miércoles, 5 de marzo de 1997

La bomba de tiempo de la Seguridad Social

Ulpiano Ayala quien fuera Vice Ministro Técnico de Hacienda en el Gobierno Gaviria ha realizado estudios serios sobre el tema que muestran que la seguridad social continua con problemas que requieren de una pronta solución.

En Colombia estamos acostumbrados a cantar victoria y luego retirarnos sin haber resuelto los problemas. Después de una dura lucha para lograr reformar la seguridad social el tema ha perdido vigencia y el hombre de la calle ha olvidado los graves problemas creados por un régimen de pensiones imposible de sostener. Alentados por un superávit transitorio creado por el alza en las cotizaciones que ha servido para financiar el exceso de burocracia del gobierno nacional los colombianos se han despreocupado del tema de las pensiones. Infortunadamente, estudios recientes están mostrando que el peligro fiscal creado por la seguridad social persiste aún después de la reforma y todo parece indicar que el tema volverá a tener vigencia y el próximo gobierno deberá afrontar de nuevo el tema.

Ulpiano Ayala quien fuera Vice Ministro Técnico de Hacienda en el Gobierno Gaviria ha realizado estudios serios sobre el tema que muestran que la seguridad social continua con problemas que requieren de una pronta solución. En primer lugar, los costos de  transición del sistema han tenido y van a tener un fuerte impacto en las necesidades de financiación del gobierno. Esta financiación no puede hacerse con crédito pues llevaría a una situación insostenible en el que el pago de intereses daría lugar a incrementos continuos de la deuda que en últimas tendrían que ser cubiertos con nuevos impuestos. El incremento excesivo en el crédito del gobierno, como es bien sabido, no solo lleva a un círculo vicioso de endeudamiento creciente sino que además tiende a desplazar la inversión privada debido al aumento en la tasa de interés. Más aún, en una economía abierta el incremento en la tasa de interés lleva a una revaluación de la moneda doméstica, lo que tiene como consecuencia la postración de la industria nacional.

En segundo lugar, el estudio mencionado pone de presente los graves problemas que quedaron pendientes de resolver en la reforma de la seguridad social. Las Cajas de Previsión oficiales están  en situación muy precaria y para poderlas sacar a flote es necesario hacer enormes esfuerzos por parte del gobierno que tienden a agravar el problema del déficit fiscal. Los trabajadores con alto poder de negociación como los de Ecopetrol, los congresistas y otros, no fueron tocados por la reforma de la Seguridad Social y siguen teniendo una situación privilegiada que en sana lógica debería desaparecer pues no pueden ser sostenidas sin quebrar a  las empresas del gobierno.

Los beneficios sobre la exención de impuestos y los subsidios a los trabajadores de bajos sueldos que quedaron en la reforma son demasiado altos y no pueden ser financiados por un país en vía de desarrollo como Colombia. Según se está viendo en Europa estos esquemas tan generosos llevan a graves problemas económicos aún en países avanzados con mayor capacidad de tributación.

En tercer lugar, el esquema para financiar el seguro social a través de un impuesto a la nómina está llevando a graves distorsiones y a serios problemas de evasión que se complican por las dificultades inherentes a la creación de sistemas de información demasiado complejos. Si controlar la evasión era bien complicado cuando solo existía el ISS, ahora es una labor de titanes. La autodeclaración ha desbordado la capacidad de muchas entidades incluyendo el Seguro Social. Conseguir los formularios para hacer la declaración, realizar la autoliquidación y pagar las contribuciones a veces resulta imposible dentro de los plazos fijados. El Seguro Social se da el lujo de no recibir los aportes sino en una fecha determinada y no permite que los afiliados cumplan con su obligación en otras fechas.


La falta de gobernabilidad de esta Administración unida a una débil estructura del Ministerio de Trabajo han permitido que el vacío institucional sea llenado por el Director del Instituto del Seguro Social quien aparentemente rechazó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social por considerar que eso representaría un retroceso en su carrera pública. Mientras que existan ruedas sueltas que busquen su propio interés de corto plazo sin tratar de resolver las dificultades de carácter estructural es muy probable que los problemas no se resuelvan. Al final, el ajuste será de tal magnitud que todos los trabajadores tendrán que ver disminuidas sus expectativas pensionales.

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