No solo es necesario
asegurar que la EDIS se liquide lo más rápido posible, sino que se debe estar
pendiente de mirar con cuidado las condiciones en que entren a operar los
nuevos entes encargados de la recolección de basura.
En un reconocimiento
tardío de la incapacidad de prestar el servicio de aseo, el Concejo Distrital
aprobó la liquidación de la Empresa Distrital de Servicios Públicos. Los
intentos de las dos últimas administraciones por resucitar un muerto terminaron
en lo que hace mucho se sabía era su suerte irremediable. Como lo recomienda la
Santa Madre Iglesia, la alternativa en estos casos es enterrar a los muertos.
Las decisión tomada
durante la Alcaldía de Andrés Pastrana de contratar con particulares la
recolección de las basuras, sin lugar a dudas, se ha mostrado correcta. La recolección
de basuras a partir de este momento mejoró notablemente y mostró que ese era el
camino adecuado. La indecisión de la Administración Caicedo en continuar con la
política de contratación lo único que hizo fue demorar lo inevitable, agravando
de paso la situación financiera del Distrito.
La ciudadanía, algún
día, reconocerá la importante decisión de liquidar la Empresa. Lo importante es
haber dado los pasos adecuados para asegurar que en el futuro se preste un
servicio de vital importancia para la ciudad. Debemos felicitar al anterior
gerente Doctor Camilo Silva por su importante participación para lograr que el
Concejo Distrital aprobará la liquidación de la Empresa. Desafortunadamente, la
decisión fue tomada en el momento de más baja popularidad de una Administración
que se encuentra atacada por todos sus flancos. En retrospecto, hubiera sido
deseable que la iniciativa hubiera partido del Alcalde y que la decisión de
liquidar la EDIS se hubiera tomado al comienzo de la administración.
La actual administración
de la Capital tiene que darse cuenta que el descontento de la ciudadanía es
real y que no es el producto de los políticos que están en busca de una curul.
Los problemas de Bogotá tienen que ser enfrentados a tiempo y no se puede
esperar hasta que exploten para tomar una decisión. La estrategia no puede ser
dejar crecer los problemas hasta que la ciudadanía clame por una solución, para
lograr un consenso en torno a decisiones penosas.
Lo que se busca es un
estilo de gobierno en el que se sienta un sentido de dirección. Los bogotanos
estamos conscientes de que nos toca remar duro si queremos llegar a la meta de
un buen modo de vivir. Necesitamos de alguien que nos guíe y nos oriente en
esta tarea penosa.
La liquidación de la
EDIS debe convertirse en una oportunidad para cambiar. No solo debemos buscar
una reducción de costos sino que debemos aprovechar para ensayar una serie de
ideas que han tenido éxito en otras partes. El gobernante exitoso es el que se
convierte en un catalizador. Es el que pone a trabajar a todos en busca de un
propósito común. El gobierno no debe estar hecho para recoger basuras sino para
asegurar que las calles estén limpias. La limpieza de las calles a su vez, es
una labor de todos. Del ciudadano que deposita la basura en los recipientes, de
la entidad que la recoge y la del gobierno que fija las normas y que financia a
los estratos más bajos que no pueden cubrir los costos de recolección de
basuras.
Lo que viene en el
campo de la recolección de basuras es importante y el proceso debe ser sometido
a un escrutinio. No solo es necesario asegurar que la EDIS se liquide lo más
rápido posible sino que se debe estar pendiente de mirar con cuidado las
condiciones en que entren a operar los nuevos entes encargados de la recolección
de basura. Las reglas de juego deben asegurar que se aumente la competencia y
que se mantengan costos bajos. Nada sacamos cambiando un mal servicio prestado
por el sector público, por un mal servicio prestado por el sector privado.
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