lunes, 23 de octubre de 1989

La Empresa de Energía de Bogotá

El viernes 13 de Octubre se llevó a cabo el cambio de nombre de la tradicional empresa bogotana. Muere así el nombre utilizado por una entidad nacida con el siglo veinte. La eliminación del adjetivo eléctrica obedece al cambio en sus actividades, pues ahora también se dedicará a distribuir gas a los usuarios bogotanos.

El cambio de nombre realizado no es ni el primero, ni será el último. Recordemos que está empresa nace con el nombre de Samper Brush y Compañía y que luego cambia en 1904 a Compañía de Energía Eléctrica de Bogotá. En 1927, al fusionarse con la Compañía Nacional, cambia su nombre a Empresas Unidas de Energía Eléctrica S.A. En 1951 la Empresa se nacionaliza y pasa a ser un fideicomiso del Banco de la República. En 1959 se constituye finalmente con el nombre de Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá, como  establecimiento público descentralizado del Distrito Especial de Bogotá.

Ojalá el nuevo nombre venga acompañado de progreso y las nuevas actividades de distribución de gas le permitan aumentar su rentabilidad y mejorar el cubrimiento de las necesidades energéticas del pueblo bogotano. Esta ocasión debería aprovecharse para un análisis del papel de la Empresa.

Si uno siguiera las enseñanzas de Drucker y preguntara ¿Cuál es realmente el negocio de la Empresa? tendría que contestarse que realmente existen tres negocios diferentes. El primero se relaciona con la distribución de la energía, el segundo con la generación de Energía y el tercero con la construcción de las plantas.

El primero, que ahora podría llamarse Electrificadora y Distribuidora de Gas de Bogotá, tiene como objetivo distribuir la energía eléctrica y el gas a los bogotanos. Básicamente, su negocio consiste en comprar en bloque y vender al detal. Su rentabilidad está dada por el margen que logra en esta operación. Si logra comprar barato y vender caro sus ganancias serán elevadas, o si por el contrario opera como una entidad de beneficencia, comprando caro y vendiendo barato, dará pérdidas contables, pero obtendrá dividendos sociales.

En la actualidad, la Electrificadora de Bogotá es muy rentable pues la estructura de tarifas es una de las más elevadas del país y los costos de la energía en bloque son relativamente bajos. Adicionalmente, tiene un moderado nivel de endeudamiento puesto que las deudas incurridas para la infraestructura de distribución son de dimensiones razonables y pueden ser cubiertas con los ingresos producidos por las tarifas.

El segundo negocio de la Empresa de Energía es la generación. Actualmente se cuenta con la cadena del Río Bogotá y con la Termoeléctrica Martín del Corral, más conocida como Termozipa, pero que realmente está ubicada en Tocancipá. Se podría afirmar que el negocio de generación de la Empresa de Energía de Bogotá no es muy brillante. Las plantas de la cadena vieja no se encuentran en muy buenas condiciones y la demora en la entrada de las nuevas plantas de Mesitas y los sobrecostos incurridos en reparaciones de los túneles han influido negativamente en la rentabilidad de este negocio. Más aún, el hecho de que la cantidad de energía utilizable sea insuficiente para atender las dos cadenas de plantas, implicará que para operar eficientemente, deba traerse agua de otras hoyas cercanas. La financiación de las obras adicionales, dados los bajos márgenes de rentabilidad del negocio de generación, es uno de los principales retos que debe afrontar la Hidroeléctrica del Río Bogotá en su futuro.

El tercer negocio de la Empresa de Energía es la construcción de nuevas plantas. En el momento se construye la Hidroeléctrica del Guavio. Esta obra, planeada desde 1930 por las Empresas Unidas de Energía, se inició en 1981 y ha sufrido demoras y sobrecostos  considerables. Su entrada en operación, prevista originalmente para 1986, está contemplada actualmente para 1992. El negocio de construcción de la Hidroeléctrica del Guavio no ha sido tan positivo como originalmente se planeó y ha influido negativamente en los otros dos negocios de la Empresa de Energía. Los costos de la obra en dólares aumentaron por encima de lo presupuestado inicialmente y el país realizó un fuerte ajuste cambiario lo que se tradujo en aumentos, medidos en pesos, de gran magnitud. Más aún, los beneficios de la hidroeléctrica disminuyeron al disminuir los precios del petróleo y otros energéticos.

Teniendo en cuenta el análisis anterior, qué debería hacer la nueva Empresa ?. La recomendación Druckeriana sería concentrarse en el negocio verdadero, o sea en la Distribución, y pensar en retirarse de aquellos en los que no tiene ventaja. Sin negar la importancia que tiene para el país la realización de nuevos proyectos de generación, es evidente que la experiencia de la construcción de los últimos proyectos muestra que este tipo de negocios está excediendo la capacidad financiera y administrativa de la Empresa. El tiempo de ejecución de los proyectos está muy por encima de la duración de los Gerentes y del Presidente de la Junta Directiva. Del primero de agosto de 1985 a la fecha ha habido cinco Gerentes e igual número de Alcaldes. Es posible que con la elección de Alcaldes se logre que en cuatro años haya dos Gerentes y dos Alcaldes, pero aún así la ejecución de un proyecto similar al del Guavio, por ejemplo, de 12 años, le va a corresponder a seis Gerentes y seis Alcaldes. La inestabilidad en la cúpula de la Empresa de Energía va a hacer muy difícil el control en la programación y ejecución de este tipo de Proyectos.


El negocio de la generación, aunque marginalmente rentable, no es fácil de vender. No habría inversionista que estuviera interesado en comprar una planta cuyo producto tiene precios fijados por la Junta Nacional de Tarifas. La rentabilidad del negocio estaría sometido a consideraciones de carácter político y a la idiosincrasia del funcionario de turno. La solución sería el contratar con el sector privado la administración y mantenimiento de las plantas existentes. Si bien en Colombia no hay antecedentes de este tipo de solución, en otros países existen contratos de administración de las Empresas Públicas.

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