Dentro del campo
laboral uno de los problemas más difíciles y que es necesario abocar de
inmediato es el de la Seguridad Social. La triste realidad es que existe un
desbalance entre los ingresos y los gastos del Seguro.
El gobierno Gaviria
comienza a recibir el sol en las espaldas con un país en estado de conmoción
por los problemas presentados por las reformas en los códigos y con nuevas
caras en los Mercedes blindados. Sin lugar a dudas, uno de los ministerios
claves en esta segunda etapa será el de Trabajo. Luis Fernando Ramírez el nuevo Ministro llega
con una brillante hoja de servicios para reemplazar al Doctor Francisco Posada
de la Peña, sin lugar a dudas uno, de los ministros estrella del anterior
gabinete.
Dentro del campo
laboral uno de los problemas más difíciles y que es necesario abocar de inmediato
es el de la Seguridad Social. La triste realidad es que existe un desbalance
entre los ingresos y los gastos del Seguro. Los ingresos no están alcanzando a
cubrir los gastos. Los gastos en salud son superiores a las cotizaciones y los
pagos por pensiones comienzan a superar los recaudos correspondientes a este
rubro.
La dinámica Directora
del Seguro ha venido abogando, desde hace más de un año, por un aumento en las
cotizaciones como solución de los problemas financieros de su institución. Con
el fin de vender la idea del aumento en las cotizaciones, el Seguro ha venido
publicando una serie de avisos en los que se proclaman las mejoras que se han
introducido en esta Administración.
El aumento buscado por
la Doctora Cecilia López ha encontrado resistencia en el Ministro Hommes, pues
éste ha considerado que un aumento en las cotizaciones podría interferir la
discusión y aprobación de la reforma tributaria y además ser un obstáculo en la
lucha contra la inflación.
Los problemas
financieros del seguro se pueden resolver subiendo la cotización, tal como lo
ha venido sugiriendo la Directora, o a través de reducciones en los gastos o
bien mediante una combinación de estas dos posibilidades. La reducción de
gastos resulta bien atractiva pues a pesar de las mejoras que se han realizado
en el Seguro, todavía existen muchas ineficiencias.
El sistema de
información del Seguro Social, sin lugar a dudas, necesita cambios drásticos.
Mi experiencia con el Seguro me ha mostrado que el sistema de facturación deja
mucho que desear. He tenido que padecer problemas que tienden a prolongarse
eternamente. Lograr que me arreglaran un problema de sobrefacturación requirió
de más de seis meses. Un pago realizado a comienzos del año no ha sido
registrado. Fuera de haber tenido que pagar dos veces me han cobrado intereses
de mora que he tenido que cancelar.
Parece lógico pensar
que si el Seguro no tiene un control muy bueno sobre sus recaudos, los aumentos
en las cotizaciones pueden no representar un verdadero aumento en los
beneficios. Estos aumentos pueden terminar refundidos y acreditados a otros más
afortunados.
Me aterra pensar en la
suerte de los pensionados y de la cantidad de vueltas que deben cumplir para
poder gozar de su bien ganada pensión. Demostrar que uno realmente ha cotizado
al Seguro me parece una tarea imposible de cumplir con los sistemas de
información existentes en el Seguro.
La solución obvia y que
ya se ha ensayado en otros países es obligar al Seguro a llevar cuentas
individuales y a publicar por lo menos dos veces al año el estado de dichas
cuentas. Los extractos deberían indicar lo cotizado en cada una de las empresas
en que se ha trabajado para que el usuario pudiera hacer las correcciones con
tiempo, mucho antes de estar en vísperas de pensión.
Fuera de mejorar el
sistema de información es necesario hacer cambios radicales en el Seguro. La
edad de pensión es hoy en día demasiado baja y en consecuencia el valor
actuarial de las pensiones es demasiado alto. Las sustituciones pensionales
implican costos insostenibles que discriminan en contra de familias en las que
los dos cónyuges trabajan. Finalmente, es necesario dar mayor participación al
sector privado. Las clases medias y altas tienen que complementar los pagos
pensionales del Seguro Social con unos ahorros manejados por fondos de
pensiones privados.
Le deseamos muchos
éxitos al Doctor Ramírez en su difícil tarea y ojalá pueda llevar a la práctica
cambios importantes en el sistema de pensiones de Colombia.
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