El cinco por ciento de crecimiento sostenido durante todo el período presidencial daría un impulse importante al país y permitiría avanzar en la satisfacción de muchas de nuestras necesidades básicas
A partir de hoy se entra en la recta final de la contienda presidencial. Los debates entre los diferentes candidatos a la presidencia van a tener que tocar el tema económico. Lo que podría ser buen programa de gobierno y que sería muy atractivo para el electorado podría resumirse en el tan recordado resultado logrado en Buenos Aires el día cinco de septiembre de 1993.
El cinco cero que sonaría muy atractivo en el programa presidencial se debería entender como el resumen de las melas económicas. El cinco por ciento de crecimiento sostenido durante todo el período presidencial daría un impulso importante al país y permitiría avanzar en la satisfacción de muchas de nuestras necesidades básicas. Este cinco por ciento de meta para todo el periodo podría estar compuesto de un siete por ciento en algunos años y un crecimiento inicial menor en el primer año que podría acompañar el programa de estabilización necesario para cumplir la otra meta del programa económico.
El cero por ciento de inflación al final del periodo presidencial sería, sin lugar a dudas, una meta importante de política económica. La experiencia reciente ha mostrado que en el frente inflacionario no es aconsejable poner metas poco ambiciosas. El gradualismo en el control inflacionario no ha sido muy exitoso en Colombia en los últimos años. El público nunca creyó que la Administración Gaviria estaría dispuesta a pagar el costo necesario para reducir seriamente la inflación.
Para poder alcanzar una inflación cero se necesitaría, entre otras cosas, contar con una estabilidad de precios en los países avanzados y ligar el peso colombiano al dólar. La estabilización de precios en los países avanzados suele lograrse como lo ha mostrado la experiencia reciente. En los Estados Unidos la inflación en enero fue de cero por ciento. Es probable que con una buena política económica esta estabilidad de precios se pueda mantener en los Estados Unidos. De igual manera, siempre y cuando Bancos Centrales de la Unión Europea no incurran en graves errores, es posible lograr una estabilidad de precios al nivel de toda Europa.
No sólo es necesario que los países avanzados tengan precios estables, también se requiere que la paridad entre el peso y el dólar se mantenga. Por tanto sería necesario abandonar el esquema de la devaluación gota a gota y volver a un esquema de paridades fijas y constantes. El mantener una paridad constante es quizás el secreto de la disminución de la inflación en la Argentina, donde se ha establecido por ley la convertibilidad del peso argentino.
Si bien el control de la inflación se puede lograr con un esquema en que el valor del peso colombiano está vinculado totalmente al dólar, es necesario fijar la tasa de cambio en un nivel que permita mantener un alto grado de competitividad con el exterior. No podemos sacrificar el crecimiento económico para lograr una meta de estabilización de precios. Esto sería como volver a la era pre Maturana en la que nos contentábamos con un flamante cero cero.
Este cinco cero debe venir acompañado de buenos logros en otros frentes. De especial importancia es lograr que el fruto del crecimiento llegue a los más pobres. Como bien no lo ha enseñado el filósofo Rawls, el bienestar de una sociedad debe medirse por el de los más pobres. La sociedad colombiana como un todo no mejoraría si los más pobres no disfrutan también del cinco cero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario