jueves, 14 de marzo de 1985

En el transporte el precio no es correcto

El transporte es uno de los campos en donde el sistema de precios no cumple bien su función indicadora. Como generalmente, el precio que paga el usuario por los recursos utilizados es cercano a cero no es posible señalar mediante un precio alto el caso en el que hay insuficiencia de recursos, ni mediante un precio bajo el caso en el que hay abundancia de ellos. Más aún, en ocasiones no solo no se cobra por el uso de ciertos recursos, sino que se deja de cobrar por el perjuicio a que se somete la comunidad.


La Congestión Urbana


Un ejemplo puede aclarar el problema que se presenta en la asignación de recursos en el transporte. El conductor que entra en una vía urbana congestionada, no solo está utilizando el espacio vial sin tener que pagar, sino que no  paga por el perjuicio que le está infringiendo a los otros conductores que están compartiendo la vía y que tienen que disminuir su velocidad como consecuencia del ingreso de un nuevo vehículo en la vía. La carencia de señales de precios hace que las vías se utilicen más de la cuenta causando una mala asignación de recursos.

La recomendación de un economista puro, o sea diseñar un sistema de precios, tiene claras desventajas de tipo político y solo ha sido aceptada en Singapur. En el resto de las ciudades, el problema de la congestión trata de resolverse por métodos indirectos. En ocasiones se adoptan una serie de medidas de ingeniería de tráfico. Por ejemplo, se da preferencia a la utilización del vehículo de transporte colectivo, limitando el uso del vehículo particular en ciertas areas de la ciudad y creando carriles exclusivos para buses. Este tipo de medidas, aunque un poco extremas, suelen mejorar las condiciones del tráfico en las zonas congestionadas de la ciudad. Dado la mayor eficiencia del transporte colectivo en el uso del espacio vial las preferencias a este medio contribuyen a una mejor asignación de recursos.


El Impuesto a la Gasolina


Una manera indirecta de restringir el uso del carro particular sugerida por algunos analistas, es el gravar un bien o  servicio complementario con su uso. Entre los bienes que han sido sugeridos más frecuentemente se encuentran algunos insumos como la gasolina y las llantas. Se ha pensado que si un aumento en el precio de la gasolina tiene como consecuencia un menor uso del vehículo particular, el gravar la gasolina puede no solo generar recursos para el fisco sino que además puede contribuir a  aliviar el problema de la congestión.

Si el anterior razonamiento es válido, nos estaría indicando que otro precio  del transporte que no es correcto es el de la gasolina. El precio que paga actualmente el consumidor  de gasolina en Colombia es muy cercano al precio internacional de la gasolina y por lo tanto el impuesto que realmente está pagándose por galón de gasolina es muy bajo. Si consideramos el porcentaje fijado por la ley (alrededor de 120%)  como un indicador del posible impuesto,  y si tomamos como base el precio internacional del galón de gasolina, podemos establecer que el precio de venta al público puede estar muy cercano a los 200 pesos por galón.


Si bien un aumento de esta magnitud (cercano a un dólar por galón) tendría consecuencias muy desfavorables desde el punto de vista social, indudablemente contribuiría de manera muy favorable a disminuir la congestión en nuestras ciudades. La disminución de la congestión ha sido notable en países como Uruguay y Paraguay, en donde el Fondo Monetario Internacional ha logrado convencer a las autoridades de dichos países para que adopten precios del combustible más realistas.  Además, el aumento en el precio de la gasolina a una cifra de tres dígitos sería una buena oportunidad para adoptar el sistema métrico decimal.  Al no poderse indicar en los surtidores  un precio unitario de tres dígitos  se puede cambiar la unidad por una menor. Se puede entonces optar la solución que adoptaron algunas estaciones de servicio en los Estados Unidos en el año 79, consistente en medir en litros. Así, en lugar de cobrar 198 pesos por galón se podría cobrar 53 pesos por litro.



Las Tarifas de los Parqueaderos


Las tarifas de los parqueaderos por lo general son fijadas sin buscar una mejor asignación de recursos y en consecuencia, muchas veces terminan siendo fijadas incorrectamente. Desde el punto de vista de la asignación óptima de recursos, la política adecuada de tarifas de estacionamiento debe tender a disminuir la congestión y por lo tanto debe fijar un precio alto en los períodos pico  y en las zonas donde exista congestión y uno muy bajo o cercano a cero en los períodos y zonas donde no la haya. Por lo tanto deberá cobrarse una tarifa alta en las zonas de los distritos comerciales y en los períodos pico. Al aumentar las  tarifas de estacionamiento en los períodos pico se tenderá a reducir la congestión en dichos períodos, desplazando demanda por viajes hacia vehículos de transporte colectivo que utilizan más eficientemente el espacio vial.

Como se ha podido comprobar recientemente con ocasión del cambio de las tarifas de los parqueaderos de la capital del país, la política vigente produce un efecto contrario al deseado, pues la tarifa es más alta en las horas  de la noche y en los días festivos cuando la congestión  es relativamente baja. Por otra parte, las tarifas más bajas por hora corresponden a los usuarios por mensualidades que por lo general utilizan las vías en las horas de mayor congestión. Estos costos promedios menores están contribuyendo a aumentar la congestión en los distritos comerciales. Más aún, para aquellos conductores con contrato mensual que miran únicamente el costo incremental de un viaje, el efecto de la  tarifa es cercano a cero, pues una vez cancelada la mensualidad, cesa el incentivo de no utilizar el vehículo particular para el viaje al trabajo.


Cambios en las Políticas de Precios


Si bien el cambiar una política de precios en el transporte urbano presenta serias dificultades por cuanto los más afectados tienden a ser las familias de menores ingresos, cada día se vuelve más urgente. El nivel de motorización de las ciudades colombianas es tal que sin un uso más racional del espacio vial sería necesario emprender cuantiosas inversiones en infraestructura de transporte. La presencia de un nuevo equipo de trabajo en el Ministerio de Obras Públicas con amplia experiencia en el tema puede servir para comenzar a fijar políticas mas realistas en este campo. El actual Ministro viene de cumplir una magnífica labor en ECOPETROL y por lo tanto conoce muy bien los efectos benéficos de una política de precios de la gasolina que refleje el costo real del combustible. La Vice‑Ministra en su actividad profesional ha tenido la oportunidad de analizar el campo del transporte urbano y conoce muy bien la mayoría de los estudios sobre el tema.


Si tenemos en cuenta que organismos como el Banco Mundial han sido pioneros en el campo de fijación de precios de transporte y que por lo tanto estarían muy interesados en colaborar con el gobierno en un proyecto que busque mejorar la utilización de la infraestructura existente, fácilmente podríamos concluir que este es un momento preciso para intentar un cambio en las políticas de precios.


    

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