lunes, 17 de julio de 1995

Y todo sigue igual

Los nuevos ministros tienen una tarea pesada.  Los Ministros del área social deben hacer m esfuerzo considerable para mejorar la eficiencia de las entidades de su sector
  
El viernes de la semana pasada se resolvió la primera crisis ministerial de la Administración Samper.  Aunque se preveía un fuerte remezón, al final los cambios solo afectaron las carteras de Educación, Salud, Minas y Agricultura.  Los cambios en las carteras de educación, María Emma Mejía por Arturo Sarabia y salud Augusto Galán Sarmiento por Alonso Gómez Duque muestran un deseo de imprimir una nueva dinámica en el programa bandera de la Administración Samper y buscan remediar una mala elección hecha al comienzo de la Administración.

Por el contrario, los cambios en los componentes del equipo económico son más de carácter cosmético y pretenden mejorar la imagen del gobierno pues nadie puso en duda la capacidad técnica de los ministros salientes.  Críticos y defensores de los Ministros Cock y Hernández estuvieron de acuerdo en su profundo conocimiento del sector y de su capacidad técnica.  Su bajo perfil público y la candidez del Ministro de Minas en sus declaraciones contribuyeron para su salida del gabinete.

Los nuevos ministros tienen una tarea pesada.  Los Ministros del área social deben hacer m esfuerzo considerable para mejorar la eficiencia de las entidades de su sector.  El aumento de los recursos contemplado en el Plan de Desarrollo no se traduce necesariamente en una mejora en el nivel de vida de las clases menos favorecidas.  La burocracia busca mejorar sus remuneraciones sin mejorar su rendimiento.  La experiencia de este año ha mostrado que los aumentos en el presupuesto se traducen en aumentos en la remuneración del personal vinculado al sector.  Los médicos y los maestros han tenido considerables aumentos en sus remuneraciones sin que por ello haya mejorado la prestación de los servicios.  Más aún, la búsqueda de los mayores salarios ha venido acompañada de un incremento considerable de los conflictos laborales en los sectores de educación y salud.  Los ú1timos doce meses se han caracterizado por una frecuencia inusitada de paros de los maestros y del personal de los hospitales.

Los nuevos Ministros del área social tienen que mostrarle al país que el incremento en los recursos dedicados al salto social de verdad se convierten en mayores coberturas y servicios de mejor calidad y que no terminan en una burocracia descontrolada con sueldos cada vez mejores.

Los nuevos encargados de las carteras de Agricultura y Minas tienen una labor menos complicada pues en líneas generales pueden continuar con las políticas de sus antecesores.  El Ministro de Agricultura, Gustavo Castro Guerrero,  que vuelve a esta cartera puede mejorar considerablemente la imagen del gobierno.  Sin lugar a dudas, los grandes productores del sector agropecuario encontraron alguien que entienda sus problemas y que les ayude a salir de la crisis en que se encuentran.  Los pequeños productores y los consumidores tendrán que pagar el costo de una política orientada a agradar a las agremiaciones.

El Ministro de Minas y Energía, Rodrigo Villamizar, debe a la mayor brevedad presentarle al país la verdadera realidad del sector eléctrico.  Es necesario que se conozca con absoluta certeza el estado en que se encuentra el sector eléctrico y la marcha de los proyectos contemplados en el plan de expansión.  Al país no le conviene mantener una incertidumbre sobre la vulnerabilidad del sistema eléctrico, como tampoco le conviene que los organismos de control asuman el papel de Casandras.  La fijación de reglas de juegos claras en materia de tarifas es una condición básica para poder poner en práctica una sana política de privatización.  El Ministro entrante tiene que liderar un proceso de cambio regulatorio que permita la participación del capital privado y que incentive la inversión extranjera.



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