El, hasta hace poco, Ministro estrella del gabinete Samper cada vez más se parece al Ministro de Minas que nos regaló el apagón de 1991 con su socorrida teoría del sobredimensionamiento.
Un destacado analista en
un artículo titulado "La economia al revés" presenta un análisis muy
critico de la situación por la que está atravesando el país. Los resultados económicos son similares a los
que ocurren en las películas donde se ridiculizan a los héroes. A Colombia como a los antiheroes todo les ha
resultado al revés en el gobierno de Samper.
Prometen bajar la inflación y, sin querer queriendo, les resulta una
inflación más alta. Prometen crear
quinientos mil empleos al año y el resultado es m aumento de cien mil
desempleados. Prometen bajar las tasas
de interés y al final logran unas tasas de interés más altas. Ofrecen hacer crecer la economía a tasas por
encima del promedio histórico y terminan con tasas de crecimientos parecidas a
las peores de toda la historia.
La realidad presentada en
el articulo mencionado y resumida brevemente en el párrafo anterior es muy
grave y debe dar lugar a un intenso debate.
El querer tapar el sol con las manos gobernando solo con declaraciones y
sin una política coherente debe dar paso a un replanteamiento serio en el campo
de la política económica. Debe quedar
bien claro que la gestión del gobierno ha sido muy deficiente y que los
indicadores de la actividad económica son tremendamente negativos. El primer Ministro de Hacienda del Gobierno
Samper está perdiendo su prestigio a medida que se conocen los verdaderos
resultados de su gestión. El, hasta hace
poco, Ministro estrella del gabinete Samper cada vez más se parece al Ministro
de Minas del Presidente Barco que nos regaló el apagón de 1991 con su socorrida teoría del
sobre-dimensionamiento.
La mala gestión económica
del gobierno Samper se refleja en la falta de responsabilidad fiscal. El Gobierno, Presidente y Ministro abandonan
su promesa de no subir impuestos y embarcan al país en una reforma tributaria
pero lo hacen no para lograr un equilibrio fiscal sino que utilizan los
recursos para satisfacer los apetitos clientelistas de los parlamentarios y
para ganar el apoyo necesario para que el Presidente pueda ser absuelto en la
Cámara de Representantes.
Al terminar su gestión el
Ministro de Hacienda entrega una situación fiscal extremadamente grave que pone
al país ad portas de un programa de ajuste con el Fondo Monetario
Internacional. La Misión del FMI
comienza a imponer condiciones tan estrictas como a otros países caracterizados
por un pasado de irresponsabilidad fiscal.
El prestigio de Colombia en materia de política económica ganado en
varias décadas de manejo responsable desaparece en menos de dos años y Colombia
ingresa a la lista de parias económicos que deben someterse a las cartas de
intención con el Fondo Monetario.
El desborde de la demanda
agregada, causada en buena parte por el inusitado incremento del gasto del
gobierno, le da nueva vida al fuego inflacionario. Un gobierno sin prestigio y débil que cede a
cualquier presión no puede mantener el endeble esquema del pacto social y cada
uno de los convocados a luchar conjuntamente contra la inflación abandonan el
propósito común, cogiendo cada uno por su lado.
La búsqueda de una inflación menor es abandonada al primer síntoma de
recesión dejando la convicción que los perdedores fueron los que le
"jalaron al pacto".
Un fracaso de tal magnitud
como el resaltado en el articulo comentado no puede ser asignado únicamente a
una conversión tardía del Ministro de Hacienda anterior al credo
neoliberal. Una apertura mal manejada
por un aprendiz de brujo puede ser fatal como lo muestra la experiencia del
Cono Sur al comienzo de los ochenta. Sin
embargo, el gobierno Samper no puede clasificarse de ninguna manera como
aperturista ni continuador de algo en lo que nunca ha creído.
La explicación de los
problemas económicos es muy sencilla. El
manejo de la economía ha sido digno de la serie del Chapulin Colorado en donde
el héroe hace todo al revés. Para lograr
dejar contento al espectador en este tipo de comedias, al final el anti-héroe,
a pesar de todas sus equivocaciones, termina enamorando a la bella
protagonista. En la vida real y para que
todos quedemos contentos, el Ministro Perry, a pesar de todas sus
equivocaciones, termina convenciendo a las directivas del Banco Mundial y todos terminan
felices viviendo en la capital del imperio.