lunes, 12 de noviembre de 1990

El que peca y reza empata

Afortunadamente, el Alcalde Caicedo ha visto la necesidad de enfrentar el problema laboral del Distrito. Sería muy importante para la ciudadanía que se mantuviera firme en sus propósitos para lograr resolver tan difícil problema.

El tema laboral estuvo presente en las noticias de la semana que terminó. Los sufridos usuarios del solo hueco bogotano nos vimos enfrentados a considerables demoras el miércoles pasado por las protestas de los trabajadores distritales. El motivo de estas protestas fue la divulgación de un estudio a nivel distrital sobre la estructura de los salarios de la administración central y sus entidades adscritas. Además, las comunicaciones han venido padeciendo permanentes bloqueos por los trabajadores de TELECOM que han protestado por las reformas introducidas por el gobierno nacional. Más aún, los viajeros han tenido que sufrir demoras en el aeropuerto por la operación reglamento llevada a cabo por los controladores aéreos.

Estas protestas son sin lugar a dudas prácticas de calentamiento del movimiento sindical como preparación para el paro nacional anunciado para mañana. El gobierno distrital con su anuncio les ha dado una magnífica oportunidad de mostrar la fortaleza del movimiento. Inortunadamente, la protesta los sorprendió fuera de base pues no lograron neutralizar el impacto perturbador de estos movimientos de protesta.

Además de haber errado en la oportunidad del anuncio, la forma como se ha presentado el estudio, con un ánimo un poco sensacionalista citando casos aberrantes, ha desviado la discusión hacia temas un poco marginales. En primer lugar, no es importante definir si la actual administración Distrital es la primera en enfrentar el problema de los elevados salarios. La realidad es que en el pasado ha habido ocasiones en las que el manejo laboral del Distrito y sus Empresas ha sido serio y responsable. Los Gerentes han manejado las negociaciones colectivas de una manera profesional protegiendo el interés de la empresa y de la ciudadanía en general. En este proceso de negociación han contado con la colaboración de eficientes funcionarios y de asesores externos altamente calificados. El impacto de las demandas sindicales es evaluado y su efecto en las finanzas actuales y futuras de las Empresas es cuidadosamente cuantificado.

Además, no debe olvidarse que las negociaciones colectivas son tripartitas pues cuentan con la presencia de los delegados del sindicato, de la administración y del ministerio de trabajo. Aunque uno pudiera pensar que el delegado del Ministro es por naturaleza un árbitro imparcial, la realidad es que muchas veces los mejores aliados del sindicato son los delegados del Ministerio. Esto llegó a extremos aberrantes en el caso del Ministro Carrillo quien utilizó su Ministerio para promover una central obrera. En esa época, los fallos del Ministerio siempre estaban sesgados hacia los sindicatos y se conocían primero por los representantes de los trabajadores que por la administración de las empresas.

La gestión de los Ministros de Trabajo ha tenido profundos impactos en la estructura de los costos laborales de las Empresas Distritales. El actual Alcalde de Bogotá se empeño durante su corta gestión en hacer cambios en el régimen de pensiones. En la Ley Caicedo se indexaron las pensiones de los trabajadores de manera total. Si bien esto fue de indudable justicia para algunos pensionados, desafortunadamente está causando considerables costos a las Empresas del Distrito y a la Administración Central.


Afortunadamente, el Alcalde Caicedo ha visto la necesidad de enfrentar el problema laboral del Distrito. Sería muy importante para la ciudadanía que se mantuviera firme en sus propósitos para lograr resolver tan difícil problema. Es preocupante, eso si, ver que han comenzado a surgir voces muy autorizadas dentro del partido liberal que critican a los gobiernos Nacional y Distrital por las medidas de ajuste que están llevando a cabo. Ojalá, que las angustias de los candidatos a la constituyente no logren desviar el curso acertado de unas políticas. 

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