancia de contar con una información de alta calidad que les permita hacer una planeación más eficaz

martes, 2 de julio de 1996

Una cortina de humo presupuestal

El gobierno debería estar pensando en utilizar de manera eficiente los cuantiosos recursos que se le han aprobado en lugar de estar tratando de aumentar su participación en el ingreso nacional.

El proceso presupuestal colombiano ha sido duramente cuestionado por los principales analistas de la realidad económica.  El Congreso por regla general no participa en las discusiones sobre las prioridades de gasto ni sobre la manera de financiar el presupuesto.  Son muy pocos los congresistas que pueden aportar a la discusión y a algunos de ellos se les descalifica como oposicionistas por lo que se termina en un dialogo entre el gobierno y el ponente del proyecto de presupuesto.

El paso del presupuesto por el Congreso viene acompañada por una serie de desayunos en los que se discute entre el gobierno y el congreso el peaje necesario para hacer aprobar la propuesta del gobierno.  En este rito anual sale ganando el electorado de los congresistas que integran las comisiones económicas pues al final se incorporan unas partidas para satisfacer las clientelas de los políticos que manejan las comisiones encargadas del trámite presupuestal.

La discusión que se debe dar sobre las verdaderas prioridades del gasto público y la determinación de cuáles deben ser los programas más adecuados para satisfacer las necesidades del país en materia fiscal nunca se puede hacer porque el público y sus representantes no tienen los elementos de juicio a su disposición.  La realidad muestra que de hecho el ejecutivo logra imponer sus prioridades de gasto.  Lo preocupante con el proceso actual es que ante la carencia de un verdadero control ciudadano el sector gobierno cada día es más grande y la eficiencia del gasto público es cada vez menor pues los aumentos en las partidas no se ven reflejadas en mejores resultados.

La llamada inversión social se convierte mayores gastos burocráticos sin que los indicadores de calidad y cantidad de la educación y la salud mejoren en la proporción en que ha aumentado el gasto que aparece el presupuesto.  La ejecución de la inversión en infraestructura sigue presentando considerables rezagos y las mejoras prometidas nunca se ven.

Por otra parte, a pesar del considerable aumento de los ingresos logrado en las últimas reformas tributarias el país sigue al borde de una posible crisis fiscal.  El sector central se muestra ampliamente deficitario y cubre su faltante con el excedente del seguro social.  El querer cumplir con los buenos deseos consagrados hace cinco años en la constitución del 91 ha llevado a los dos últimos gobiernos a un incremento considerable del tamaño del estado.  Cuando todo el mundo se encuentra en la onda de un estado eficiente, en Colombia seguimos en el ensueño del estado benefactor.

Como si la realidad no fuera lo suficientemente preocupante para obligarnos a entrar a una época de austeridad en la que limitáramos nuestras expectativas a los recursos disponibles se propone por parte del Ministro de Hacienda un cambio en la mecánica presupuestal. Se busca en aras de una desueta ortodoxia fiscal del presupuesto equilibrado entrar a discutir simultáneamente los ingresos y los gastos presupuestales.  Por obra y gracia de la nueva mecánica entraremos en una reforma tributaria continua.  Cada año el gobierno se reunirá con los expertos tributaristas del congreso para reducir el presupuesto familiar y aumentar las partidas que fomentan el clientelismo y la corrupción.

Si la discusión abierta de los aumentos de los impuestos no han logrado frenar el crecimiento desmesurado del tamaño del estado, el combinar el aumento de los impuestos con el caramelo de los nuevos auxilios parlamentarios nos pueden llevar muy rápido al abismo fiscal.  Lo que se requiere en estos momentos es una congelación del tamaño del estado y la reversión de las peligrosas tendencias nacidas de una descentralización demasiado generosa y sin contraprestaciones.

El gobierno debería estar pensando en utilizar de manera eficiente los cuantiosos recursos que se le han aprobado en lugar de estar tratando de aumentar su participación en el ingreso nacional.  Un momento como el actual el que se encuentran las fuerzas tan polarizadas no parece el más apropiado para entrar a discutir una reforma tan discutida.  La mitad del país va a pensar con alguna razón que esta reforma lo que pretende es pagar a la clase política por la declaración de la preclusión del proceso al Presidente.