martes, 3 de diciembre de 1996

La naturaleza de la firma



El Profesor Ronald Coase en un artículo pionero ha llegado a la conclusión de que la razón primordial para la existencia de las firmas es el costo que existe en la coordinación a través del mercado.

Las empresas son una parte tan importante de la vida diaria que casi nadie se preocupa por pensar en la razón de su existencia. Para aquellos economistas que encuentran fascinante el funcionamiento del mercado la existencia de las firmas puede resultar inexplicable. Estos economistas no alcanzan a entender la verdadera razón por la que existen las firmas cuando el mercado puede servir como el mecanismo por excelencia de coordinación social. El mercado, decide que se produce, cómo se produce y para quién se produce sin tener que inventarse un ente encargado de realizar la coordinación de la actividad económica.

Las empresas aparecen por la puerta de atrás de los libros de texto como un reconocimiento de su importancia pero sin entrarse a preguntar cuál es la verdadera razón de su existencia. Cuando se comienzan a estudiar las decisiones del productor se dan algunas explicaciones que al analizarlas detenidamente no resultan verdaderamente convincentes. Razones como la existencia de economías de escala o la necesidad de conseguir capital son más apropiadas para explicar la existencia de grandes compañías como la General Motors, la IBM, a nivel mundial o la de ECOPETROL o las grandes empresas de servicio público en Colombia. Estas razones no son suficientes para explicar la presencia de los pequeños negocios en los que no se logran grandes economías de escala ni requieren de grandes capitales.

Cuando uno analiza las firmas lo primero que queda claro es que el mecanismos de precios tiene muy poco que ver en las decisiones internas de la firma. Si bien la firma debe reaccionar al precio de los bienes y de los factores de producción dentro de la firma las decisiones no se basan en la mecánica del mercado. Lo que han buscado muchos estudiosos como el profesor Coase quien recibió el premio Nobel por su estudio de la naturaleza de la firma y otros trabajos pioneros es distinguir porque en un caso el mecanismo de coordinación por excelencia es el del mercado y porque en el otro es mejor la coordinación por medio del administrador o gerente.

Al analizar el problema el Profesor Coase llega a la conclusión de que la razón primordial para la existencia de las firmas es el costo que existe en la coordinación a través del mercado. No solo existe el costo de averiguar el precio del mercado sino que también existe el costo de negociar y definir contratos. Aunque para minimizar el costo de la elaboración de contratos es posible definir un contrato básico en los que se especifiquen las líneas de acción generales y dejar para una posterior ocasión la especificación detallado de los servicios que se requieran del proveedor, de todas maneras resulta costoso resolver todos los problemas de coordinación a través del mercado.

En lugar de definir contratos con proveedores de bienes, muchas veces resulta más práctico realizar contratos con los empleados de la firma. Los contratos laborales eliminan la necesidad de definir precisamente las tareas que se deben realizar todos los días y permiten desarrollar las labores propias de la firma de una manera más eficiente.

Como consecuencia de lo anterior, es presumible suponer que para muchas tareas las firmas son más eficientes que el mercado pues sus costos de transacción son menores. Sin embargo, la realidad es un poco diferente. En algunos casos es mejor contratar con proveedores que hacer las tareas internamente. Un buen manejo de proveedores permite mejorar la eficiencia como lo ha demostrado la experiencia de Toyota y otros productores de vehículos. Las firmas exitosas han aprendido a combinar de manera óptima los dos mecanismos el del mercado y el administrativo. Permanentemente están explorando las posibilidades de utilizar el mercado como alternativa a la producción propia. Las palabras de moda en la administración como outsourcing (aprovisionamiento externo), downsizing (reducción de la firma), benchmarking (comparación con pares) no son otra cosa que la descripción del proceso de balancear las ventajas y desventajas del mercado como alternativa a la producción interna.


El ejemplo dado por estas firmas líderes a nivel mundial debe ser seguido por las empresas públicas colombianas y el gobierno mismo. El tamaño de las instituciones públicas es demasiado grande llevando a altos grados de ineficiencia. Las instituciones gubernamentales no se han adoptado a un medio ambiente en el que la razón dada por los teóricos como justificación a su existencia ya no son válidas. Si las entidades gubernamentales no se adaptan a las nuevas circunstancias les puede pasar lo mismo que a los dinosaurios. 

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