Hace algún tiempo las entidades financieras tenían
una práctica muy peculiar. Cuando el final del primer semestre se estaba
acercando, los bancos cerraban sus puertas al público el 30 de junio para hacer
su balance semestral. En ese día se
dedicaban a realizar ajustes en su contabilidad que les permitían conocer el
estado real de sus cuentas para hacer los ajustes y las correcciones
correspondientes.
Los demógrafos, esa especie en peligro de extinción
de la que ya hablé en el Blog , también tienen una práctica similar el 30 de
junio de cada año. Ese día, las cifras de población se revisan y las
proyecciones se transforman en estimaciones.[1]
La proyección oficial para Colombia, hecha por el
Dane para 2016 es de 48.747.708
personas. Si tenemos en cuenta que el Dane tiene un reloj de la población donde
se puede observar en tiempo real el número de habitantes en Colombia, una
persona común y corriente podría pensar que ese día (30 de junio), el reloj de
la población del Dane debería marcar esa cifra.
Esta cifra de 48.749.886 personas, es superior en 2.178 unidades a la proyección
oficial para el comienzo del día 30 de junio de 2016. Si tenemos en cuenta que
la población en Colombia crece aproximadamente a un ritmo de una persona por
minuto, el reloj del Dane estaría adelantado en 1.526 personas, equivalente a 1
día, 1 hora y 26 minutos.
Si bien alguien que no concoce sobre la demografía de un país podría
pensar que un adelanto de esa magnitud no es relevante, este desfase puede ser
un síntoma de un problema mayor en los cálculos poblacionales de ese país.
Además, me acordé que hace poco tiempo había
escrito una entrada en el Blog llamada El reloj de la población
2.0, donde mencioné
algunos problemas e inconsistencias en las
proyecciones de población que realiza el Dane[2].
En esta ocasión y en vista que para cualquier demógrafo el desfase del
reloj de la población colombiana no es un buen sintoma decidí investigar este
tema y confirmar si en realidad es un problema considerable.
Lo primero que hice fue consultar dos fuentes externas que hacen cálculos
de la población en Colombia. La primera fue la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) y la segunda fue el United
States Census Bureau (en adelante referido como el Bureau). A continuación presento en una tabla las estimaciones de
estas tres organizaciones (Dane, ONU y el Bureau)
para la población de Colombia el 30 de junio de 2016.
Como se puede observar, la proyección de la ONU
tiene una cifra muy similar a la del DANE. Existe una diferencia de tan solo 97.236
personas o 0,2%. Por otra parte, en la base de datos demográficos del Bureau existe una diferencia de 1,5 millones
de personas equivalente a un 3,1% menor a la proyectada por el DANE.
Estas discrepancias en las cifras de estas tres
organizaciones me pusieron a pensar y me surgieron cuestionamientos adicionales
a los supuestos de las proyecciones oficiales que presenta el Dane y que había
mencionado en la entrada sobre el reloj de la población.
Posteriormente, realicé un ejercicio donde comparé
las estimaciones realizadas por estas tres organizaciones para el año censal
2005 en Colombia y calculé la diferencia con las proyecciones a 2016.
Los resultados se presentan en el siguiente cuadro.
Se puede apreciar que las estimaciones de población
para el año censal 2005 son diferentes
para las tres entidades. Es sorprendente que las estimaciones oficiales del DANE
no coincidan con las de la ONU pues pareciera que esta respetada organización
internacional no le creyó al trabajo realizado por la institución nacional en
2005.
Cuando se miran las variaciones absolutas y
porcentuales correspondientes al período 2005-2016, se puede apreciar que estas
son similares. Sin embargo, es importante resaltar que las cifras del Dane y el Bureau crecen un 10% adicional a las
estimadas por la ONU. Por esta razón es necesario descomponer la diferencia entre
las estimaciones de las tres organizaciones para entender las razones que
explican estas discrepancias.
La lógica indica que la diferencia entre dos juegos
de proyecciones al final de un período (en nuestro caso el 2016) es igual a la
suma de la diferencia al comienzo del período (en nuestro caso el 2005) más la diferencia a lo largo del período (en nuestro
caso 2005 a 2016).
Aplicando este raciocinio a las proyecciones del Dane y la Onu se obtiene los
siguientes resultando que se presentan en el cuadro a continuación.
Aquí se ve que la diferencia final en 2016
aparentemente baja (97.236 personas) es el resultado de una sobreestimación de
la población base de casi cuatrocientos mil habitantes y de una subestimación en
el aumento de los habitantes de Colombia de casi medio millón de personas en el
período 2005-2016.
Con las cifras correspondientes a las proyecciones
del Dane y el Bureau se realizó el mismo ejercicio y se construye
el siguiente cuadro.
El cuadro muestra que la gran diferencia que se
observa al final del período se explica básicamente por la diferencia al comienzo
del período de un 1,4 millones de
personas.
Podemos entonces inferir dos cosas
importantes. La primera es que tres entidades expertas en temas demográficos están
manejando cifras diferentes para todos los años, lo cual evidencia un grave
problema de confiabilidad y confianza. Tanto porque arrancan de un valor
diferente y también porque tienen hipótesis de proyección distintas que hacen
diferentes las cifras. Esta situación lo único que logra es aumentar la
incertidumbre en la veracidad de las cifras dando lugar a que los encargados de
tomar decisiones basadas en la información demográfica del país cometan
errores.
Segundo, aumentan los indicios de que las
proyecciones del Dane están sobrestimando la realidad demográfica en Colombia y
además han perdido precisión con el paso del tiempo. Cabe anotar que el último
en el país se realizó hace ya 11 años.
Para finalizar esta primera entrada sobre este tema
es importante realizar tres reflexiones. La primera es que la situación que
estamos viviendo hoy en día me da una sensación de completo déjà-vu. En 2004, los que nos atrevimos
a cuestionar las proyecciones de población vigentes realizadas por el Dane
fuimos rápidamente ridiculizados. La historia y el Censo de 2005 demostraron
que al principios del Siglo XXI las proyecciones
del Dane estaban desfasadas en más de 4 millones de habitantes. En lugar de
reconocer que se habían cometido errores tanto en la población base del 93 como
en las hipótesis de proyección relacionadas con la migración internacional, los
“expertos” de esa época buscaron desacreditar estos cuestionamientos poniendo
en duda la bondad de los cambios metodológicos contemplados en el nuevo censo
de población y vivienda de 2005. Hoy en día, en el año 2016, en vísperas de un
nuevo censo, seguimos a merced utilizando las proyecciones que realiza el Dane sin
hacer evaluaciones del acontecer demográfico posterior al último censo.
La segunda reflexión es que el impulso que se logró
imprimir a la demografía en el Dane con las innovaciones introducidas en el
primer censo del Siglo XXI se ha perdido. Contrasta el espíritu innovador que abrió
el camino para la utilización de los adelantos tecnológicos en las operaciones
censales con una actitud ultra conservadora y resistencia al cambio que ha impedido
que se incorporen mejores y más potentes programas de computación y que no se ha
aprovechado las mejoras notables en las estadísticas vitales recolectadas por
la misma institución para modificar y ajustar las proyecciones de población
vigentes.
La tercera y más preocupante conclusión es que en
este momento no sabemos ni tenemos una idea clara de cuántos habitantes hay en Colombia. Muchos menos sabemos cuántos personas van a vivir en el país después
del 1 de julio de 2020, pues hasta esa fecha llegan las proyecciones oficiales
del Dane. Como diría Chaparrón Bonaparte “Tú, yo y el reloj de la población estamos
Locos, Lucas”.
[1]
En el lenguaje ordinario no se hace distinción entre estimaciones y
proyecciones, en demografía se habla de proyecciones para cifras en el futuro y
de estimaciones para cifras del presente o de un momento en el pasado. La población
se mide a mitad del año y los eventos demográficos (nacimientos, muertes,
migraciones) se refieren a todo el año calendario. De esta manera las tasas se
calculan dividendo los eventos demográficos por la población a mediados del año
como una buena aproximación de la población sometida a cada tipo de riesgo.
[2]
En la entrada se
mostró que existían discrepancias significativas entre las estadísticas vitales
registradas y los pronósticos de defunciones y nacimientos implícitos en las
proyecciones del Dane.
Don Älvaro: Como siempre muy muy interesante--¿Cuántos colombianos somos y cuántos seremos?-- ¿las expectativas de vida probable se pueden calcular? ¿Los servicios médicos en Colombia están a la altura de los avances tecnológicos de la medicina mundial? ¿la mortalidad por causas ajenas a las enfermedades (accidentes, consumo de drogas etc...) estan previstas numericamente? ¿Son demasiado las labores del DANE fuera de tablas y estadisticas??-- o estas LABORES son desatendidas por los entes del gobierno? Mil gracias y hasta la proxima-
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