La grave situación que
vive la educación en Colombia ha sido el fruto de errores de política.
Hace unos treinta y
cinco años los mejores estudiantes aspiraban a entrar a la Universidad
Nacional. En esa época en la que no existían las pruebas del ICFES la calidad
de los colegios se medía por el número de estudiantes que podían entrar a la
Nacional. Los estudiantes que eran admitidos a la Nacional y a otra universidad
privada de prestigio como los Andes o la Javeriana, usualmente preferían
matricularse en el campus de la 45. Hoy en día, los buenos estudiantes piensan
primero en las universidades privadas. Los Andes, la Javeriana, el Rosario y el
Externado son las principales opciones consideradas.
La Nacional recibía en
sus buenas épocas magníficos estudiantes de todas las clases sociales, con una
alta participación de la clase media y media alta. Los estudiantes de la
nacional, con el correr del tiempo se convertían en la clase dirigente. La
educación universitaria era en esa época la principal causa de movilidad
social. Los estudiantes de los buenos colegios oficiales como el Camilo Torres
o el Colegio Mayor de San Bartolomé ascendían social y económicamente gracias a
un buen sistema educativo público.
Hoy en día, por el
contrario, la posibilidad de llegar a puestos directivos a través del sistema
oficial es muy baja. La calidad de la educación oficial no es muy apreciada por
los estudiantes y sus familias y más bien prefieren incurrir en costos elevados
para gozar de una mejor educación en el sistema privado. La segregación social
en el sistema educativo existente hoy en día es bastante grave pues las grandes
diferencias existentes a nivel familiar se magnifican a través de sistemas
educativos segregados. En el pasado, la Universidad Nacional era un crisol en
el que se nivelaban todas las clases sociales y en las que todos aprendíamos de
nuestros compañeros fueran ricos o pobres.
La grave situación que
vive la educación en Colombia ha sido el fruto de errores de política. El
considerar que la única manera de ayudar a los estudiantes pobres era mediante
la creación de instituciones oficiales ha sido un gravísimo error. Las Universidades
públicas se convirtieron en instituciones en las que lo que menos importaba era
la excelencia académica. Lo más importante era, por una parte, concientizar a
los alumnos de los graves problemas del país y por otra lograr que profesores y
empleados gozaran de grandes beneficios salariales independientemente de su
desempeño. Los colegios oficiales se contagiaron de estas enfermedades. Los
estudiantes preocupados por los problemas del país y aprendiendo las consignas
revolucionarias y los profesores y empleados buscando mejoras salariales.
Para poder resolver el
problema de la educación en Colombia es necesario reducir la participación del
sector público en la provisión de la educación. Esto no implica que los
estudiantes pobres no vayan a tener acceso a la Educación. Por el contrario es
probable que la ayuda a los estudiantes más necesitados se pueda ampliar. El
estado tiene que dejar de financiar a las instituciones y comenzar a financiar
a los estudiantes pobres independientemente del sitio en donde decidan
estudiar.
Las instituciones
oficiales tienen que volverse más eficientes y reducir sus costos. Para ello el
gobierno tiene que cambiar la manera como financia la educación pública. En
lugar de cubrir los costos incurridos, debe más bien reconocer los servicios
prestados por las instituciones públicas a tarifas similares a las del sector
privado. El ahorro puede llegar a ser considerable. Estimativos hechos para el
Distrito muestran que con la mitad del dinero es posible atender en el sector
privado a los estudiantes que van a la Universidad Francisco José de Caldas.
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