martes, 20 de agosto de 1996

Ya casi somos seis millones en Bogotá.

La concordancia entre las proyecciones y la realidad es una buena noticia no solo para el D E sino también para los estudiosos del campo demográfico.

Hoy tendrá lugar un importante foro sobre la población de Bogotá organizado por el D E y la Cámara de Comercio de Bogotá.  El objetivo del foro es discutir los resultados revisados del último Censo de población y vivienda recientemente publicado por el Dane. A nadie escapa la importancia del tema pues no solo las transferencias del Distrito dependen de los resultados del Censo sino que además la planeación de los servicios públicos y sociales requiere de estimativos confiables de la población futura.

El rápido crecimiento de Bogotá de hace cuarenta años dejó en la ciudadanía la impresión de que este crecimiento iba a llevamos a convertimos en una megalópolis similar a Ciudad de México.  Sin verificar la verosimilitud de las cifras se comenzó a hablar de una ciudad abrumada por las olas migratorias.  Sin saber de donde salió esta cifra, se comenzó a decir que anualmente llegaban doscientos mil nuevos migrantes a Bogotá.  Este enunciado de tanto repetirlo se convirtió en una de las verdades incontrovertibles que todo político repetía cuando quería resaltar las dificultades de manejo de la ciudad.

Desmontar los mitos sobre la población de Bogotá ha sido una tarea difícil emprendida por algunos investigadores que han tratado de analizar con cabeza fría los resultados de los censos.  Lograr convencer a los dirigentes de Bogotá que su ciudad contaba con apenas 3 millones seiscientos mil habitantes en 1978 fue una de las más arduas faenas de un equipo de destacados investigadores del Banco Mundial.

La discusión sobre la población de Bogotá en la Cámara de Comercio de Bogotá debe resultar muy interesante pues en el debate se van a oír todo tipo de opiniones muchas de ellas basadas en evidencia circunstancial.  Los interesados en convencemos de la explosión urbana no van a aceptar las cifras ajustadas del D E. Los casi cinco millones y medio de habitantes calculados por el D E para la fecha censal serán objeto de severas criticas por los que no se han podido librar del dogma de los doscientos mil migrantes anuales.

Por otra parte, los estudiosos del tema van a aportar sus luces para tratar de mostrar que los datos del DANE son confiables.  además de destacar el esmero del Dane para hacer una meticulosa labor de revisión del Censo, anotarán que las cifras son con entes con sus pronósticos y con las tendencias demográficas observadas en la capital del país.  En efecto la mayoría de los pronósticos hechos por conocedores del tema están muy cerca a los estimativos producidos por el Dane. Por ejemplo, las proyecciones para Bogotá hechas en el análisis de la vivienda en el Censo de 1985 mostraban un estimativo de cinco millones trescientos seis mil habitantes para julio de 1993 y de cinco millones cuatro cientos cuarenta mil para julio de 1994.  Para casi todas las proyecciones se cumple lo señalado anteriormente: los estimativos del Dane son casi iguales a la proyección para mediados del noventa y cuatro.

Más aún, otros resultados como el tamaño de los hogares resultan igualmente acertados.  El estudio patrocinado por el Dane, mencionado anteriormente, estimaba que el tamaño de los hogares iba a ser de 4 personas mientras que el Censo reporta un tamaño del hogar de 3,94 personas.  La concordancia entre las proyecciones y la realidad es una buena noticia no solo para el D E sino tambi n para los estudiosos del campo demográfico.  Los modelos y procedimientos utilizados por los investigadores son bastante confiables.  Los errores son minúsculos y por lo tanto son una buena base para la planeación de los servicios públicos.  El grado de precisión logrado en las proyecciones puede permitimos adoptar métodos de planificación utilizados en los países avanzados.

En efecto, Francia y en Estados Unidos la planeación se hace para un tamaño dado de la población en lugar de definirlo para un año especifico.  En lugar de pensar en el año dos mil diez se piensa en diseñar los servicios para una población de siete millones de personas que probablemente se obtenga en el año dos mil diez.  Todos los diseños están hechos para ese tamaño de la población y los planes de inversión se calculan para atender los siete millones de personas.  Los resultados de los censos y de las encuestas de población de población permiten definir con mayor precisión si es necesario acelerar o desacelerar los cronogramas del proyecto.  Si los resultados de nuevas investigaciones demográficas indican que los siete millones se van a alcanzar antes, se acelerara el ritmo de inversiones.  Por el contrario, si se piensa que el crecimiento ha sido menor que el esperado el ritmo de inversiones se desacelera.

Finalmente, la discusión sobre las cifras del censo del 93 y sobre las proyecciones del pasado debe dejar al paso a la visión del presente y del futuro cercano.  Un interrogante importante de resolver para muchos curiosos es si ya somos seis millones de bogotanos o si estamos cerca a esa cifra mágica.  También debemos calmar la curiosidad de cuantos bogotanos habrá al comienzo del nuevo milenio.  Los lectores de esta columna podrán deslumbrar a sus amigos diciéndoles que habrá seis millones de bogotanos el próximo 3 de septiembre y que habrá necesidad de contar con casi ochenta millones de uvas para la celebración del año nuevo en el 2000 por parte de seis millones seiscientos cincuenta y cuatro mil bogotanos.



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