lunes, 11 de febrero de 1991

Bogotá 1992-1994

El poco éxito alcanzado por el actual Alcalde, el descontento con los partidos tradicionales, el fuerte impacto del alza en los servicios públicos, la nueva contribución de valorización y la recesión que se avecina, son razones poderosas que pueden sacar adelante una candidatura de oposición.

Si la Asamblea Constituyente no dispone lo contrario, dentro de un año y un mes, Bogotá tendrá un nuevo alcalde electo. Si la elección fuera este año y teniendo en cuenta la situación económica sería muy posible que el partido liberal perdiera la alcaldía. El poco éxito alcanzado por el actual Alcalde, el descontento con los partidos tradicionales, el fuerte impacto del alza en los servicios públicos, la nueva contribución de valorización y la recesión que se avecina, son razones poderosas que pueden sacar adelante una candidatura de oposición.

Adicionalmente, el partido liberal se encuentra dividido en su apreciación de la administración distrital. Se pueden apreciar tres tendencias dentro del partido liberal. Una encabezada por El Tiempo que respalda irrestrictamente al Alcalde, encuentra meritorio que haya terminado algunas de las obras que venía realizando la Administración anterior. Su fervor llega hasta el extremo de resaltar como un gran logro el habernos dejado sin agua durante un largo fin de semana. Otra vertiente del partido se ha alejado del burgomaestre, algunos de los aspirantes han comenzado a distanciarse. La tercera tendencia encabezada por el Doctor Carlos Lemos Simmonds, distinguido constituyente con columna en El Tiempo, ha entrado en franca oposición. Esta tendencia ha encontrado en los excesivos cobros de la administración del Alcalde de Verdad, una bandera electoral muy atractiva. Su movimiento 4:56 ha venido creciendo bajo el impulso de políticas tarifarias equivocadas que por favorecer a los pobres han llegado a alienar a las clases altas.

El ciudadano encuentra que la actual administración no ha cumplido mucho de lo que prometió. En la campaña se le creó al candidato una imagen de ejecutivo de verdad. Se hizo creer a la ciudadanía que se iba a cambiar la Administración Distrital. La realidad es bien diferente. En lugar de mejorar la gestión y de instalar su prometido tablero de control, lEo que se ha hecho es crear nuevos Departamentos y contratar una gran cantidad de asesores muchos de ellos pagados por Naciones Unidas. Además, por mirar por el espejo retrovisor ha perdido muchas veces el rumbo que había fijado en su campaña.

Sin contar como éxito el aumento desmesurado de la valorización por beneficio general, hasta el momento, lo más importante que ha hecho la Administración es la creación de los CADES. Estos centros cuyo concepto se originó en la patria chica del actual burgomaestre tienen un aparente atractivo. En principio, al ciudadano se le facilita su acceso a las instituciones del gobierno. En la práctica, la creación de los CADES no representa una gran mejora. Por el momento, lo único que se ha hecho es bautizar algo ya existente con un nombre más sonoro. Debemos recordar, que desde hace varios años los usuarios de los servicios públicos podían pagar en un mismo sitio todas sus cuentas de servicios.

Más aún, el establecer sitios especializados para el pago de servicios públicos y de impuestos es algo totalmente anacrónico. Como lo puede comprobar cualquier persona que haya vivido en los Estados Unidos, el realizar un viaje especial para hacer un pago es el colmo del absurdo. El pago por correo es infinitamente más eficiente que hacer un viaje a un sitio especializado. Los que tienen un microcomputador con un modem pueden evitarse la estampilla del correo y el viaje al buzón haciendo una transferencia electrónica de fondos. Los pocos que no tienen cuenta corriente en Estados Unidos pueden hacer sus pagos en los Supermercados y Droguerías, combinando sus compras con el pago de los servicios.

La reciente experiencia colombiana ha mostrado que el peor error que puede hacer el gobierno es recibir directamente los pagos. La Dirección de Impuestos afortunadamente acabó con las recaudaciones de impuestos. El Seguro Social ha venido reduciendo los pagos directos y ha incentivado el pago en Bancos. Esto no solo es importante porque baja los costos administrativos, sino por que además se eliminan gran parte de los fraudes. 

El Distrito está en mora de hacer lo mismo que hizo el gobierno nacional con sus recaudos. La Tesorería Distrital podría reducir drásticamente su nómina si en lugar de abrir nuevas oficinas suprime las recaudaciones existentes. De los quinientos empleados de la Tesorería se podrían eliminar por lo menos 420. Con los 80 restantes se podrían desempeñar las verdaderas funciones de una moderna tesorería. No podemos olvidar que en estas épocas modernas de transferencia electrónica de fondos, lo importante para el manejo eficiente de la liquidez es disponer de un flujo de información oportuno. El sistema financiero y los transportadores de valores pueden realizar las labores rutinarias del manejo del dinero contante y sonante. El Gobierno debería concentrarse en sus labores. La Tesorería a manejar la liquidez y la Secretaría de Hacienda, utilizando algunos de los actuales trabajadores de la Tesorería, se podría dedicar al control de los recaudos.

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