La coherencia y
credibilidad del programa macroeconómico del gobierno se ha mejorado
notablemente a raíz de las medidas recientemente adoptadas en el frente fiscal.
La semana pasada ANIF y
FEDESARROLLO organizaron un interesante seminario en el que se presentaron los
resultados del 93, se analizó el programa macroeconómico del gobierno y se
dieron a conocer las proyecciones elaboradas por los organizadores para 1994.
Una de las principales conclusiones que nos quedó a los asistentes es que
existe un acercamiento entre las proyecciones de los organizadores y lo
previsto en el programa macroeconómico del gobierno.
Los participantes en el
seminario pusieron de presente que la coherencia y credibilidad del programa
macroeconómico del gobierno se ha mejorado notablemente a raíz de las medidas
recientemente adoptadas en el frente fiscal. No cabe duda que el gobierno ha
tomado una decisión importante en este campo y que este cambio de rumbo,
solicitado por la mayoría de los analistas económicos, es una muy buena
noticia.
Las medidas
relacionadas con el manejo cambiario resultaron más difíciles de digerir. Pese
a la magnífica presentación que hizo el Doctor Roberto Junguito, la audiencia
no logró entender si esta medida iba a dar lugar a una revaluación o si por el
contrario, iba a tener como consecuencia una aceleración de la devaluación.
Para poder entender el
posible efecto de estas medidas es necesario recalcar que el certificado de
cambio es un instrumento que sirvió primordialmente para diferir el efecto de
una entrada masiva de divisas. Este instrumento, que en su momento permitió
congelar recursos considerables, había perdido totalmente su poder y tal como
lo habíamos propuesto en varias columnas, debía ser eliminado. Las
complicaciones que estaba causando, especialmente al transmitir las variaciones
en las tasas de interés al precio del dólar, eran muy superiores a los escasos
beneficios que todavía se lograban con su existencia. Debo reconocer que la
manera como la Junta Directiva del Banco de la República eliminó el certificado
resultó mucho más sencillo de lo que yo pensaba. Encuentro que la solución
adoptada es mucho más clara y elegante que la que yo había planteado en una
columna anterior.
Al eliminarse el
certificado de cambio y al establecerse límites generosos de intervención
obligatoria en el mercado cambiario, la Junta Directiva ha ganado autonomía en
el manejo de la divisa. Debe recalcarse que el Banco de la República podrá
intervenir aún en el caso en que el precio de la divisa esté dentro del
corredor establecido, si lo considera necesario. De ninguna manera el precio
del dólar se ha dejado libre y por lo tanto, sigue siendo un instrumento
importante para la política económica.
Esto quiere decir, que
la medida en si no va a contribuir ni a una revaluación, ni a una devaluación.
La eliminación del certificado de cambio permite, eso si, adoptar con mayor
facilidad una política determinada. Cuando existía el certificado de cambio el
aumento del ritmo de devaluación tenía efectos perversos que iban en contravía
de la medida adoptada. En efecto, el aumento en el ritmo de la devaluación
aumentaba la tasa de interés de paridad y la tasa de interés doméstica, lo que
conducía a una revaluación de la tasa representativa del mercado. Al eliminarse
el certificado de cambio, el vínculo entre la tasa representativa y la tasa de
interés desaparece y con ello el efecto perverso en la tasa representativa del
mercado. De manera análoga, como la tasa de interés no afecta de manera
inmediata a la tasa representativa del mercado, ahora es más fácil utilizar la
tasa de cambio nominal como instrumento de control de la inflación.
La consecuencia,
entonces, de la eliminación de la tasa de cambio es apenas obvia. Los analistas
necesitan estar pendientes del efecto de variables como el defícit fiscal, que
afectan de manera importante las variables económicas. Si consideramos que la
tasa de cambio esta sobrevalorada debemos poner especial cuidado entonces, en
generar un importante superávit fiscal que permita hacer una devaluación real
del peso.
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