lunes, 1 de marzo de 1993

Concesión de aguas

El Departamento del Valle, el Gobierno Distrital y el Ministerio del Transporte han comenzado a estudiar la posibilidad de adelantar obras por el sistema de concesión.

Uno de los temas más debatidos en Colombia pero que desafortunadamente no ha tenido los resultados esperados ha sido el de la Privatización. El Gobierno ha disminuido su participación en el sector Financiero y ahora está experimentando con la posibilidad de venderles Alcalis a sus empleados. A pesar de estos avances en el camino de la privatización, la participación del gobierno se mantiene en actividades que podrían ser desempeñadas mejor por el sector privado.

La semana anterior el Presidente Gaviria en su viaje por los feudos electorales del Senador Víctor Renán Barco puso en funcionamiento el Proyecto Hidroeléctrico de La Miel. De esta manera, el Gobierno ha tratado de poner en funcionamiento esquemas de participación del sector privado en la prestación de servicios públicos. El Departamento del Valle, el Gobierno Distrital y el Ministerio del Transporte han comenzado a estudiar la posibilidad de adelantar proyectos de infraestructura de transporte por el sistema de concesión. Con el esquema de concesión se busca que el sector privado construya, opere y transfiera después de unos años unas obras a cambio de la oportunidad de cobrar por la utilización de la obra.

Los esquemas anteriores conocidos en inglés con las sigla B. O. T., presentan interesantes posibilidades para el caso colombiano. En primer lugar, este esquema permite liberar recurso del gobierno para atender otros frentes prioritarios. En segundo lugar, el concesionario tiene un buen incentivo para realizar las obras lo más rápido posible y al mínimo costo pues sus ganancias van a ser mayores en la medida en que se hagan ahorros en la construcción y operación de la obra. En este esquema el concesionario tiene un incentivo a minimizar los costos de construcción y operación, mientras que el contratista de obra pública casi nunca lo tiene. Unas buenas cláusulas de reajuste le pueden permitir a un contratista transferir los costos de las demoras al tesoro nacional. Una ventaja adicional del sistema BOT es el facilitar una verdadera transferencia de tecnología pues la contraparte colombiana tiene la oportunidad de ir aprendiendo la mejor manera de operar el servicio público.

Para que el sistema de concesión funcione es necesario que el proyecto escogido tenga una rentabilidad económica clara. El sector privado y en especial una empresa extranjera busca asegurar la recuperación de su inversión y por lo tanto prefiere participar en proyectos en los que los ingresos directos sean la principal fuente de ingresos. En igualdad de circunstancias, el concesionario internacional prefiere un proyecto en el que pueda recuperar su inversión a través de tarifas a uno en que dependa del subsidio del gobierno. La experiencia le muestra que los gobiernos no siempre cumplen lo que prometen y que los giros de la tesorería son mucho menos predecibles y controlables que los pagos de un usuario satisfecho.

Para ilustrar el enunciado anterior podríamos considerar la reacción de un consorcio extranjero que quisiera participar en una concesión en el Distrito Especial. Supongamos que las autoridades han contemplado dos posibles obras para ser construidas y operadas por el sistema de concesión. Si las dos posibilidades son un sistema de transporte masivo y la ampliación del acueducto de Bogotá, es muy posible que consideren más atractivo la ampliación del acueducto de Bogotá pues su inversión la pueden recuperar primordialmente a través de las tarifas. Muy pocos preferirían participar en el Proyecto de Transporte Masivo sabiendo que, de acuerdo con la experiencia internacional, ningún sistema de transporte masivo recupera todos sus costos y que por lo tanto tendrían que depender de un subsidio del gobierno distrital.


Las preferencias de los posibles concesionarios podrían coincidir con las de los bogotanos. Los estudios de la CAR nos muestran que estamos cercanos a copar la capacidad del sistema de acueducto de Bogotá. El análisis de la CAR también muestra que el proyecto de ampliación del nuevo acueducto deben comenzarse a la mayor brevedad para poder asegurar el suministro futuro de agua potable de la capital y sus alrededores. Por todo lo anterior, parecería acertado empezar a analizar una posible concesión para la construcción de la ampliación del acueducto simultáneamente con el tema del transporte masivo. La convocatoria al sector privado a participar en la construcción de un sistema de transporte masivo debería ampliarse buscando la participación de constructores y operadores nacionales y extranjeros en la ampliación del acueducto de Bogotá.

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