El
aumento considerable en los gastos de funcionamiento ocurrido en los últimos
años unido a la disminución de los aranceles y de los recargos arancelarios
tendrá impactos negativos sobre las finanzas del gobierno que deberán ser
compensados por aumentos en los impuestos existentes.
La semana anterior fue de intenso trabajo para los asesores tributarios y para los contribuyentes
de los Estados Unidos pues la declaración de renta se debe hacer el 15 de
abril. Para la gran mayoría de los colombianos ha sido una semana dedicada a la
meditación y el descanso. Solo los grandes contribuyentes colombianos tuvieron
que preocuparse por cumplir con su deber con el fisco. Definitivamente, uno de
los pocos placeres negativos que nos queda a los colombianos en la segunda
quincena de abril es no ser ciudadanos de los Estados Unidos para no tener que
llenar las famosas formas 1040.
Como consecuencia de
los cambios en los procedimientos tributarios colombianos la obligación de
declarar se ha diluido en el tiempo. Más aún, al eliminar la obligación de
declarar y el Paz y Salvo Tributario, el vínculo entre ciudadano y dirección de
impuestos se ha roto para muchos colombianos. Hoy en día, los contribuyentes no
deben hacer largas colas en la Feria Exposición para entregar sus formularios y
por tanto el cumplimiento de la obligación tributaria pasa desapercibida.
Cuando la obligación de declarar deja de ser noticia se disminuye el interés de
la opinión pública por evaluar y criticar el sistema tributario. En los Estados
Unidos, hoy 16 de abril todos los ciudadanos están conscientes de lo que han
pagado y como a todos se les hace excesivo se sienten muy concientizados del
costo tributario. Solo un político kamikaze se atrevería a abogar en estas
fechas por aumentos en los impuestos en los Estados Unidos.
Para concientizar a los
colombianos en materia de impuestos es bueno recordar que si bien el gobierno
del Presidente Barco disminuyó la carga tributaria para algunos contribuyentes
también realizó aumentos en las contribuciones al Seguro Social y los aportes
al ICBF. El aumento considerable en los gastos de funcionamiento ocurrido en
los últimos años unido a la disminución de los aranceles y de los recargos
arancelarios tendrá impactos negativos sobre las finanzas del gobierno que
deberán ser compensados por aumentos en los impuestos existentes. Estas
decisiones en las que el próximo gobierno gastará su capital deberán ser objeto
de intenso estudio.
En las últimas reformas
tributarias a las pequeñas empresas no les ha ido muy bien. Es cierto que se
eliminó la doble tributación pero para el pequeños empresario que está
comenzando a construir una nueva fuente de empleo y que como en los aguinaldos
juega al dar y no recibir, esta eliminación de impuestos sobre las utilidades
distribuidas no le ha representado un beneficio. Por el contrario la
eliminación de la exención de los costos financieros ha encarecido el costo del
crédito para la compañía. La administración de impuestos desde la época de una
comentarista tributaria de un diario bogotano ha considerado que el principal
objetivo de la pequeña empresa es la evasión de impuestos y ha amenazado con
investigaciones a todas las pequeñas compañías. Es tan creíble esta amenaza que
el primer consejo que le dan los asesores tributarios a sus clientes es que
nunca declaren pérdidas pues si no serán investigados. Más aún, el régimen de
rentas presuntivas y retenciones vigentes de hecho ha implantado por decreto la
imposibilidad de perder. Al no ser conveniente mostrar pérdidas contables se ha
generado un mercado de retenciones en donde se negocia la generación de
ingresos artificiales. Surgen "brokers" que ponen de acuerdo a las
compañías con pérdidas y a las que tienen ganancias. Es usual encontrar
empresas que pagan retención más dos puntos. Esto quiere decir que por aceptar
una compañía con pérdidas un ingreso ficticio cobra una suma igual a la
retención que debe pagar por el ingreso más dos por ciento. La firma que
declara el gasto sale ganando porque paga mucho menos que lo que le tocaría
pagar de impuesto. Muchas veces se desarrolla un mercado en el cual el
intermediario que une el cliente con pérdidas y el cliente con ganancias genera
negocios de asesorías.
Es evidente que hay
compañías que por situaciones del mercado o por que están iniciando pueden
tener pérdidas. También es claro que esta situación se va a presentar con más
frecuencia en el futuro cercano cuando se comiencen a sentir los efectos de la
reestructuración industrial iniciada por el actual gobierno. Sería muy bueno
que se mejorará el tratamiento actual. No solo se debería eliminar como
elemento de investigación las pérdidas contables sino que se debería permitir un
tratamiento más adecuado desde el punto de vista tributario. Por ejemplo, se
debería permitir trasladar las pérdidas de un período de vacas flacas a un
período de vacas gordas.
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