lunes, 27 de febrero de 1995

El que cae paga

Como ya hemos dicho anteriormente en estas columnas la fórmula para mejorar el tráfico en una ciudad, debe contemplar tres ingredientes que en inglés comienzan con la letra e.

 El Alcalde de Bogotá ha comenzado a enfrentar el problema del tráfico.  Es una medida que en otras épocas se hubiera dado como ejemplo de la revolución de las cosas pequeñas.  La Administración ha atacado uno de los problemas que en opinión de varios de los expertos de transporte de Colombia y el mundo tiene vital importancia.  El mantener las intersecciones libres de carros durante el tiempo que el semáforo esta en rojo, es tal vez la primera regia de oro en la ingeniería de trafico y que se trata de hacer cumplir en todas partes imponiendo fuertes multas a los infractores.

El mantener despejadas las intersecciones es un claro ejemplo de lo que en economía se conoce como un óptimo de Pareto y contrasta con otras medidas, como los contraflujos, implantadas por la Administración anterior en las que se obtenían mejoras para un grupo a expensas de otros.  En efecto, al dejar pasar a alguien que va en dirección perpendicular a nosotros es mejor para la sociedad, sin que por esta razón nos perjudiquemos.  Este es un caso muy claro en el que el buen ciudadano no se perjudica pues de todas maneras no puede avanzar por el trancón que hay después de la intersección mientras que los otros si pueden pasar la vía y continuar su marcha.

Como ya hemos dicho anteriormente en estas columnas, la fórmula para mejorar el tráfico en una ciudad debe contemplar tres ingredientes que en inglés comienzan con la letra e. Los tres ingredientes mágicos son la educación, el cumplimiento de la ley a través de sanciones, y la ingeniería.  La campaña del buen ciudadano sirve para ilustrar la manera como se deben combinar los tres ingredientes. 

La ingeniería necesaria para poner a funcionar el juego del que cae paga, tiene dos aspectos: uno sencillo y uno complicado. El aspecto fácil consiste en pintar tanto las intersecciones como las famosas cebras, para que conductores y peatones tengan demarcadas con claridad las zonas prioritarias, que deban mantenerse libres de trancón El aspecto complicado y que por lo tanto requiere de soluciones de largo plazo, consiste en mejorar las intersecciones para que los vehículos puedan hacer el cruce sin dificultades, mediante cambio en el diseño geométrico, en el ciclo de los semáforos, la sincronización de estos y en el largo plazo, el rediseño del sistema de transporte colectiv0 y la construcción de puentes peatonales.  La Administración Mockus ha comenzado con medidas de ingeniería sencillas, que deben ser reforzadas soluciones de más largo plazo.
  
La educación de conductores y peatones es un esfuerzo importante que debe conscientizar al ciudadano de la importancia de respetar las señales de tráfico y en el caso especial no bloquear la intersección.  Los medios de comunicación han hecho un esfuerzo importante por tratar de que el bogotano se convierta en un buen ciudadano.  Estas campañas de los medios de comunicación masiva, deben ser complementadas por un trabajo en los colegios, en el que se les inculque a los, estudiantes la importancia de cumplir con las leyes de tráfico.  Como podría esperarse de un académico, las medidas de educación ciudadana han sido ejecutadas con muy buen criterio y ha contado con un buen apoyo de los medios de comunicación masiva.
  
La Administración ha buscado sancionar a los infractores en la Calle 100 con toda la fuerza de la ley.  Las sanciones han comenzado- a tener un efecto saludable en los conductores y en la ciudadanía en general, pues han visto con buenos ojos que la autoridad está empeñada en hacer cumplir la ley y que no tiene miedo en poner en cintura a grupos poderosos como los transportadores, que habían impuesto la ley del más fuerte.


Los primeros resultados de esta campaña ciudadana, son ampliamente positivos y esperamos que continúen y que se haga un importante esfuerzo para mejorar el tráfico en Bogotá.  El contraste con la Administración anterior no puede ser más grande.  La solución de tráfico se buscó a través de obras monumentales como el de las piscinas de la calle cien, para lo cual fue necesario incrementar considerablemente los impuestos, dejando de lado mejoras de bajo costo pero de gran impacto.  Lo increíble de la mala gestión del Alcalde Castro es que uno de sus tres Secretarios de  Tránsito y Transporte, tuvo la misma idea de hacer una campaña y, mandó pintar varias intersecciones en la Avenida Ciudad de Quito.  Sin embargo, parece que en la mitad de la idea se arrepintió, pues no se hizo ni la campaña educativa ni mucho menos se decidió a enfrentarse al poderoso gremio de los transportadores.

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