En los Estados Unidos este ha sido un tema importante de investigación
de destacados economistas especializados en los temas laborales. Los Profesores
Richard Freeman y James Medoff de la Universidad de Harvard han publicado el
resultado de sus investigaciones en un interesante libro titulado "What do
Unions do". Lo que traducido por el inolvidable Maestro Darío Echandía
coincidiría con el título de este artículo.
En estos últimos días
laborales del año se reúnen los representantes de los sindicatos, del gobierno
y de los empleadores para concertar el aumento en el salario mínimo. Este
proceso de concertación es uno de los actos más visibles en los que participan
los sindicatos. Parecería entonces oportuno plantear algunas inquietudes sobre
el papel que juegan los sindicatos.
Los estudiosos del
movimiento sindical por lo general no se contentan con establecer cual es el
efecto promedio, sino que tratan de determinar quienes son los principales
beneficiados. Por regla general se encuentra que los sindicatos buscan en sus
negociaciones favorecer a los afiliados que ganan menos. En épocas en que el
gobierno ha establecido metas de aumentos salariales expresadas como un aumento
ponderado dado, los resultados han sido que los trabajadores con lo más bajos
salarios, logran mantener su poder adquisitivo en términos reales, mientras los
que menos aumento logran son los trabajadores con salarios relativamente altos.
En los Estados Unidos
este ha sido un tema importante de investigación de destacados economistas
especializados en los temas laborales. Los Profesores Richard Freeman y James
Medoff de la Universidad de Harvard han publicado el resultado de sus
investigaciones en un interesante libro titulado "What do Unions do".
Lo que traducido por el inolvidable Maestro Darío Echandía coincidiría con el
título de este artículo.
Según el estudio de
Freeman y Medoff, en los Estados Unidos los mayores aumentos los logran los
trabajadores jóvenes y los menores incrementos los trabajadores en su edad de
mayor productividad. Los trabajadores recién afiliados tienden a gozar de un
mayor diferencial mientras que los veteranos tienden a gozar de aumentos más
moderados. Este patrón concuerda con el deseo de mejorar la distribución de
ingresos que ha caracterizado la negociación sindical en los Estados Unidos y
en Colombia.
Los autores también muestran
que el efecto del sindicalismo es diferencial por tipo de industria. En 13 de
las sesenta y dos actividades industriales estudiadas se encontró un efecto
mínimo inferior al 5 por ciento; en 17 se encontraron efectos modestos del 5 al
15 por ciento. Efectos grandes del 15 al 35 por ciento se encontraron en 24
industrias y efectos espectaculares mayores del 35% se encontraron en las ocho
actividades restantes.
La principal causa de
estos efectos diferenciales por industria se encuentra obviamente en el poder
monopólico del sindicato. Entre menor sea el grado de respuesta del empleo a
las variaciones de los salarios, mayor es el poder monopólico de los sindicatos
y más fuerte será su incidencia sobre los salarios.
Los economistas desde
la época de Alfred Marshall han tratado de explicar los determinantes del grado
de respuesta de los salarios en el empleo. En su famoso libro Principles of
Economics, Marshall identificó cuatro condiciones importantes que influyen en
la demanda de trabajo. La primera se refiere a la posibilidad de substituir
trabajo por otros insumos en el proceso productivo. Los médicos son un buen
ejemplo de trabajadores de difícil substitución y también un modelo para los
estudiantes que desean tener altos ingresos. El segundo determinante según
Marshall, es la elasticidad de la demanda de los bienes producidos por los
trabajadores. Los salarios de los trabajadores sindicalizados en la industria
textil que tiene una demanda relativamente elástica suben menos que los de los
trabajadores de la industria automovilística cuya demanda en Colombia es menos
sensible a los precios.
El tercer factor que
influye en el poder monopólico de los sindicatos es la participación del
trabajo en los costos totales. Entre menor sea la participación del trabajo,
mayor será el poder monopólico de los sindicatos. En Ecopetrol y las Empresas
del Sector Eléctrico, donde la participación del trabajo en los costos totales
es muy baja, el poder sindical es muy alto. En este caso se puede decir que es
muy importante el no ser importante. El Cuarto factor anotado por Marshall se
refiere a la elasticidad de la oferta de otros factores.
En el caso de la
investigación de Freeman y Medoff, los autores dedican especial atención al análisis de la capacidad de los sindicatos para
incrementar el salario de sus afiliados, por encima del nivel que hubiera
imperado en un mercado de trabajo sin restricciones. Los resultados de esa
investigación mostraron que efectivamente los sindicatos logran aumentar el
salario de sus afiliados por encima de su nivel de equilibrio. Este aumento se
sitúa en los Estados Unidos alrededor de un 20 a 30 por ciento. Es pues
evidente que al menos en los Estados Unidos el movimiento sindical está
consiguiendo ventajas para sus afiliados.
La evidencia sobre la
magnitud del efecto sindical en los salarios de los trabajadores colombianos es
relativamente escasa. Entre los pocos trabajos donde se ha tratado de calcular
el efecto sindical está el del Economista Hindú Rakesh Mohan. En sus trabajos
realizados para el Estudio de la Ciudad patrocinado por el Banco Mundial, Mohan
encuentra que en 1978 había una diferencia del 6 al 8 por ciento entre el
salario de un trabajador sindicalizado y otro que no forma parte de un sindicato.
Este efecto es casi una cuarta parte del encontrado en los Estados Unidos por
los economistas de la Universidad de Harvard.
Es difícil entrar a
determinar el por qué de esta notable diferencia, aunque es evidente que el
poder monopólico de los sindicatos colombianos está bastante lejos de ser muy
efectivo. Dado el proceso de concertación salarial que actualmente se inicia,
valdría la pena preguntarse si el resultado final a que dicho proceso llegará
debería acreditarse o culparse a la participación activa de los sindicatos.
Recordando la fábula de Cantillon, a los sindicatos colombianos podría
sucederles lo del gallo que a fuerza de aletear y saludar la salida del sol en
el horizonte cada mañana, terminó convencido de que él era el único responsable
de que se produjera la aurora.
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