El control de cambios
nunca pudo contener el flujo de capitales hacia el exterior.
Algunos críticos de la
política económica del actual gobierno insisten en que esta ha sido un fracaso
total y que por lo tanto debemos volver a lo existente hace quince años. Para
estos analistas de la situación económica el ideal es volver a las épocas de
una intervención excesiva del gobierno. Como nos pasa a muchos con el
transcurso del tiempo nos acordamos únicamente de lo bueno y olvidamos los
graves inconvenientes causados por esta excesiva intervención del gobierno.
Los excesivos controles
a la tenencia de divisas afortunadamente eliminados por el actual gobierno son
un ejemplo claro de que todo tiempo pasado no fue mejor. El control de cambios
que prohibía la tenencia de divisas y que consagraba el monopolio del manejo de
la moneda extranjera en el Banco de la República realmente nunca funcionó. Los
grandes grupos económicos y las multinacionales muy pronto encontraron la
manera de evadir estos controles.
Cuando fue atractivo
desde el punto de vista económico comprar dólares los grandes intereses
económicos encontraron la manera de hacerlo. Desde 1983 a 1985 la fuga de
capitales en Colombia fue espectacular. Los controles instaurados fueron
incapaces de contener el flujo de capitales hacia el exterior. El efecto real
de medidas tan extremas como revisar a los viajeros que salían al exterior para
ver si llevaban dólares no autorizados fue mínimo. La obligación de incluir en
el pasaporte el monto de los dólares comprados durante el año no impidió que se
llegará al borde de una crisis cambiaria en 1985.
De la misma manera,
cuando el diferencial de la tasa de interés incentivaba las inversiones en
Colombia los dueños de las grandes fortunas trajeron sus dólares a Colombia. El
boom de la construcción, la elevación de los precios de los inmuebles y la
revaluación de la moneda no fue algo ocurrió por primera vez en este gobierno.
La economía colombiana durante las administraciones López y Turbay sufrió del
mal holandés a pesar de tener control de cambios. La existencia de los
controles a la tenencia extranjera nunca fue realmente efectiva ni para evitar
la fuga de capitales ni para impedir que el peso se revaluara ante la entrada
masiva de capitales.
Aunque los resultados
para el país no son muy diferentes con o sin control de cambios, la situación
para el común de la gente es muy distinta. El ciudadano común y corriente está
mucho mejor ahora. Cuestiones tan sencillas como suscribirse a una revista
extranjera, pedir un libro o un programa de computador se puede hacer sin mayor
problema pues basta indicar el número de la tarjeta de crédito en la orden de
pedido. En los viajes no es necesario comprar con varios días de anticipación
los dólares o cheques viajeros sino que ahora si se puede pagar con las
tarjetas de crédito expedidas en Colombia.
El volver al antiguo
sistema de cambios que proponen algunos de los críticos del gobierno no va
impedir que los errores de política afecten la economía. Por el contrario, nos
va a dar una falsa sensación de seguridad que a lo mejor lo que va a hacer es
incitar a un mal manejo económico.
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