El aumento del gasto
del gobierno cuando no viene acompañado de un aumento en los impuestos, tiene
como consecuencia una disminución del gasto privado.
Los profesores de
Macroeconomía casi siempre tienen mucha dificultad haciéndoles entender a sus
alumnos en qué consiste el fenómeno del desplazamiento. Los alumnos casi nunca
entienden porque el aumento del gasto del gobierno puede perder su efectividad cuando
el gasto público desplaza al gasto privado. Las explicaciones que traen los
libros de Macro intermedia no son asimiladas por los alumnos. Gran parte de la
dificultad de los estudiantes se debe a que la ilustración de este fenómeno se
hace con ejemplos aplicables a los Estados Unidos.
El profesor tiene que
hacer un gran esfuerzo para que sus estudiantes entiendan lo que se expone en
el libro de texto. Les debe recordar que cuando en Estados Unidos se habla de
la Reserva Federal es como si nosotros estuviéramos hablando de la Junta
Directiva del Banco de la República. A continuación, el profesor muy
pacientemente les dice a los alumnos que el Departamento del Tesoro de los
Estados Unidos es equivalente a nuestro Ministerio de Hacienda.
Tan pronto el profesor
comienza a explicar que el Ministerio de Hacienda de los Estados Unidos emite
bonos para financiar su déficit fiscal, el estudiante pierde todo el interés
pues considera que como en Colombia esto no es lo usual, nunca va a existir el
efecto desplazamiento y por lo tanto esto es algo que no se aplica en el
trópico. Por tanto, considera que este efecto no es de interés y no se preocupa
por los efectos que pueda tener la financiación del déficit fiscal por medios
de títulos emitidos por el Gobierno.
Ahora gracias al
cubrimiento noticioso de la primera subasta de los títulos de Tesorería TES,
los profesores van a tener menos trabajo en explicar los problemas que surgen
con la financiación del faltante fiscal por medio de lo que los libros de texto
llaman "bonos". El próximo lunes podrán decirles a sus alumnos que a
raíz de la emisión de los TES el sector privado se verá desplazado del mercado
de valores pues la emisión de estos TES, cuando la oferta monetaria es
constante tendrá como consecuencia el aumento de la tasa de interés y con ello
la disminución de la inversión en maquinaria y vivienda y otros gastos
sensibles a la tasa de interés.
Los alumnos podrán así
entender lo que los hombres de negocios han sabido desde siempre. El aumento
del gasto del gobierno cuando no viene acompañado de un aumento en los
impuestos, tiene como consecuencia una disminución del gasto privado. Por lo
tanto, la idea aprendida en los curso de principios de que el gasto público es
un gran estimulante para la economía deberá revaluarse. El estudiante al fin
aprenderá que un aumento del gasto público jalona la tasa de interés hacia
arriba y este aumento a su vez contrarresta, en buena parte, el impulso que se
pretendía dar.
Como muy bien lo
enseñan las últimas ediciones de los libros de macroeconomía intermedia, el
efecto desplazamiento en una economía abierta es mucho más complicado. En una
economía abierta el aumento de la tasa de interés doméstica no solo afecta la
inversión de las empresas y de los hogares sino que también tiene consecuencias
graves en el frente externo.
En efecto, al aumentar
la tasa de interés doméstica se incrementa la entrada de capitales. El retorno
de las golondrinas, langostas y demás bichos pronto se traduce en aumentos en
las reservas internacionales. Como lo muestra la experiencia colombiana de los
dos últimos años, la autoridad monetaria tiende a contrarrestar el incremento
en las reservas internacionales con una revaluación del peso. La revaluación
del peso, a su vez, tiende a disminuir las exportaciones y a aumentar las
importaciones y por tanto el aumento del gasto del gobierno no solo desplaza la
inversión sino que termina desplazando también al sector exportador.
La euforia que se
percibe en los encargados de lanzar instrumentos novedosos para financiar al
gobierno no nos puede hacer olvidar la triste realidad de que el aumento del
gasto del gobierno sólo se puede lograr a costa de un sacrificio del sector
privado. El costo de oportunidad del gasto social, en que está empeñado el
gobierno, lo tenemos que pagar con menos equipos productivos, menos viviendas y
menos exportaciones. Como muy bien lo dicen los economistas de Chicago "No
hay refrigerios gratuitos".
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