viernes, 1 de julio de 2016

Tú, yo y el reloj de la población del Dane estamos locos, Lucas


Hace algún tiempo las entidades financieras tenían una práctica muy peculiar.  Cuando  el final del primer semestre se estaba acercando, los bancos cerraban sus puertas al público el 30 de junio para hacer su balance semestral.  En ese día se dedicaban a realizar ajustes en su contabilidad que les permitían conocer el estado real de sus cuentas para hacer los ajustes y las correcciones correspondientes.

Los demógrafos, esa especie en peligro de extinción de la que ya hablé en el Blog , también tienen una práctica similar el 30 de junio de cada año. Ese día, las cifras de población se revisan y las proyecciones se transforman en estimaciones.[1]


La proyección oficial para Colombia, hecha por el Dane para 2016 es de 48.747.708 personas. Si tenemos en cuenta que el Dane tiene un reloj de la población donde se puede observar en tiempo real el número de habitantes en Colombia, una persona común y corriente podría pensar que ese día (30 de junio), el reloj de la población del Dane debería marcar esa cifra.

Cuando estaba escribiendo esta publicación, a las 10:52 de la mañana del 30 de junio de 2016, entre a la página de internet del Dane y encontré que el reloj de la población indicaba el siguiente valor:


Esta cifra de 48.749.886 personas, es  superior en 2.178 unidades a la proyección oficial para el comienzo del día 30 de junio de 2016. Si tenemos en cuenta que la población en Colombia crece aproximadamente a un ritmo de una persona por minuto, el reloj del Dane estaría adelantado en 1.526 personas, equivalente a 1 día, 1 hora y 26 minutos.

Si bien alguien que no concoce sobre la demografía de un país podría pensar que un adelanto de esa magnitud no es relevante, este desfase puede ser un síntoma de un problema mayor en los cálculos poblacionales de ese país. Además, me acordé  que hace poco tiempo había escrito una entrada en el Blog llamada El reloj de la población 2.0,  donde  mencioné  algunos problemas e inconsistencias en las proyecciones de población que realiza el Dane[2].

En esta ocasión y en vista que para cualquier demógrafo el desfase del reloj de la población colombiana no es un buen sintoma decidí investigar este tema y confirmar si en realidad es un problema considerable.

Lo primero que hice fue consultar dos fuentes externas que hacen cálculos de la población en Colombia. La primera fue la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la segunda fue el United States Census Bureau (en adelante referido como el Bureau). A continuación presento en una tabla las estimaciones de estas tres organizaciones (Dane, ONU y el Bureau) para la población de Colombia el 30 de junio de 2016.


Como se puede observar, la proyección de la ONU tiene una cifra muy similar a la del DANE. Existe una diferencia de tan solo 97.236 personas o 0,2%. Por otra parte, en la base de datos demográficos del Bureau existe una diferencia de 1,5 millones de personas equivalente a un 3,1% menor a la proyectada por el DANE.

Estas discrepancias en las cifras de estas tres organizaciones me pusieron a pensar y me surgieron cuestionamientos adicionales a los supuestos de las proyecciones oficiales que presenta el Dane y que había mencionado en la entrada sobre el reloj de la población.

Posteriormente, realicé un ejercicio donde comparé las estimaciones realizadas por estas tres organizaciones para el año censal 2005 en Colombia y calculé la diferencia con las proyecciones a 2016.

Los resultados se presentan en el siguiente cuadro.



Se puede apreciar que las estimaciones de población para el año censal 2005 son diferentes para las tres entidades. Es sorprendente que las estimaciones oficiales del DANE no coincidan con las de la ONU pues pareciera que esta respetada organización internacional no le creyó al trabajo realizado por la institución nacional en 2005.

Cuando se miran las variaciones absolutas y porcentuales correspondientes al período 2005-2016, se puede apreciar que estas son similares. Sin embargo, es importante resaltar que las cifras del Dane  y el Bureau crecen un 10% adicional a las estimadas por la ONU. Por esta razón es necesario descomponer la diferencia entre las estimaciones de las tres organizaciones para entender las razones que explican estas discrepancias.

La lógica indica que la diferencia entre dos juegos de proyecciones al final de un período (en nuestro caso el 2016) es igual a la suma de la diferencia al comienzo del período (en nuestro caso el 2005) más  la diferencia a lo largo del período (en nuestro caso 2005 a 2016).

Aplicando este raciocinio a las proyecciones del Dane y la Onu se obtiene los siguientes resultando que se presentan en el cuadro a continuación.



Aquí se ve que la diferencia final en 2016 aparentemente baja (97.236 personas) es el resultado de una sobreestimación de la población base de casi cuatrocientos mil habitantes y de una subestimación en el aumento de los habitantes de Colombia de casi medio millón de personas en el período 2005-2016.

Con las cifras correspondientes a las proyecciones del Dane y el Bureau  se realizó el mismo ejercicio y se construye el siguiente cuadro.



El cuadro muestra que la gran diferencia que se observa al final del período se explica básicamente por la diferencia al comienzo del período  de un 1,4 millones de personas.

Podemos entonces inferir dos cosas importantes. La primera es que tres entidades expertas en temas demográficos están manejando cifras diferentes para todos los años, lo cual evidencia un grave problema de confiabilidad y confianza. Tanto porque arrancan de un valor diferente y también porque tienen hipótesis de proyección distintas que hacen diferentes las cifras. Esta situación lo único que logra es aumentar la incertidumbre en la veracidad de las cifras dando lugar a que los encargados de tomar decisiones basadas en la información demográfica del país cometan errores.

Segundo, aumentan los indicios de que las proyecciones del Dane están sobrestimando la realidad demográfica en Colombia y además han perdido precisión con el paso del tiempo. Cabe anotar que el último en el país se realizó hace ya 11 años.

Para finalizar esta primera entrada sobre este tema es importante realizar tres reflexiones. La primera es que la situación que estamos viviendo hoy en día me da una sensación de completo déjà-vu. En 2004, los que nos atrevimos a cuestionar las proyecciones de población vigentes realizadas por el Dane fuimos rápidamente ridiculizados. La historia y el Censo de 2005 demostraron que al principios del Siglo XXI las proyecciones del Dane estaban desfasadas en más de 4 millones de habitantes. En lugar de reconocer que se habían cometido errores tanto en la población base del 93 como en las hipótesis de proyección relacionadas con la migración internacional, los “expertos” de esa época buscaron desacreditar estos cuestionamientos poniendo en duda la bondad de los cambios metodológicos contemplados en el nuevo censo de población y vivienda de 2005. Hoy en día, en el año 2016, en vísperas de un nuevo censo, seguimos a merced utilizando las proyecciones que realiza el Dane sin hacer evaluaciones del acontecer demográfico posterior al último censo.

La segunda reflexión es que el impulso que se logró imprimir a la demografía en el Dane con las innovaciones introducidas en el primer censo del Siglo XXI se ha perdido. Contrasta el espíritu innovador que abrió el camino para la utilización de los adelantos tecnológicos en las operaciones censales con una actitud ultra conservadora y resistencia al cambio que ha impedido que se incorporen mejores y más potentes programas de computación y que no se ha aprovechado las mejoras notables en las estadísticas vitales recolectadas por la misma institución para modificar y ajustar las proyecciones de población vigentes.

La tercera y más preocupante conclusión es que en este momento no sabemos ni tenemos una idea clara de cuántos habitantes hay en Colombia. Muchos menos sabemos cuántos personas van a vivir en el país después del 1 de julio de 2020, pues hasta esa fecha llegan las proyecciones oficiales del Dane. Como diría Chaparrón Bonaparte “Tú, yo y el reloj de la población estamos Locos, Lucas”.





[1] En el lenguaje ordinario no se hace distinción entre estimaciones y proyecciones, en demografía se habla de proyecciones para cifras en el futuro y de estimaciones para cifras del presente o de un momento en el pasado. La población se mide a mitad del año y los eventos demográficos (nacimientos, muertes, migraciones) se refieren a todo el año calendario. De esta manera las tasas se calculan dividendo los eventos demográficos por la población a mediados del año como una buena aproximación de la población sometida a cada tipo de riesgo.
[2] En la entrada se mostró que existían discrepancias significativas entre las estadísticas vitales registradas y los pronósticos de defunciones y nacimientos implícitos en las proyecciones del Dane.

1 comentario:

  1. Don Älvaro: Como siempre muy muy interesante--¿Cuántos colombianos somos y cuántos seremos?-- ¿las expectativas de vida probable se pueden calcular? ¿Los servicios médicos en Colombia están a la altura de los avances tecnológicos de la medicina mundial? ¿la mortalidad por causas ajenas a las enfermedades (accidentes, consumo de drogas etc...) estan previstas numericamente? ¿Son demasiado las labores del DANE fuera de tablas y estadisticas??-- o estas LABORES son desatendidas por los entes del gobierno? Mil gracias y hasta la proxima-

    ResponderEliminar