lunes, 25 de enero de 1993

Ahora si tocó capacitarse.

Entre las noticias buenas en el frente económico se podría destacar lo hecho por la Administración Gaviria en el campo de la capacitación.

La Prensa ha tenido la magnífica idea de darle realce a las buenas noticias. Para entrar en la onda optimista trataremos de destacar, cuando se pueda, lo que consideremos como buena noticia. No sobra advertir, que en el campo económico no siempre hay consenso en cuanto a lo que constituye una buena noticia. Suele ocurrir que lo que es bueno para unos es malo para otros. Por ejemplo, el alza de los peajes puede ser muy buena noticia para el Ministerio de Transporte,  para sus contratistas y para Avianca famosa por su servicio ruana roja y por sus balances del mismo color, pero es muy mala para el público en general y para los usuarios de las carreteras.

Entre las noticias buenas en el frente económico se podría destacar lo hecho por la Administración Gaviria en el campo de la capacitación. La reforma del SENA tiene aspectos muy positivos. El tratar de convertir a unos funcionarios bien pagos en empresarios es sin lugar a dudas un aspecto positivo. El comportamiento de nuestros capacitadores va a cambiar de manera importante cuando tengan que competir por alumnos y cuando su futuro económico dependa en buena parte en la manera como atienden a sus alumnos.

La posibilidad de que las Empresas puedan disminuir su contribución al SENA en la medida en que lleven a cabo labores de capacitación es un paso hacia adelante. Me complace que se esté poniendo en práctica algo que insinué en una columna del 9 de abril de 1990. Allí presentaba el caso de Francia en donde había empresas que gracias a un incentivo fiscal similar estaban llevando a cabo programas intensivos de capacitación.

Esta medida es de gran utilidad para que las empresas impartan adiestramiento a sus trabajadores. Veremos entonces un fortalecimiento de las unidades de capacitación en las empresas. Estas unidades se dedicarán a impartir entrenamiento orientado al perfeccionamiento de actividades propias de cada empresa. En palabras del Profesor Becker, los capacitadores de las empresas se dedicarán al entrenamiento específico, buscando de esta manera apropiarse de buena parte de los beneficios del entrenamiento.

La medida anterior no afectará mucho el entrenamiento que puede ser utilizado en cualquier parte. El llamado entrenamiento genérico será dejado a un lado por obvias razones. Nadie está interesado en capacitar a un trabajador si sabe que el día de mañana, una vez haya terminado su entrenamiento, se puede salir a trabajar en otra empresa, llevándose las habilidades adquiridas.

Afortunadamente, dentro de una de tantas reformas hechas recientemente por esta revolcadora administración se han tomado medidas que van a incentivar el entrenamiento genérico. En efecto, al permitirse la reducción de los impuestos y de la retención en la fuente cuando el contribuyente haga gastos en educación, se vuelve muy atractivo para el trabajador y su familia capacitarse en habilidades que puedan ser utilizadas en diferentes firmas.


Los cambios introducidos recientemente por el Gobierno van en la dirección correcta pues van a incentivar tanto el entrenamiento específico como el genérico. Parece que en materia económica, al fin, vamos a estar a la última moda, pues estas reformas parecen inspiradas por el más reciente Premio Nobel de Economía.

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