Al revisar la
experiencia que se está viviendo en los Estados Unidos, Osborne y Gaebler, han
logrado identificar diez principios básicos que se deberían tener en cuenta
para lograr un mejor modo de gobernar.
Al comenzar el último
mes del 93 recibimos la mala nueva de que la inflación continúa en su marcha
ascendente. Las cifras por debajo del 22 por ciento anual que se habían logrado
a mediados del año, hoy ya son historia antigua. La triste conclusión que nos
queda es que el control inflacionario ha sido una víctima más del deseo de
ganar electores, a costa del presupuesto nacional.
El país debe darse
cuenta de la importancia de mantener unas finanzas públicas sanas. El
mantenimiento de la disciplina fiscal no solo requiere que el Presidente cumpla
con su promesa de no sancionar las leyes aprobadas recientemente que
incrementan de manera alarmante el nivel de gastos del gobierno, sino que el
país continúe en su esfuerzo de transformación estructural hacia una sociedad
más eficiente.
El desequilibrio fiscal
es preocupante pues se ha dado en un período en el que el Gobierno ha
patrocinado reformas fiscales importantes, cuyo efecto ha sido el aumentar el
porcentaje que cada colombiano tiene que contribuir al funcionamiento del
Estado. El querer lograr un equilibrio fiscal a través de un aumento de los
impuestos, ha quedado como otra más de las grandes ilusiones de los
colombianos. Los deseos de lograr de manera inmediata una sociedad más justa y
eficiente a través del gobierno no se han cumplido. El gobierno como lo
conocemos, no ha podido cumplir de manera satisfactoria los grandes propósitos
nacionales.
La solución no parece,
entonces, buscar mayores recursos para hacer más de lo mismo, sino que más bien
puede estar por el lado de hacerlo de una manera totalmente distinta. La
disposición de los colombianos a aumentar su contribución al fisco está
llegando a sus límites máximos. La revuelta fiscal iniciada en los Estados
Unidos el 6 de junio de 1978, cuando los votantes de California aprobaron la
llamada Proposición 13, puede llegar finalmente a Colombia y dar origen a una
verdadera revolución en el campo del gobierno. Los ciudadanos de Colombia algún
día dejarán de creer que la solución de los problemas es subir y subir los
impuestos al nivel de Nueva York para contar con los servicios de Somondoco. La
realidad es que los niveles impositivos actuales ya son de por si insoportables,
para la baja calidad de servicio que obtenemos.
Lo que se requiere es
cambiar la manera como opera el gobierno. La solución está más por el lado de
las ideas expuestas en el libro Reinventing Government de David Osborne y Ted
Gaebler. Los autores al revisar la experiencia que se está viviendo en los
Estados Unidos, han logrado identificar diez principios básicos que se deberían
tener en cuenta para lograr un mejor modo de gobernar.
Para los autores
mencionados, el mejor gobierno se logra cuando la mayoría de los gobiernos
promueven la competencia entre los proveedores de servicios; cuando los
gobiernos transfieren poder a los ciudadanos quitándoselo a las burocracias;
cuando los gobiernos miden el desempeño de sus agencias, mirando los resultados
antes que los insumos; cuando los gobiernos están movidos más por metas que por
regulaciones; cuando tratan a sus usuarios como clientes, ofreciéndoles la
posibilidad de elegir sus escuelas o sus programas de entrenamiento; cuando los
gobiernos previenen los problemas antes de que sucedan en lugar de atenderlos
después de que ocurran.; cuando dedican sus energías a conseguir dinero y no
simplemente se dedican a gastar; cuando descentralizan la autoridad adoptando
mecanismos de participación; cuando prefieren mecanismos de mercado antes que
los burocráticos; y finalmente cuando enfocan sus esfuerzos no solo a proveer
servicios sino que más bien sirven de catalizador para que los sectores,
público, privado, produzcan las acciones encaminadas a resolver los problemas de
su comunidad.
Los diez principios
básicos de Osborne y Gaebler resumidos en el párrafo anterior son ilustrados
profusamente con ejemplos tomados de los Estados Unidos que indudablemente
pueden servir de base para que los candidatos que buscan el favor popular en
las próximas elecciones ofrezcan una verdadera solución a sus electores.
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