lunes, 14 de enero de 1991

Cuidando nuestros billetes

Si bien, las medidas tomadas por el gobierno han sorprendido por su dureza era de esperarse que si la primera prioridad del Ministro Hommes era cuidar nuestros billetes, como lo recomienda la propaganda del Banco de la República, algo drástico había que hacer en el frente monetario.

 El retorno al trabajo al comienzo del año es sin lugar a dudas difícil. Las vacaciones por cortas que sean tienden a hacer perder el ritmo de trabajo a los colombianos. Los periodistas en estos días no encuentran muchos temas para comentar. Las noticias de la televisión y de los periódicos son muy escasas y muchas veces se concentran en los resúmenes y análisis retrospectivos del año que terminó. En el campo económico por el contrario los comienzos del año muchas veces son fértiles en noticias. El Gobierno utiliza estos días de reposo para realizar alzas en los precios bajo su control. Este año nos recibió con el aumento en la gasolina y demás derivados del petróleo, en los peajes y en el transporte público en algunas de las principales ciudades. El hombre de la calle y las amas de casa no se habían logrado reponer de las noticias sobre la inflación del noventa que batió las marcas de los últimos años, cuando tuvo que sufrir el torrente de alzas de comienzo del 91.

La semana pasada el gobierno sorprendió a empresarios y consumidores con un bomba económica. El Ministro Hommes en su propósito de controlar la inflación cerró la llave del crédito imponiendo un encaje marginal del ciento por ciento a los intermediarios financieros. Esta medida extrema había sido tomada en 1977 por el gobierno del Presidente López Michelsen, cuando eran su Ministro de Hacienda, el Doctor Abdón Espinosa Valderrama y Asesor de la Junta Monetaria, el Doctor Eduardo Sarmiento habitual consejero del Doctor Ernesto Samper actual Ministro de Desarrollo. Es paradójico que el Ministro de Desarrollo que probablemente hubiera hecho lo que han recomendado sus asesores y que pusieron en práctica en el gobierno de López, haya salido a criticar las medidas tomadas en la semana anterior.

Si bien, las medidas tomadas por el gobierno han sorprendido por su dureza era de esperarse que si la primera prioridad del Ministro Hommes era cuidar nuestros billetes, como lo recomienda la propaganda del Banco de la República, algo drástico había que hacer en el frente monetario. Sin entrar a pronosticar el efecto de esta medida, que esperamos sea de carácter temporal, vale la pena reiterar que los agentes económicos para poder realizar una planeación de sus actividades requieren de un medio ambiente predecible y que por lo tanto, estos cambios tan bruscos tienen efectos laterales bastante desfavorables.

Ahora que comienzan las deliberaciones de la Asamblea Constitucional sería muy conveniente que se contemplara la posibilidad de que la Autoridad Monetaria fuera independiente del Ejecutivo y que el Gerente de la Banca Central, nuestro Banco de la República, tuviera un período definido. Para la economía es muy grave operar bajo la incertidumbre si las medidas de control inflacionario dependen del apoyo del Presidente de la República a su Ministro de Hacienda. Este tipo de políticas para que sean efectivas no solo deben ser creíbles sino que muchas veces deben mantener una continuidad importante. La experiencia colombiana, confirmada por lo sucedido recientemente, ha mostrado que la preponderancia del ejecutivo en la política monetaria puede llegar a introducir considerables factores de incertidumbre

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