El regreso al libre juego de la oferta y demanda de crédito antes del
tiempo anunciado es una buena ocasión para hacer un análisis de lo sucedido
Al final de la semana la
Junta Directiva del Banco de la República, atendiendo en parte los reclamos de
los voceros del sector financiero, decidió eliminar el control de las tasas de
interés. El regreso al libre juego de la
oferta y demanda antes del tiempo anunciado es una buena ocasión para hacer un
análisis de lo sucedido.
En primer lugar debe
destacarse que los efectos positivos en la economía fueron el resultado en las condiciones de liquidez de la economía y que la implantación de los controles
contribuyó muy poco al logro del resultado esperado. Las tasas de interés bajaron realmente y
comenzaron a tener un efecto en otras variables debido al aumento en la liquidez
que inyectó el Banco de la República al sistema financiero. La rebaja en el gasto público anunciado por
el Gobierno también ayudó considerablemente pues mostró un compromiso real en
la lucha contra la inflación.
También debe destacarse
que la experiencia está mostrando que en este delicado aspecto se cumple la
máxima de Gracián que lo bueno si breve, dos veces bueno. Cualquier efecto importante que tenga la
imposición de los controles se magnifica si el control es por tiempo
limitado. El mantener una situación
artificial por mucho tiempo puede resultar muy perjudicial para la economía pues las distorsiones causadas con los controles tienden a acentuarse con el paso del tiempo. Tampoco debe olvidarse
que los mercados financieros y cambiarios tienden a ajustarse mucho más rápido
que el de los bienes y factores de producción.
Mientras que los salarios, en muchos casos se ajustan cada dos años, las
tasas de interés cambian en cuestión de días.
Los mercados financieros, aún en Colombia, se distinguen por lo que
técnicamente se conoce como su eficiencia.
La información sobre las condiciones del mercado es rápidamente
incorporada en la fijación de precios de tal manera que los valores observados
en un momento dado son el mejor predictor de su curso futuro. En estos mercados eficientes, la intervención
de las autoridades económicas es justificable, únicamente, cuando hay clara
evidencia de la existencia de las llamadas burbujas especulativas.
La tercera lección de la
última experiencia con el control de las tasas de interés que debemos sacar es
la gran importancia que tiene la tasa de interés en una economía abierta con
tasas de cambio fijo. Lo ocurrido en
Colombia en los cinco años que llevamos con políticas de apertura muestra que
la evolución de la tasa de cambio está muy ligada a la evolución de las tasas
de interés. Cuando las tasas de interés
suben la devaluación se frena y cuando las tasas de interés bajan la
devaluación sube. Los cambios en las
tasas de interés no solo afecta la demanda interna sino que tiene un fuerte
impacto en la demanda de importaciones y exportaciones a través de los cambios
en el precio de la divisa.
El control en las tasas de
interés aunado a la pérdida de credibilidad del gobierno causada por las
investigaciones sobre la financiación de la campaña lo estaban llevando a una
preferencia por la divisa americana totalmente diferente a la existente al comienzo
de los controles a la tasa de interés.
La intervención del Banco de la República fue necesaria no para evitar
una revaluación mayor del peso sino para evitar que el precio del dólar
superara el techo del corredor cambiario fijado por la Junta.
La cambiante situación
económica dependiente en buena parte de situaciones por fuera del control de
las autoridades económicas hace deseable que éstas mantengan en su arsenal
todas las armas posibles para lograr un mayor control sobre la actividad económica. Fijar las tasas de interés por decreto puede
resultar igual de peligroso que enfrentarse a un boxeador profesional con una
mano atada a las espaldas. La situación
no está para guardar los instrumentos más potentes en una urna que diga
utilizar únicamente en caso de incendio.
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